Félix Alberto, el vallisoletano que escapó de la guerra de Israel: "Temes por que entren en tu casa con un fusil y te maten"
En agosto de 2022 llegó a Beer Sheva para trabajar de preparador físico en el equipo de baloncesto de la ciudad. Ya en Valladolid, recuerda el sufrimiento vivido iniciados el conflicto: "Han sido los peores días de mi vida"
Dicen que los ojos son el espejo del alma. Suficiente es una mirada para sentir la tristeza, la alegría o la inseguridad. Incluso, el miedo, una sensación que atrapa a Félix Alberto de Fuentes desde que el pasado sábado una alarma al borde del amanecer le despertó de su cama en Beer Sheva , una ciudad del sur de Israel. No era una ambulancia como él se pensaba, sino el estallido de una guerra que se iba a librar a unos 47 kilómetros de distancia, en la Franja de Gaza, y que acumula al menos 1.600 fallecidos. Él tuvo la suerte de su lado, y las cuatro paredes que le protegen son las de su hogar de toda la vida, en Valladolid , junto a su familia. Pero no todo su cuerpo se mantiene a salvo, con la mente en vilo por el bienestar de sus amigos y compañeros de trabajo, cuyas caras puede no volver a nunca.
La vida depende de cómo aprovechar las oportunidades que te brinden. Félix Alberto , de 33 años de edad, nunca se iba a imaginar que desde hace poco más de un año viviría en Israel después de una laboriosa carrera como preparador físico en el Carramimbre CBC Valladolid, el CB Zamora o CB Palencia o en las categorías inferiores de la Selección Española. Pero cuando uno siente la llamada de cambiar de aires, no atenderla no es una opción. Y en el Hapoel Be'er Sheva desembarcó en agosto de 2022 . "Me encargaba de toda la estructura de los equipos de formación y también del equipo filial este año", explica en pretérito a este periódico, porque su regreso ya no parece una realidad.
En Beer Sheva su vida no era tan distinta como a la llevada por las calles de Castilla y León. "Era una vida corriente", asegura, con una rutina basada en el trabajo en el club de baloncesto de la ciudad israelita y en el tiempo libre con sus amigos. "El miércoles anterior recuerdo que tuve un una boda de un español con una chica de allí, de Israel", comenta, reconociendo que allí ha sido acogido "con los brazos abiertos" y con personas dispuestas a ayudarle ante cualquier problema, de quienes destaca su "mentalidad de esfuerzo". Pero el sábado, lo más parecido al apocalipsis derrumbó su estancia, con cohetes sobrevolando los cielos bajo una cortina de humo mezclada con una estruendosa alarma antiaérea . "Estaba dormido, y sobre las seis y media de la mañana, me despertó un sonido que creía que era de una ambulancia porque yo vivo al lado del hospital de Soroka (el más grande de Israel), pero pasan unos segundos y el ruido cada vez es más grande. Levanto la persiana y ya escucho que es la alarma de misiles" , rememora.
"Han sido los peores días mi vida" , asegura de forma rotunda Félix Alberto, que intenta mantenerse firme mientras lucha contra sus emociones. Todo lo vivido durante esas horas no lo puede expresar solo con palabras. "Han sido tantas emociones y tantos acontecimientos que me cuesta describirlos", asevera. Para él, son dos términos los que representan esos momentos: dureza y angustia. "Temes por tu vida, que en cualquier momento se acabe todo" , continúa. Una oscuridad que tuvo que vivir de forma solitaria y con el apoyo de unos pocos, como de la familia con la que compartía el búnker situado en la planta del edificio donde vive , permaneciendo durante la activación de la alarma anti-misiles y los diez minutos más que recomiendan tras su pausa.
El temor no hacía uso de palabras. Solo bastaba con ver los rostros de sus vecinos protegidos en el refugio. Félix Alberto y el padre de una familia intentaban que ese sentimiento no se apoderase de sus acciones. "Yo salía a mi casa, intentaba evadirme , y él salió, junto a su hijo mayores, a por comida para el resto de los hijos y su mujer", recuerda, pero la angustia se terminaba imponiendo al vallisoletano. "Intentaba dormir un poco, cerrar los ojos, pero era imposible porque en cualquier momento se puede acabar tu vida . Entonces, piensas en tus seres queridos, en tu familia, piensas en todas las personas que conoces". A pesar de que su vida estaba en juego, él decidió no escribir a su círculo cercano debido a las tempranas horas a las que se inició el conflicto.
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Aunque el búnker significaba seguridad, el sonido de los bombardeos le llevaban a replantearse por qué decidió coger la oportunidad que le llevó hasta Israel. "Piensas qué haces aquí, que por qué hacen esto, que por qué están tirando bombas contra civiles como tú , como yo, como tus vecinos", dice con la voz entrecortada, siguiendo por el miedo a la entrada de los palestinos en el país, con secuestros y muertes de por medio. "Entonces, piensas que pueden venir a tu casa y de repente entren con un fusil, te dispare y te mate" , continúa.
Justamente este martes ha conocido que el padre de uno de los jugadores que entrenaba ha sido asesinado mientras ejercía como reservista en la guerra . "Tengo jugadores que están en el frente ahora. Pongo cara a esos soldados que antes no les dabas importancia. Son personas que tienen una vida normal, que estudian, que juegan al baloncesto, que tienen una familia, que tienen amigos y que ahora tienen que ir al frente a defender a sus familias y a su país", manifiesta, deseando a su vez que "todos vuelvan". "Sé que va a ser difícil, pero quiero que todos estén bien y que se acabe cuanto antes. Solo quiero eso, solo pienso en las personas. Mi cabeza está allí aún con ellos" , añade.
Tal es el sufrimiento que siente al ver, leer y escuchar sobre el desarrollo del conflicto, que evita seguir las noticias. "Sí que en el grupo donde están todos los entrenadores nos van actualizando, pero, por ejemplo, he tenido que quitar el telediario porque no quiero ver nada lo veo porque solo pienso en que estén a salvo y que estén bien", razona.
Ya en Valladolid, gracias al traslado de extranjeros por parte de su club hasta Eilat, donde pasó dos días hasta coger un avión hasta Tel Aviv, primero, y luego a Madrid, Félix Alberto pide que esta guerra tenga visibilidad para que se ayude a Israel. "Espero que todo el mundo vea lo atroz que está siendo esta masacre" , concluye, con el propósito de que las personas "se pongan en el lugar de los que están sufriendo para que sepan que esto es real y que no está lejos, sino que afecta a todo el mundo". "Esto no debería existir" , concluye.