Diario de Valladolid

Barrio A Barrio

La calle de Valladolid a la sombra del cuartel de artillería

En sus márgenes se construyeron casas y algún palacete, el germen del barrio

Vista de la carretera de Rueda en el 2003.- ARCHIVO MUNICIPAL DE VALLADOLID

Vista de la carretera de Rueda en el 2003.- ARCHIVO MUNICIPAL DE VALLADOLID

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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¿Calle, carretera o ambas cosas? La carretera de Rueda es una mezcla, aunque hoy es una calle más del barrio de La Rubia, la más larga, pero allá por los años cincuenta y sesenta era la principal vía de entrada y salida a Valladolid por el sur de la ciudad. Algunos veteranos residentes en el barrio todavía recuerdan las colas de vehículos y autobuses que llegaban a la ciudad. La carretera-calle de Rueda parte el barrio de La Rubia en dos. A la izquierda, en dirección al pinar de Antequera y Puente Duero,  se asienta el núcleo original del barrio, mientras a la derecha están los jardines -lo que queda de ellos tras la construcción del túnel hace más de dos décadas-, el lugar elegido en los años sesenta del siglo pasado  para acoger las casetas y atracciones de las ferias de septiembre.

Su doble condición hace de ella una calle con una alta densidad de tráfico, un trajín constante de vehículos que puede ser perjudicial para su salud comercial. Las verjas metálicas bajadas en muchos negocios revelan que también aquí el comercio de barrio está en crisis. 

Desde su mercería en el número 2 de la carretera de Rueda, Agustina Ramos ha sido testigo de la transformación operada en esta arteria principal de La Rubia en los últimos cuarenta años. Antes de convertirse en la mercería ‘África’  en el año 1982, su padre regentó en el mismo local un establecimiento de droguería y pinturas.  El negocio familiar continúo y hoy es uno de los más veteranos. 

De aquellos primeros años, Agustina recuerda que la carretera de Rueda «era un hervidero donde todo se compraba en los comercios y los bares se llenaban» . Una imagen muy distinta a la actual, con «muchos locales cerrados», lamenta esta continuadora del negocio familiar. Si el suyo se mantiene después de tantos años  es gracias a la fidelidad de los clientes y a que lo regentan «como una familia».

También recuerda Agustina las últimas casas  molineras que se derribaron en la carretera de Rueda y la construcción de los bloques de viviendas que se construyeron frente a la valle del cuartel.

Hay que remontarse muy atrás, a principios del siglo pasado, para comprender la evolución experimentada en esta parte la ciudad.   La Rubia fue en su día la última frontera de Valladolid por el sur antes de surgieran Covaresa, Paula López y Parque Alameda, con independencia del Pinar y Puente Duero, desgajados del casco urbano. 

En sus orígenes, fue el lugar de esparcimiento de los vallisoletanos antes de que descubrieran el pinar de Antequera, hoy pulmón de la ciudad. En 1915, hace más de un siglo, se elaboró un proyecto de ciudad jardín con viviendas para la clase obrera en el lugar que hoy ocupa el barrio, pero no cuajó. Pero el asentamiento humano fue en aumento a lo largo de la carretera de Rueda y empezó a tomar forma como barrio.

De aquella época es la iglesia de Nuestra  Señora del Rosario , inaugurada en 1917, con entrada tanto por la carretera de Rueda como por la calle Joaquín María Jalón. Alguna edificación, como palacete de Quinta Ana Mari, en la carretera de Rueda, convertido hoy en sede de la Policía Municipal, evoca los orígenes del barrio como lugar de esparcimiento elegido por algunas familias pudientes de la ciudad.

Después de 47 años al frente de su peluquería, en dos lugares distintos, pero siempre en la carretera de Rueda, Leonardo de la Fuente es también un testigo que puede dar fe del pasado y el presente de la calle.  Con su negocio frente al antiguo cuartel de Artillería, De la Fuente tiene viva la imagen de «los soldados saltando por la tapia»  del acuartelamiento y recuerda «la colas» de vehículos que entraban a la ciudad procedentes de los pueblos. Hoy, y aquí coincide con Agustina, abundan «los comercios cerrados y los locales son muy antiguos». Opiniones similares de dos veteranos que apuntan a la necesidad de un  impulso para revitalizar la zona.

Buena parte del tramo central de la carretera de Rueda en su margen derecha y en sentido sur está recorrido por la valla del antiguo Parque de Artillería , el acuartelamiento cerrado  en 2015.  

Con una superficie de 10,7 hectáreas, el cuartel salió a subasta en septiembre 2022 por 8,3 millones, pero nadie pujó por los terrenos, en los que está previsto construir 340 viviendas. A la vista del escaso éxito, el Ministerio de Defensa realizará una nueva subasta con una rebaja de un millón de euros en el precio.

El derribo del antiguo cuartel para su incorporación al barrio podría ser el revulsivo para  una zona como La Rubia , que no  dispone de espacio para grandes operaciones de cosmética urbanística. La eliminación de las vallas del cuartel para su urbanización contribuirían  a dar aire al  barrio y permitiría la conexión de la carretera de Rueda con el Paseo de Zorrilla.

Pese a que no son pocos locales  que están cerrados, la carretera de Rueda es todavía una importante vía comercial en la que se mantiene una variopinta gama de tiendas y establecimientos en torno a los  que bulle la actividad.

Pero para conocer el  secreto de la longevidad comercial en la carretera de Rueda y su entorno hay que visitar la ferretería IMA, con entrada por los jardines de La Rubia. Al frente del negocio está Luis Méndez Santa Cruz, tercera generación en un establecimiento que ya regentaba su abuelo desde los años cuarenta del siglo pasado, entonces como herrería. 

Todavía abundaban las zonas de cultivo en los alrededores y su abuelo, Isidro Méndez Azcona, cuyas iniciales darían luego nombre al negocio, empezó a fabricar herramientas. Los cortafríos y punteros de IMA, alguno de los cuales conserva en la tienda el nieto de aquel pionero, abastecían a ferreterías de Madrid . La demanda creció y al final acabaron por trasladarse a mediados de los años sesenta a una nave del polígono de Argales. Fue entonces, en 1966, cuando la herrería dejó paso a la ferretería. En total 83 años en el mismo sitio, los últimos 57 como ferretería.

Luis Méndez conserva vívida la memoria de los últimos 50 años de transformación del barrio, de la carretera de Rueda y de los jardines de La Rubia, aunque su retiro será también el final de IMA . «Un día vino un señor con 96 años que recordaba cuando entró en la tienda con 12 años, entonces con su padre, y todavía seguía viniendo por aquí», recuerda como explicación a la pregunta sobre la continuidad del negocio después de tantos años y tanta competencia para las tiendas de barrio con la llegada de las grandes superficies.

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