El detenido con 18 gramos de 'coca' pide perdón a su abuela y su pareja por "no dejar la droga"
La Fiscalía mantiene su petición de 5 años y medio de cárcel para el acusado por tráfico de drogas y conducir una moto sin carné
"Pido perdón a mi pareja y a mi abuela por no haber sido capaz de dejar la droga", ha sido el lamento público del joven Jonatan I.R. durante el juicio celebrado este martes, donde a pesar de alegar autoconsumo para justificar los 18 gramos de cocaína que la policía le ocupó, el fiscal del caso ha mantenido para él la petición de cinco años de cárcel por tráfico de drogas y otros seis meses más por circular en moto sin carné.
Durante el juicio, ya visto para sentencia en la Audiencia de Valladolid, el encausado, con antecedentes por ambos delitos dato por el que la acusación pública le aplica reincidencia, ha reconocido que el 21 de septiembre de 2022, sobre las 18.00 horas, viajaba sin carné en una Honda CBR a la altura de la calle Ciudad de La Habana, en el barrio de Parquesol, y que al toparse con un control de la Policía Nacional optó por aparcar en una calle próxima para eludirlo, informa Europa Press.
Dado que un mes antes ya había sido condenado por conducir sin carné, sumado al hecho de que portaba ese día más de 18 gramos de cocaína que, como así ha dicho, eran solo para su autoconsumo, trató de abandonar el lugar a pie en dirección contraria.
"Lo único que pretendía fue evitar que me pusieran otros 600 u 800 euros de multa por lo de ir sin carné y llevar la sustancia", ha apostillado Jonatan, quien, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha asegurado que los 18,26 gramos de 'coca' los había adquirido en el barrio zamorano de Las Llamas por poco más de 300 euros y que la sustancia, íntegramente, era para saciar su grave adicción para así garantizar los 5 gramos que consumía a diario por aquel entonces.
El acusado ha sostenido que la droga la había pagado con lo que cobraba del paro, a razón de 480 euros al mes, y el dinero obtenido en la campaña de vendimia, junto con lo que percibía su pareja por limpiar en casas.
Ha sido en ese momento cuando Jonatan se ha dirigido tanto a su pareja, que esperaba en los pasillos de la Audiencia Provincial dispuesta a testificar, como a su abuela, que seguía el juicio angustiada en sala, para pedirles perdón por su grave problema con las drogas y los disgustos ocasionados a la familia por tal adicción.
Pese a ello, la acusación pública ha mantenido su petición inicial de cinco años de cárcel y multa de 6.000 euros por delito contra la salud pública y otros seis meses más por delito contra la seguridad vial, tras considerar "plenamente acreditada" la comisión de ambos.
El fiscal se ha apoyado en la versión de los agentes de la Policía Nacional y Municipal que aquella tarde salieron a pie en persecución del acusado cuando este aparcó su moto ante el control y empezó a recular y a tratar de perderse en las instalaciones del Instituto Jiménez Lozano, en cuyos jardines se fue desembarazando primero de una bolsa con ropa, luego del caso y finalmente de un envoltorio negro que arrojó a unos arbustos y que, como luego comprobaron los agentes, contenía más de 18 gramos de cocaína.
En el cacheo posterior, los policías le intervinieron también un gramo de hachís, 1.000 euros enrollados con una goma y otros 200 en billetes de 50, cantidades que en opinión del fiscal vendrían a acreditar que procedían de la venta a terceros de las sustancias que portaba.
El acusador público también ha advertido de que la droga ocupada, con una riqueza del 76 por ciento, excedía por su cantidad de la que se considera para consumo propio y que el valor de la misma, de unos 1.000 euros adquirida por gramos y de más de 2.000 por dosis, no se correspondían con el nivel económico de Jonatan, quien ni siquiera contaba con vivienda propia y tenía que convivir con su pareja en pisos de familiares.
La defensa, por su parte, sí ha reconocido la comisión del delito contra la seguridad vial de su cliente, pero ha pedido un fallo absolutorio con respecto al delito de tráfico de drogas por falta de pruebas de su culpabilidad y tras recordar que sobre el joven no pesaba una investigación previa y que su detención se produjo de forma casual.
El defensor ha insistido en la tesis del autoconsumo y, en caso de condena, ha abogado por que el tribunal tenga en cuenta la toxicomanía del joven que ha sido refrendada por el médico forense en cuyo informe--a partir de un cabello tomado a Jonatan, certifica que el acusado tenía un consumo “repetido” que afectaba a sus capacidades volitivas.