El viaducto del Polígono de Argales reabrirá solo para el tráfico ligero
El puente abrirá sus cuatro carriles el 1 de febrero, pero prohibiendo el tráfico a camiones y buses, lo que obliga a desviarse a 7 líneas de Auvasa
Las obras del viaducto de la calle Daniel del Olmo, que une el Polígono de Argales con el Paseo Zorrilla han finalizado después de que empezarán allá por el mes de mayo. Ocho meses después las obras están listas y los turismos podrán volver a circular el 1 de febrero . El inconveniente a esta apertura del tráfico es que será exclusiva, y no todos los vehículos podrán circular por este paso. Únicamente podrá circular el tráfico ligero, "manteniendo la prohibición de uso del viaducto por todo tipo de tráfico pesado incluidos los autobuses, por lo que se mantendría la actual señalización vertical", señalan desde el Ayuntamiento.
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El perjuicio para camiones y autobuses continuarán el 1 de febrero que no podrán acceder al Polígono de Argales o al Paseo de Zorrilla por esta vía y continuarán desviándose por la avenida Zamora. Las líneas de autobús afectadas son la C1 (Parquesol-La Victoria-Parquesol), C2 (Parquesol–La Victoria-Parquesol), 16 (Pinar de Jalón– Paseo Zorrilla 71) , 26 (plaza España–San Juan de Dios), H. (Paseo Zorrilla, 71–Hospital Río Hortega), P1 (San Pedro Regalado– plaza España-polígono de Argales), P2 (Barrio España-polígono de Argales-Covaresa), P7 (Los Santos Pilarica-plaza de España-polígono de Argales) , PSC1 (Parquesol-polígono de Argales-polígono de San Cristóbal) y PSC3 (Las Flores-Delicias-polígono de Argales-Parquesol), lo que que lleva a Auvasa a establecer paradas provisionales en la intersección de las calles Norte de Castilla y Daniel del Olmo. Las mismas fuentes municipales explican que se abrirán los dos carriles exteriores, retirando el balizamiento para que estén abiertos los cuatro carriles, dos de subida y dos de bajada.
Los trabajos para reparar esta infraestructura empezaron en mayo de 2023 con una previsión de cuatro meses, pero en noviembre se tuvieron que alargar otros dos. A mediados del año pasado se detectaron una serie de deficiencias, en particular en las zonas de apoyo de las vigas, en especial las más exteriores, así como pequeños desprendimientos del recubrimiento. El Ayuntamiento intervino de urgencia para evitar males mayores en este viaducto de los años 60.
Las obras han consistido en instalar en todos los pilares, y para cada uno de los extremos de las vigas de un sistema de apeos metálicos. El objetivo era que, en caso de fallo de algunos de los extremos, se transmitiera su carga a zonas sanas de la estructura y evitar el colapso. Situación que, afortunadamente, no se ha dado.