Diario de Valladolid

Lotería de Navidad 2023

Anécdotas y supersticiones de la lotería de Navidad: del décimo de Machado a la cabeza de ajo

El escritor no se hizo millonario en Segovia por usar un boleto premiado con el Gordo de navidad para limpiarse en el baño / Son muchos los rituales a la hora de comprar los billetes de lotería

Fuencisla Maroto, encargada de la administración número 1 Los Picos de la Suerte de Segovia.- JESÚS BERNÁEZ

Fuencisla Maroto, encargada de la administración número 1 Los Picos de la Suerte de Segovia.- JESÚS BERNÁEZ

Publicado por
Estibaliz Lera

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Tener el privilegio y la fortuna de repartir el Gordo de la Lotería de Navidad es el sueño de todo lotero . Y es que cada décimo es una papeleta repleta de ilusión. En esos cinco números se esconden nuevos proyectos en forma de viajes, casas, coches, joyas, estudios, negocios… Por este motivo, cuando giran los bombos, salen las bolitas y el número cantado es el soñado, las lágrimas, los abrazos y las llamadas inundan un ambiente festivo, donde la alegría se convierte en el denominador común. 

¿Cuántos no hemos soñado con que se haga realidad esta secuencia? Seguro que todo el mundo alguna vez ha pensado en cómo cambiaría su vida. Algunos lo comprobarán el 22 de diciembre, pero para que esa ilusión se transforme en realidad hay que comprar un boleto de este sorteo. Un templo para hacerlo es la administración número 1 Los Picos de la Suerte de Segovia, la más antigua de Castilla y León y una de las más veteranas de España. Sus primeros documentos datan de 1773. 

Son muchos los clientes que han pasado por este despacho, situado en la concurrida calle Real, en pleno casco histórico, entre ellos Antonio Machado. Este escritor sevillano jugaba todas las semanas al 15085 mientras estuvo dando clases de francés en el Instituto Mariano Quintanilla. No solo llamó a la suerte, fue tocado con su varita. Ganó el Gordo de la Lotería Nacional. Sin embargo, no lo logró cobrar. ¿Por qué? Fuencisla Maroto, encargada de esta administración, cuenta que «fue al baño, no tenía con qué limpiarse y utilizó el décimo para hacerlo» . Ese despiste hizo que perdiera mucho dinero. No obstante, acudió al despacho con el número apuntado en un papel. No pudieron hacer nada. 

Ese hecho marcó un antes y un después porque el número se sigue vendiendo. Es uno de sus abonados. «Unas 50 personas juegan a él tanto en Navidad como en la Lotería Nacional de los jueves y los sábados. Mucha gente centenaria lo compra. Además, lo tienen reservado empresas, distintos grupos de personas… Es raro que sobre. Y mucho menos este año».

Los Picos de la Suerte es, según apunta Fuencisla, un lugar muy especial. Un punto estratégico de turistas, a medio camino entre el Acueducto y la Plaza Mayor. Este año celebra su 250 aniversario. Corría el año 1773 y Pedro Felipe Gómez compró este despacho que se conocía con el nombre La Gallega. «Los décimos se empezaron a vender en tela de sarga» , cuenta Fuencisla. En todo este tiempo ha dado muchos premios como dos segundos de la Lotería de Navidad en 1894 con el número 53008 y en 2001 con el 06536, y más de 1000 millones de las antiguas pesetas en una Primitiva . Este último fue para un matrimonio que años después fue a contárselo. Los más cercanos en el tiempo, en 2018 despachó un décimo del primer premio de Navidad, el 03347, y dos décimos de uno de los quintos, el 29031. A todo esto, se suma el título de ser desde su inicio una de las administraciones de mayor recaudación de toda España. 

Otras peculiaridades de este despacho es que tiene números enteros muy bajitos como el 00013, 00015, 00005 y el 00007 . «No llegan a salir a ventanilla porque la gente nos llama en julio para que se los reservemos», relata Fuencisla, que lleva 25 años en esta administración. Otro punto diferencial es que venden el 13333 . «Lo comparten una empresa de Segovia y otra de Madrid. Está muy solicitado porque empieza por 13 y suma 13» , explica. 

Todo lo que sabe, según apunta, se lo ha enseñado ‘Chatuqui’ (así era conocida Milagros Lago Rodríguez, la anterior propietaria de este negocio que ahora está en manos de sus cuatro hijos tras fallecer en 2016). «Era muy querida y reclamada por todo el mundo», dice con mucho orgullo de haber sido su alumna. Estuvo casada con Ramón Escobar Santiago, uno de los alcaldes de Segovia mejor valorados. 

Y es que fue la sexta generación de loteros de la familia. Aprendió de su abuela, Leoncia Huertas Vázquez, que solo tuvo un hijo, Ángel Lago Huertas, que falleció en 1974, por lo que se quedó sin herederos directos. Por eso, tuvo que nombrar a su nieta hija adoptiva para poder así heredar el negocio , ya que en ese momento la normativa solo permitía que las administraciones pasaran de padres a hijos. «Todos la recordamos por su simpatía, su carisma… Era feliz repartiendo ilusión y haciendo que los segovianos pudieran cumplir sus sueños». 

Los Picos de la Suerte está muy presente en A Vila, un pequeño pueblo de Ourense cercano a la frontera con Portugal. ¿Por qué? Un anónimo compró 13 décimos que depositó en los buzones de los 13 vecinos que habitan esta aldea. Nadie sabe quién es el que lo ha hecho, pero el número, el 65496, procede de este despacho segoviano. «Creemos que pudo ser en verano, pero no tenemos sospechas. Nos hace mucha ilusión que sean nuestros décimos». Aparte de este pequeño obsequio, cada boleto lleva una inicial y si se juntan todas se puede leer ‘Felices Festas’ (Felices Fiestas en gallego). El sobre va sin sello, si bien figura el nombre de cada destinatario. Los vecinos no saben quién lo hizo, pero desde entonces la sonrisa y el agradecimiento por el generoso gesto están presentes en este lugar. Es más, no quieren ni investigar. 

Llamar a la suerte

Las supersticiones están muy presentes en este sorteo. A las típicas de intercambiar lotería, se suma la fidelidad a determinados números, colgar un boleto en una herradura o coger todos los billetes de lotería que se tengan de años anteriores y quemarlos con una vela naranja . Y muchas más. 

En algunos despachos vallisoletanos también acuden personas con algunos rituales. Pilar Aina Rodríguez, lotera de la administración número 11 El Trébol de la Suerte de la calle Mantería, relata el caso de una señora que se acercó un día y la pidió que mientras cogía el décimo de lotería seleccionado por ella lo hiciera con una cabeza de ajo en la mano , o la gente que solicita que le atienda un hombre con determinadas características: calvo, alto, bajo, rubio, moreno... «La superstición está presente en este ritual y nosotros hacemos todo lo posible para que se vayan contentos» .

Otra situación que vivió Águeda Rodríguez Villalonga, titular de la Administración número 17 Campo Grande de Valladolid, que solo lleva dos años en este oficio, estuvo relacionada con las matemáticas. «El otro día vino una señora y estuvo como 15 minutos mirando el escaparate, esperó la cola y cuando llegó me dijo que quería un número que sumase x cantidad . La miré y le dije que ‘era imposible’ porque había muchísima cola para pararme y ponerme a hacer sumas», comenta. 

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