Las 'vacaciones en paz' de Ahmed y sus amigos en Valladolid: ''Es como criar a un niño de 9 años de cero''
30 niños y niñas saharauis se alojarán este verano con familias de la capital y provincia vallisoletana
Los pequeños esperan atentos y pacientemente sentados en el salón de recepciones del Ayuntamiento de Valladolid a que los mayores dejen de hablar para poder dirigirse al fondo de la sala a disfrutar de un almuerzo que han preparado para ellos. Algunos reflejan curiosidad, otros tensión, otros aburrimiento y otros simplemente comentan entre risas lo que ven a su alrededor. ‘’En la pandemia esto no se podía hacer y yo no sentía tranquilidad sino que me faltaba un niño en casa: las risas, los lloros, ir a la piscina o en bici y preocuparte por él’’. De esta manera se refiere Gema, miembro de una de las familias vallisoletanas de acogida, a los años en los que la iniciativa ‘Vacaciones en Pa z’ no pudo realizarse debido al Covid, aunque el verano pasado se retomó. Igual que Gema, son muchas las familias que han decidido involucrarse con los 142 niños de los campamentos de Tindouf (Argelia). De hecho, según ha comentado el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, que ya los recibió ayer en el Consistorio, el número ha aumentado en comparación con 2022.
Gema colabora con la Asociación Cultural de Amigos del Pueblo Saharaui desde hace 20 años, cuando vio un anuncio en televisión que le inspiró para acoger al primero de los seis niños que han pasado por su vida gracias a este proyecto. Mantiene el contacto con todos e incluso está ayudando al más mayor a conseguir los papeles necesarios para poder residir y trabajar en España. Este año, un niño y una niña podrán disfrutar junto a ella de un verano muy diferente al que están acostumbrados. Sobre la adaptación, es sincera y admite que ‘’los primeros días son los más difíciles, pero hay que ser paciente. A los 15 días se nota una evolución total’’. La comunicación mediante gestos ya es una amiga para ella, puesto que los dos menores de momento no hablan español con fluidez. A ella no le importa y considera que los niños le aportan más que lo que ella les puede ofrecer. ‘’Creo que las familias que acogemos somos conscientes de la situación que hay en Sáhara: temperaturas de más de 50 grados, sin agua para refrescarse o beber y ahí es donde tienen los campamentos. La gente tiene mucho desconocimiento de cómo funcionan allí las cosas’’.
Tampoco faltan los que experimentan por primera vez la sensación de tener a una persona más jugando en casa. Álvaro , que vive en Cigales, define a su familia como ‘’novatos’’, puesto que es el primer año que acogen a un niño para pasar junto a ellos el verano. Ahmed, de 9 años, juega animadamente con las tres hijas de Álvaro. Para ellas, aunque llegase el domingo pasado ya es su hermano. ‘’Nos sentimos muy ilusionados y estamos mostrándole nuestra forma de vida. Enseñándole el pueblo poco a poco y pasando tiempo con él’’. Cuando trata de expresar lo que está aprendiendo de Ahmed, cuenta que ‘’Es difícil expresar qué es lo que creo que puedo aprender de él porque son muchas cosas que nunca podría desarrollar bien, pero es como educar a un niño de 9 años de cero completamente’’. La familia de Álvaro siente que poco a poco más familias de su entorno apuestan por vivir la experiencia y confía en ‘’haber sembrado una pequeña semilla en ellas’’.
Los dos hijos de Beatriz se ríen con su nueva compañera de juegos mientras corren alrededor de su madre. Tienen 2 y 5 años, pero su madre afirma que ‘’el pequeño, aunque es muy pequeño, tiene una conexión muy especial con ella. Desde el primer día la recibió con los brazos abiertos’’. También forman parte del grupo de los novatos que se ha decidido este año a contar con uno más en sus planes de verano. Señala que para ella la maternidad fue la clave para darse cuenta de que ‘’es importante que los niños conozcan otras realidades distintas a las suyas": "Mis hijos a veces se ponen caprichosos y saber de primera mano la situación de su nueva amiga hace que valoren lo que tienen aquí’’, apunta. En especial su hijo mayor es consciente de las circunstancias que hay en el Sahara y que, por ejemplo, su cole no es como el cole que tienen ellos. Sobre la situación política que atraviesa el pueblo saharaui, es firme en su posición: ‘’Me da mucha pena que los políticos se metan siempre en líos y lo paguen los niños. Está genial que conozcan España y a otros niños tan diferentes a ellos, pero lo lógico sería que esto se arreglara y vivieran en paz en su lugar de origen, donde están sus raíces y su familia’’.