«Muchas veces Castilla y León es una región menos inversora de lo que nos gustaría»

La directora general de la Caja Rural de Salamanca, Isabel Martín Arija, animó a los empresarios de Castilla y León a no poner freno a sus proyectos a pesar del «entorno de incertidumbre» actual, derivado de los conflictos internacionales que están teniendo repercusión en España, porque cuentan con un amplio abanico de opciones de financiación en la Comunidad que les puede facilitar su ejecución. «Están arropados y tienen posibilidades de llevar sus proyectos adelante», expresó durante una de sus alocuciones en el Club de Prensa organizado por El Mundo de Castilla y León y el Consejo Económico y Social, CES.  

Martín Arija aprovechó sus intervenciones para elogiar a los «empresarios valientes» que apuestan por mantener su sede en una comunidad autónoma «complicada», por sus dimensiones territoriales y por la dispersión de su población» que, «en muchos momentos», han podido tener la tentación de trasladarse a «zonas mejor comunicadas» o con una «situación fiscal más favorable», pero que han apostado por continuar aquí para «añadir valor, peleando en un terreno desfavorable». 

En este escenario, la representante de las cajas rurales en el foro El sector financiero en Castilla y León. Un aliado imprescindible de nuestro crecimiento celebrado ayer insistió en que este tipo de entidades no son un complemento a la banca, sino recursos «de primer orden» que en algunas zonas acaparan el 40% de la cuota de mercado, y ensalzó que los servicios que prestan son esenciales para vertebrar el territorio. 

«En un mundo como el actual, nuestra comunidad destaca por la despoblación y a veces es difícil que la gente tenga acceso a servicios bancarios. Yo provengo de un modelo diferente como es el de las cooperativas, que tiene una dimensión social y no plantea sólo beneficios económicos. Para el modelo cooperativo es fundamental la implicación con la región y con sus empresarios, manteniendo servicios y financiación en una región que, muchas veces, es menos inversora de lo que a nosotros nos gustaría», reflexionó sobre el papel que juegan las cajas de ahorro, aupadas como «modelo que se ha hecho hueco en el mercado». «Echar gasolina a los proyectos de inversión es una de nuestras finalidades y así lo hemos asumido», continuó en este sentido.

Eso sí, no obvió las dificultades que tienen que afrontar para mantener abiertas oficinas en el mundo rural, «aguantando en muchos casos en poblaciones que no llegan a los 500 habitantes». «No puedo ocultar que es difícil y que la rentabilidad es muy ajustada», argumentó de nuevo sobre la idea de que este tipo de entidades no se fijan sólo en criterios económicos, sino también sociales. 

Por eso, porque «se trata de un tema casi más público que privado», solicitó a las administraciones colaboración para que sigan funcionando en entornos desfavorables. «El colectivo está aguantando de manera heroica porque nuestra gente necesita servicios bancarios, pero también se cierran comercios o bares», insistió en su razonamiento para pedir más apoyo a los poderes públicos para continuar trabajando en zonas azotadas por la despoblación. 

Sobre esa base de «coherencia» y de «hacer una banca razonable y no especulativa», la directora general de la Caja Rural de Salamanca recordó que han logrado forjarse una «buena reputación» gracias también a la «voluntad» de «hacer frente a los desafíos asesorando a la gente» porque, según manifestó «la banca es algo más que comprar y vender dinero». 

Respecto a los retos de futuro, Marín Arija también puso el foco en la exportación y consideró que las administraciones públicas de Castilla y León «necesitan modernización y tecnificación». «Es una labor de todos; todos estamos implicados. Lo que marque el futuro dependerá de que los cambios se hagan realidad», puntualizó durante el foro.