“Portar la antorcha de mi hijo fallecido es ya un reto. En 2023 me bloqueé, pero este sábado lo conseguiré”

Afirman los que han tenido la fortuna o privilegio de vivir una procesión de las antorchas de Pingüinos (en este año, fijada el sábado a las 20 horas), que no hay nada más emocionante ni sentido en todo el vasto programa de la concentración motera de cuatro días en Valladolid. Es un recorrido de menos de un kilómetro, sí, pero que se realiza con un nudo en la garganta por el recuerdo casi palpable de los hermanos moteros muertos en el asfalto .

Por restricciones de tráfico, el Ayuntamiento de Valladolid lo limita a 200 participantes, y el año pasado el motero de Valle de Santa Ana (Badajoz), Jesús Méndez, fue elegido por Turismoto, organizador de Pingüinos, para ser uno de los protagonistas. En el seno del club caló hondo su trágica historia personal, ya que presenció personalmente el accidente de moto de su hijo Jesús  en marzo de 2021 en el circuito de motocross ‘Las Arenas’ de Malpartida de Cáceres, del que no pudo recuperarse de sus lesiones, sobre todo por una gravísima lesión en la cabeza, a pesar de que el joven de 16 años iba equipado con todas las protecciones, como casco, peto, rodilleras, hombreras o coderas.

“El accidente se produjo el domingo de Ramos y enterramos a Jesús el domingo de Resurrección . Oficialmente murió el Jueves Santo y el resto de días, hasta la inhumación, se consumieron en el proceso de donación de órganos”, rememora Jesús, quien insiste en que la afición a la moto no tuvo nada que ver con su fallecimiento. “Murió por una caída con muy mala suerte. La moto no se lo llevó. Era su válvula de escape. Quiero lanzar el mensaje de que son miles los jóvenes que disfrutan con este deporte y no les pasa nada. No hay apenas accidentes en motocross. Lo de mi hijo fue un desgraciado accidente que pudo ocurrir en otro escenario. Era la primera vez que se caía y si practicaba motocross era porque no se exponía a conducir por carretera” , insistió el padre.

“Me derrumbé totalmente”

“El motociclismo es lo que realmente le hacía feliz tras pasar por baches con un estado de ánimo algo más decaído . Era muy sensible. Se subía a la moto y ahí recuperaba su autoestima”, insiste el progenitor, que este año, sí o sí, realizará el recorrido de las antorchas y además con su otra hija Manuela, de 16 años, de paquete. “Para mí es un reto. Llevo todos los años yendo a Pingüinos. El año pasado me derrumbé totalmente cuando estaba invitado a la procesión de las antorchas . No fui capaz de montarme en la moto con la antorcha. Les comuniqué a los organizadores que no había sido capaz… y este año me han invitado a que lo haga. Y así va a ser porque es un reto personal : lo necesitamos su hermana y yo. Se lo debo a mi hijo porque él hubiese venido conmigo seguro a Pingüinos. Además, me acabo que comprar una BMW R1300 GS y de alguna forma la estreno para esa experiencia ”, resumió.