El PSOE critica la “negligencia" de la Junta por llevar 13 años sin inspeccionar la estación de buses de Valladolid
La formación socialista acusa a Carnero de "cómplice del abandono de las instalaciones” y acusa al Gobierno autonómico de ser el responsable del “deterioro progresivo” de la terminal
Sin canon, sin sanciones y con solo diez inspecciones desde hace 35 años. Este es el balance de la gestión de la Junta de Castilla y León respecto a la estación de autobuses de Valladolid y que fue denunciado por el Grupo Municipal Socialista, criticando por ello la «negligencia» y «falta de control» por parte del Gobierno autonómico «por no controlar a la empresa concesionaria desde 1988» , que es ‘Estación de Autobuses de Valladolid Sociedad Anónima’, compuesta a su vez por las empresas Linecar (38%), La Regional Vallisoletana (30,8%), Autores SL, Galo Álvarez SA, Grupo Enatcar y Cabrero (un 7,69% cada una de ellas) y otras (0,44%) y que recibieron ayudas por parte de la Junta otorgó ayudas por más de 2,3 millones.
Tras revelarse que la empresa encargada de la gestión de la terminal de de Valladolid lleva 35 años sin pagar el canon, provocando un «deterioro progresivo», la formación socialista desveló nuevas pruebas de «la desidia y la indolencia» de la Junta al reflejar que durante ese periodo de tiempo se han realizado únicamente diez inspecciones y en este tiempo de concesión ha habido un periodo de 13 años sin ninguna supervisión de las instalaciones .
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Para corroborarlo, el Grupo Municipal Socialista adjuntó diversos datos sobre estas inspecciones, siendo la primera de ellas en 1999, es decir, once años después de que la Junta se hiciera cargo de la concesión. Desde entonces, según su documentación, han sido diez las inspecciones realizadas, de las cuales sólo seis hicieron referencia a las instalaciones, la última de ellas en 2010, si bien no incluyó el estado de los aseos, que han permanecido sin inspeccionar desde el año 2004.
Las seis actas de inspección acerca de las instalaciones de la estación de autobuses reflejaron ciertas anomalías, como «una puerta automática que no funciona, cuadros de tarifas desactualizados y no coincidentes con los oficiales o falta de concordancia en los horarios de salida y llegada», todo ello registrado en 1999. Un año después se recogió «deficiente» estado de conservación de las cocheras es deficiente, como «la carencia o no funcionamiento de puntos de luz en el vestíbulo de la estación». Las pintadas en paredes y puertas de los aseos de señoras están llenos, la suciedad en el resto de las dependencias de la estación, el fuerte olor a orina y las quejas destacaron en el resto de informes entre el año 2002 y 2010.
Asimismo, el Grupo Municipal Socialista criticó la «falta de control» por parte de la Administración Autonómica al no incoar ningún expediente sancionador , «a pesar de que los funcionarios sí detectaban anomalías y deficiencias que debían corregirse».
Con el balance presentado, "sin canon, sin sanciones y sin apenas inspecciones", Pedro Herrero señaló al alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero , como «cómplice del abandono de las instalaciones», además de respaldar la gestión de la Junta de Castilla y León, por lo que equiparó su responsabilidad a la del Ejecutivo autonómico de que no se construya la nueva estación de autobuses en el barrio vallisoletano de Las Delicias, contemplada en el proyecto de la Integración Ferroviaria.