ENTREVISTA CÉSAR PÉREZ GELLIDA | GANADOR DEL PREMIO NADAL 2024
«Lo mío con la escritura no ha sido vocacional, lo descubrí porque me costaba conciliar el sueño»
«Leo todos los géneros pero escribir es otra historia. Yo me tengo que divertir escribiendo y lo hago incomodando al lector, engañándolo, jugando con él. Esos son los ingredientes principales de un ‘thriller’, y no me planteo dejar de divertirme»
El escritor vallisoletano César Pérez Gellida , el conocido autor de Memento Mori , dio la campanada el pasado sábado al recibir el premio Nadal de novela. Se trata del galardón literario más antiguo de España que este año, precisamente, cumple 80 ediciones, y uno de los más prestigiosos. El ‘rey del thriller ’ se impuso con su nuevo título, Bajo tierra seca, entre 824 novelas presentadas al certamen . Se convirtió así en el tercer paisano de la ciudad del Pisuerga en obtenerlo, tras nada menos que Miguel Delibes y Gustavo Martín Garzo . También en el séptimo castellano y leonés, tras otros autores del nivel de la segoviana Carmen Martín Gaite , los leoneses Juan Pedro Aparicio y Andrés Trapiello y el zamorano José Calles Vales .
Pregunta.– ¿Qué supone para usted ganar un premio tan emblemático como el Nadal?
Respuesta.– El reconocimiento es muy importante, porque es el premio literario más antiguo de España, quizá el más prestigioso. Esto tiene una trascendencia a nivel profesional muy grande porque, primero, captas la atención de los medios, y luego también porque llegas a otro tipo de lectores, a un público al que quizá yo no había llegado antes por el tipo de género que suelo escribir, que es thriller, novela negra. Pero el premio Nadal hay muchísima gente que lo lee siempre, porque tiene mucho prestigio y está avalado en el ámbito literario.
P.– En su intervención tras recibirlo dijo que le ponía contento.
R.– Claro, la alegría es lo principal en ese momento, cuando dicen tu nombre. Hay orgullo también, hay muchos sentimientos y muchas emociones, pero la alegría es la principal, claro que sí.
P.– Ha escrito en redes en las últimas horas que el Nadal es el premio más importante de España. ¿Eso será con permiso del Planeta, no?
R.– Si hablamos de cuantía económica, desde luego el Planeta está muy por encima, de repercusión mediática puede que también, pero en cuanto a prestigio literario, yo creo que para los que estamos en este oficio el Nadal es el más prestigioso, porque es también el más antiguo.
«El Nadal es un premio muy prestigioso, te acerca a públicos a los que no habías llegado»
P.– Su novela ganadora, Bajo tierra seca, está ambientada en Extremadura a principios del siglo XX. ¿Por qué ese lugar y ese tiempo?
R.– Porque necesitaba generar una atmósfera de hostilidad, para entender un poco las conductas de los personajes. Y he escogido una época histórica en la que España lo estaba pasando francamente mal, y me he ido a una zona geográfica que quizá era de las más deprimidas de España. Estamos hablando del latifundio, de braceros, caciquismo, algo que vertebra a nivel político y social esa etapa.
P.– La novela es un thriller rural. El thriller y la novela negra es su género. ¿Piensa explorar otros?
R.– Como lector, me interesan todos los géneros, yo leo absolutamente de todo. Pero como escritor es otra historia: yo me tengo que divertir escribiendo, y yo me divierto mucho incomodando al lector, engañándolo, jugando con él. Y estos son los ingredientes principales que tiene un thriller, así que yo de momento no me planteo dejar de divertirme.
P.– Dijo en la gala que desde hacía mucho tiempo esta novela rondaba su cabeza, pero que había aplazado su escritura para cuando tuviera «madurez en el oficio». ¿Se siente así?
R.– Sí, después de once años escribiendo todos los días con dedicación exclusiva, sumando muchas horas frente al teclado y con 13 novelas a las espaldas, siento que he llegado a una etapa de madurez, así lo creo.
P.– Va a una novela por año. ¿Cuál es su método para conseguirlo? ¿Se levanta de madrugada o se acuesta de madrugada?
R.– Yo me levanto muy pronto, entre las cuatro y las cinco de la mañana, pero no es porque me ponga el despertador, sino porque es a la hora a la que yo me despierto. A partir de ahí, hay días que estoy ocho horas, hay días que estoy doce, hay días que estoy diez, depende. No hay una programación. Lo que sí hago es escribir todos los días, es como una obligación. En cuanto a lo de una novela al año, es al revés: es mi ritmo de escritura lo que hace que yo pueda publicar una novela al año, no porque quiera publicar una novela al año escribo tanto.
P.– Después de trece novelas publicadas con el sello de la editorial Suma, ¿supone este premio dar un salto al Grupo Planeta?
R.– De momento con esta novela, esto es lo que lo que hay. Hasta ayer [por el sábado] no sabía que iba a recibir el premio, con lo cual, a partir de ahora veremos qué es lo que pasa. Esta novela la publicará Destino, lógicamente, y más adelante, ya veremos.
P.– Memento Mori supuso para usted el principio de su carrera, pero ahora esa novela, después de trece años, está más viva que nunca con su adaptación a la televisión. ¿Cómo valora la serie y qué nuevas adaptaciones prevé? ¿Podría haber una película de cine?
R.– La valoración mía es excelente. No solo por la factura, que es muy buena en cuanto a la fotografía, yo creo que la propia adaptación, el trabajo que se ha hecho en el guión es muy bueno: lo mejor de todo son las críticas de las personas que lo han visto, que son muchas, y la crítica en general es excelente. Con eso me quedo. Otros proyectos sí los hay, pero como todavía no hay nada cerrado, pues nada se puede contar.
P.– Los lectores de su ciudad y de toda Castilla y León se rindieron a sus páginas al ambientar Memento Mori en Valladolid de una forma explícita y reconocible desde las primeras páginas. ¿Piensa ambientar algún otro título en el futuro en la ciudad o la Comunidad Autónoma?
R.– Claro. Valladolid es el rincón del planeta que mejor conozco. Por tanto, seguro que antes o después volveré a sus calles. Para mí Valladolid siempre está muy presente.
«Valladolid es el rincón del planeta que mejor conozco, antes o después volveré a sus calles»
P.– ¿Puede contar algo sobre su próxima novela?
R.– No te puedo decir. Estoy escribiendo la que se publicará en el 25, pero todavía es muy pronto, y ahora nos tenemos que centrar en la promoción de Bajo tierra seca, que es la que está viva.
P.– Supongo que lo único que se puede decir es que será un thriller de novela negra, ¿no?
R.– Exacto.
P.– Cuando era un estudiante de Geografía e Historia en la Universidad de Valladolid, ¿ya tenía decidido que iba a ser escritor?
R.– No, para nada. Lo mío con la escritura no ha sido vocacional. Lo descubrí porque yo tenía problemas para conciliar el sueño, y fue un método que utilicé para estar más tranquilo, y con esto de inventarse historias, al final decidí atraparlas en el papel. Y eso sucedió cuando tenía 37 años.
P.– ¿Cuál es la novela más difícil de escribir? ¿La primera o las siguientes?
R.– Siempre con la que estás, esa es la complicada. Porque una vez que tú publicas una novela pasa a ser propiedad del lector. De esa novela ya te despreocupas y te centras en la que tienes entre manos. Y siempre el reto es no bajar el listón, con lo cual, la complicada siempre es en la que estás.
P.– Ahí va una pregunta un poco envenenada: Fue usted pregonero de las fiestas de Valladolid con Óscar Puente como alcalde. ¿Lo sería también si se lo propusiera Jesús Julio Carnero?
R.– Hombre, claro, sí, pero hay que dar la oportunidad a otras personas de que tengan el honor de pregonar las fiestas de Valladolid. Yo estaría encantado, pero entiendo que repetir no es la cuestión. Yo encantado de la vida, con Jesús Julio hay una excelente relación, igual que la había con Óscar Puente.
P.– Si se le apareciera el genio de la lámpara... ¿Qué repaso le daría a Valladolid? ¿Qué eliminaría, cambiaría o mejoraría? ¿Qué le falta?
R.– Yo creo que Valladolid ha mejorado mucho en los últimos años, en la última década, y va a seguir mejorando. Yo creo que tiene una inercia ya muy buena. A mí me parece que el soterramiento sería maravilloso para la ciudad, para que no estuviera dividida, tantas miles de familias alejadas del resto. Sería lo ideal, pero bueno, eso no depende de nosotros, sino de muchos, muchos miles de euros.