Paloma e India hicieron 2 llamadas al 112 antes de ser acuchilladas pero las colgó su asesino
El informe final de la policía revela que el asesino confeso también mandó un mensaje a su ex mujer tras el crimen para decirle que había sido por su culpa / Tenía al día siguiente un juicio por la custodia del hijo
- «Pediríamos la pena de muerte, la prisión permanente es poco»
- Los datos del ‘Iphone’ de David no se han rescatado por la seguridad de Apple
El informe final del Cuerpo Nacional de Policía sobre la noche de terror que vivieron Paloma Pinedo , de 45 años y su hija India, de ocho, aporta datos que hacen aún más espeluznantes los minutos que estuvieron en manos de su verdugo, David Maroto , en el piso de ella, en el número 66 5º A del paseo de Zorrilla. María Pinedo , la hermana y tía de las fallecidas, revela a este diario episodios de la conducta del asesino confeso, antes y después del crimen, que aún no habían trascendido cuando se acaban de cumplir nueve meses del doble asesinato, cometido en la madrugada del 23 de enero de 2023.
Maroto, de 46 años en actualidad, actuó no solo con ensañamiento , algo que ya se sabía, sino con extrema frialdad , hasta el punto de anular la petición de auxilio que trató de lanzar la que era su pareja llamando al servicio de emergencias en el primer brote de agresividad de David.
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«Hay cuatro llamadas desde un teléfono de empresa (Comercial Pinedo) que manejaba mi hermana al Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León, dos salientes y dos entrantes», explica María. Las llamadas se realizaron entre la 1,20 y 1.30 horas . David había llegado al domicilio de María a las 0,17 horas. No disponía de llaves de esta casa y entró en ella tras llamar al portero automático.
María Pinedo duda que David hubiese estado antes en la concentración Motauros de Tordesillas ese domingo, como se llegó a deslizar. Sí está comprobado que acompañó a su hijo (el que tenía con su expareja) de nueve años a Medina del Campo para que disputara un partido de fútbol. Regresó a la capital vallisoletana, dejó al menor con unos familiares, y pasó por La Cistérniga y por la Rondilla. De este barrio, acudió a casa de Paloma .
Entre las 0.17 y la 1.20, momento de la primera llamada al 112, se fraguó una espiral de agresividad de Maroto contra Paloma y la niña. Una de las dos víctimas llamó al teléfono de urgencias . «No sabemos quién de las dos, Paloma o India, hizo las llamadas», prosigue María. «Es una duda no resuelta porque no se han podido limpiar bien las llamadas. Llamaban y colgaban . David debió de colgar al ver que las hacían y el 112, claro, devolvía las llamadas pero nadie contestaba», añade la hermana y tía de las asesinadas.
Su conclusión, que es la de toda la familia Pinedo y la de su abogado, es que David era perfectamente consciente de lo que hacía. Y por si hubiese aún dudas, relata otro suceso que protagonizó a los pocos minutos, según ha podido reconstruir el Grupo de Homicidios de la Policía. Llamada a su ex
María Pinedo asegura que, poco antes de la 1.30 horas, David mandó un Whatsapp a su anterior pareja contando que todo (el doble crimen) había ocurrido por ella . «Por este dato sabemos que ya las había asesinado, es decir, que fue tras los intentos de pedir ayuda al 112 a la 1.20 y antes de la 1.30. Muy poco antes».
David acababa de terminar con la vida de ambas y, en una casa con dos cadáveres en el suelo y salpicada de sangre, su primer pensamiento fue para su ex, con la que tiene un hijo pequeño de 9 años en común .
«No es del todo textual, pero le escribió: ‘Esto ha sido por tu culpa’ . Hay que tener una extrema frialdad para mandar un mensaje en la escena en la que se encontraba y para culpar a su ex. Al día siguiente tenían juicio por la custodia del hijo en común. Y estaba obsesionado» , rememora la familiar de las víctimas.
Una incomprensible fijación de Maroto contra su ex, ya que ésta última le ‘liberó’ de ser condenado por vejaciones y lesiones leves . Sí que le denunció por estos hechos en 2017, pero los cargos se quedaron en nada cuando ella decidió no ratificar la denuncia en el juicio, ya que se acogió a su derecho a no declarar. Ensañamiento
Las heridas mortales que infligió a Paloma e India reflejan un ensañamiento brutal con ambas. Cuando los Bomberos y los policías nacionales entraron en el piso horas más tarde –lo tuvieron que hacer por la ventana con la ayuda de una escala para llegar al quinto piso– encontraron el cuerpo ya sin vida de la niña de ocho años en el salón con varias puñaladas .
En la cocina descubrieron, también sin vida, a Paloma , que murió de múltiples heridas de arma blanca. En el interior de la vivienda los agentes descubrieron dos cuchillos con sangre. En la cocina también fue hallado, con vida, David Maroto, con heridas autolíticas de arma blanca en las muñecas y en el pecho .
Eran más bien superficiales y tardaron en curarse tres días en el Hospital Clínico, centro sanitario donde fue trasladado en calidad de detenido y operado de neumotórax. El informe de la Policía recoge que David preparó la escena a la llegada de los agentes, como para hacerse la víctima. «Agarró a mi hermana, tumbado boca arriba, intentando dar pena. Pero no tenía nada, eran heridas superficiales» , apunta la hermana y tía de las asesinadas.
Tras los asesinatos David pasó una hora y media más en la casa, hasta que a las tres de la mañana decidió llamar su hermana, pero el teléfono lo descolgó su cuñado. Le soltó: «He hecho algo malo. ¡He matado a Paloma!» . Una revelación que provocó la llamada del cuñado al servicio 112. La Policía, Emergencias de Sacyl y los Bomberos volaron al domicilio de Paloma. Tuvieron que entrar el piso (un quinto) por la ventana con la ayuda de una escala.
Más tarde, minutos después de las cuatro de la mañana, llegaron al paseo de Zorrilla 66 la madre de Paloma, Carmen Rodríguez, y María, hermana y tía de las asesinadas. Así lo cuenta esta última. «Me llamó mi madre a las cuatro y pico de la madrugada. Me dijo: ‘María, María, vete corriendo a casa de tu hermana’ . Empecé a llamar a Paloma. Luego mi madre me avanzó por teléfono algo más. Dijo: ‘Algo malo ha pasado porque me está escoltando la Policía desde la urbanización donde vive mi madre'», recuerda María.
«Llegamos mi madre y yo a la vez al bloque de mi hermana y ahí se dio cuenta mi madre que, con los nervios, se había equivocado de llaves. No tenía las del piso de Paloma. Nos sentamos en el descansillo. Y pregunté a un policía, ‘¿Cómo sabéis que ha pasado algo malo? Está todo cerrado y aquí no hay nadie’. Fue cuando contestó el agente. ‘Ha llamado él’. Acto seguido volví a preguntar: ¿La ha matado’. Y contestó. ‘Tanto como eso, no’» , prosigue la hermana. Dos horas rezando
En ese momento María reparó en que India también estaría en la casa, porque ese fin de semana le correspondía a Paloma la custodia de la menor. «Pensé que si había pasado algo, la niña estaría muerta de miedo», recuerda.
«Mi madre y yo nos pasamos dos horas rezando en el descansillo de portal . Veía subir a los sanitarios, a los policías, a los bomberos... No entendía por qué no salía ya India de la casa. Pasadas la seis de la mañana, bajó un señor y nos dijo: «La madre y la niña están fallecidas» . «Ahí nos derrumbamos. Mi madre sufrió una arritmia y yo me puse histérica y nos llevaron al hospital», concluye.
«Pediríamos la pena de muerte, la prisión permanente es poco»
«Lo que ha hecho David Maroto es lo más sangrante que ha ocurrido en Castilla y León en todos los tiempos». Quien habla es Carmen Rodríguez , madre y abuela de las asesinadas. Una contundente y explícita descripción que avanza cuál va a ser su petición cuando llegue el juicio el juicio con jurado, que, según las primeras previsiones, se celebrará en los meses de mayo o junio de 2024.
Tanto ella como sus hijas, Patricia y María, solicitan la prisión permanente revisable por el asesinato de India y, al menos, 25 años más de cárcel, por el de Paloma. De ahí para abajo, no se conforman con nada. Lo dicen porque han visto recientemente cómo el caso de José Javier C.F. el asesino de su mujer (estaba en trámite de separación) África C.B. , en el chalet del matrimonio en la urbanización Santa Ana, el 21 de junio de 2022, concluyó el 3 de marzo de este año sin celebración de juicio ya que este técnico de Hacienda, pactó una condena, tras acuerdo entre las partes, de 20 años de cárcel.
Carmen Rodríguez, que enviudó de su marido Luis Fernando Pinedo cuando éste tenía 43 años, asegura que ya ha cubierto con creces toda la cuota soportable de dolor en la vida, y avanza que no va a aceptar ningún tipo de rebaja . «Lo siento, apoyaré todo lo que le caiga. Creo que va a ser mucho, aunque siempre será poco. Yo aceptaría y pediría la pena de muerte», asegura, al sostener que es un caso que reúne las condiciones para aplicar la pena capital. «Pero no existe en España, ni siquiera la cadena perpetua», afirma la madre de Paloma, en unas palabras que suscribe su hija María. «Lo peor de Valladolid»
Este diario se reunió con Carmen y María Pinedo en la misma mesa en la que trabajaba Paloma, en la nave de Comercial Pinedo, en la calle Forja del polígono de Argales, una oficina a la que María había vetado la entrada a David Maroto en los meses de noviazgo con Paloma, que fueron diez, desde los Carnavales de 2022. «Le había calado y, por su culpa, dejé de asistir a algunas reuniones familiares», lamenta María.
«El problema es que mi hermana era muy buena. Un día le dije: ‘¿Cómo una chica tan alta, tan guapa, educada, con trabajo, se ha juntado con lo peor de Valladolid?‘ Y ella me contestó: ‘María, la gente cambia. Ha cambiado por mí y lo que quiero es ayudarle’ , me contestó. Por desgracia, estaba equivocada», rememora María Pinedo.
Esta familiar confía en que los intereses de los Pinedo Rodríguez en el proceso contra Maroto, se vayan ajustando a cerca de lo que solicitan, pero tienen algunas dudas por los movimientos de la defensa. De hecho, David, que ha pasado por abogados de oficio, acaba de contratar un letrado de pago, especializo en derecho penal.
Mejor noticia han recibido al leer la conclusión del informe forense al que fue sometido el ahora encarcelado desde los hechos en el centro penitenciario de Valladolid, y que concluye que no presenta una patología mental que altere las bases de su imputabilidad en el doble crimen . Es decir, que aunque se ha acreditado que consumía habitualmente alcohol, cocaína y anfetaminas por las muestras de cabello obtenidas de David, la noche de los asesinatos actuó sin que nada afectara su capacidad mental. Para María y su familia es un avance importante, ya que por esta vía de drogadicción/alcoholismo no podrá limar (en principio) condena por circunstancia atenuante.
También cuentan los Pinedo con la confesión del reo y con el contundente auto de ingreso en prisión que emitió el juez el 26 de enero de 2023, tres días después del doble crimen, cuando David salió del Clínico. El juez del Violencia Sobre la Mujer, Emilio Vega habló de «indicios serios y racionales de que el detenido participó en los hechos a título de autor» y destacó la «especial brutalidad» de la agresión que sufrieron las víctimas. Apuntó, además, la posibilidad legal de «aplicar la pena de prisión permanente revisable». Golpes al furgón
En la salida del juzgado de Angustias aquel 26 de enero Maroto ya pudo percibir en sus carnes la ira de los familiares de Paloma e India. Lo cuenta María. «Me enteré que había salido del Hospital Clínico y estaba declarando en el juzgado. En media hora me planté con más familiares. Le esperamos en la salida de vehículos de la calle Torrecilla y avisé a los policías que formaban un cordón de seguridad. Les dije: ’Si hay que pagar los bollos en la chapa del furgón, los pago, pero voy a aporrear el vehículo'» , recuerda. Y lo hicieron, pero fue por poco tiempo, ya que el vehículo cogió cierta velocidad al salir del garaje. No conformes, realizaron una carrera de decenas de metros para que se llevara también a la cárcel una buena ración de insultos en sus oídos.
Las noticias favorables a los intereses de los Pinedo Rodríguez no se quedan ahí. Aunque el proceso aún no ha entrado en la fase de calificación, es muy probable, por lo que ya han ido adelantando, que todas las acusaciones (Fiscalía, la familia de Paloma e India, la Asociación Clara Campoamor y la Junta de Castilla y León), interesen la prisión permanente revisable por el asesinato de la niña India, y pena de asesinato por el de la madre.
El horizonte de condena para este trabajador en empleos como transportista, carretillero o comercial , no solo podría ser el de prisión permanente revisable. Añadiría otros 15 o 25 años más por el asesinato de la madre, según lo que consideren acreditado los miembros del tribunal del jurado.
Los datos del ‘Iphone’ de David no se han rescatado por la seguridad de Apple
La investigación del doble crimen y de los días anteriores al asesinato se ha topado con un veto imprevisto, ya que los móviles de David Maroto y de María Pinedo no han podido ser analizados por el Cuerpo Nacional de Policía, debido al sofisticado sistema de seguridad de la compañía Apple. Ambos poseían sendos Iphone 14 y ni siquiera bajo orden judicial, los agentes especializados en delitos tecnológicos han podido rescatar la información de los terminales.
Así lo asegura María Pinedo tras leer las conclusiones del informe policial. «Una de las pruebas importantes del caso eran los teléfonos móviles de ambos. Terminales que contienen informaciones tan importantes como los Whastapp de él y los de Paloma, las llamadas, a qué hora se realizaron, las localizaciones... todo este material no ha podido ser estudiado por la Policía, ya que los móviles están encriptados . Peor aún, los agentes ya han dado por perdida esta batalla, puesto que ha concluido el plazo de diligencias», asegura la hermana de Paloma.
María y su madre nunca estuvieron conformes con asumir este veto al contenido de los teléfonos. Y más aún cuando supieron hace un mes que, en el caso de los cuatro canteranos del Real Madrid acusados de difundir un vídeo sexual de una orgía con chicas, una de ellas menor, los móviles y las imágenes que estos contenían fueron analizados sin problemas por la Guardia Civil.
«A esos cuatro jugadores, a todos, les han podido analizar los vídeos sus teléfonos, pero en nuestro caso, no. En su día pedimos al juez de Violencia de Género, Emilio Vega , a través de nuestro abogado, que le obligasen a David Maroto a descifrar las claves de su teléfono, pero nos contestaron que eso no podía a hacerse, ya que sería como obligarle a declarar contra sí mismo . No lo entendemos, porque hay una orden judicial para abrir el teléfono de David y de Paloma. Los dos móviles se enviaron a Madrid, pero ya están de vuelta», indicó María, quien no oculta tampoco su asombro por la palmaria diferencia respecto al acceso e investigación por parte de la Guardia Civil de los móviles (y navegadores) de los tres investigados en el caso de Esther López .
Al menos en el caso de Paloma e India la información de Iphone de Maroto, siendo importante, no es decisiva para apuntalar la imputación de David como autor de asesinato, puesto que confesó su autoría a su cuñado tras cometer los crímenes .