Bendición desde los vertiginosos 70 metros de la torre de la Catedral de Valladolid
Con el centenario de la entronización del Corazón de Jesús, la celebración se enmarca dentro de los actos del Año Jubilar 'Venga tu Reino' concedido por el Papa a la diócesis de Valladolid
Nunca la lluvia de gotas del hisopo cayó desde tan alto . La capital vallisoletana fue bendecida ayer por el arzobispo Luis Argüello con el Santísimo Sacramento, desde el mirador de la torre de la Catedral (70 metros de altura), justo cuando se cumpleo el centenario de la entronización del Corazón de Jesús y su celebración se enmarca dentro de los actos del Año Jubilar ‘Venga tu Reino’ concedido por el Papa a la diócesis de Valladolid.
La puerta principal de la catedral estuvo abierta durante la celebración, algo inusual, ya que solo suele estar abierta durante Semana Santa o con el festejo del pasado Corpus. Emulando las celebraciones que presidió allí hace cien años el entonces arzobispo metropolitano, Remigio Gandásegui, Argüello rezó una oración de renovación de la consagración de la Diócesis al Sagrado Corazón de Jesús desde el pequeño altar de la torre, con el objetivo de que los vallisoletanos y visitantes que así lo quisieron pudieron acercarse a los pies de la Seo, al instalarse altavoces tanto en el atrio de su acceso principal como en la plaza de la Universidad.
El mitrado proclamó en nombre del Señor que "contigo y con tu misericordia, que llega para renovar y restaurar la vida de cada uno tan preciosa para ti, para que cada uno encuentre su vocación por haber descubierto que tú aún esperas mucho de nosotros". Seguidamente, el prelado bendijo a la provincia con el Santísimo desde los cuatro puntos cardinales y la celebración terminó con un fuerte aplauso. El acto comenzó a las 13.00 horas con un canto y el rezo de las Letanías del Corazón de Jesús y concluyó con la lectura de la oración del jubileo , a la que se sumaron algunos de los fieles presentes en la celebración, y un himno. Mientras, en la torre y, además de por representantes del Cabildo Catedral, el Ordinario estuvo acompañado por una simbólica representación de religiosos y laicos.
El joven monaguillo Rubén Medina comentó acerca del homenaje que "para mi este Año Jubilar es algo bastante importante en mi vida cristiana. Además, es algo que te llena por dentro el rezar y el ayudar es algo personal. Al final, está siempre sujeto a críticas al ser joven católico al tener 18 años y ser monaguillo, sé que es una burla, pero todo lo hago con el corazón hacia Cristo, Cristo Rey y el Corazón de Jesús sobre todo".
"Empecé siendo monaguillo por el amor que tengo a la patrona de Valladolid y un día me dijeron que si quería ser monaguillo y comencé a ayudar en la novena de la patrona y aterricé aquí en la catedral. Somos un grupo majo de chicos jóvenes de entre 13 y 23 años y, como responsable y coordinador del grupo de monaguillos, verles ayudar y atender a gente mayor, es algo que te llena por dentro" acaba por declarar Medina.
Además , la capital, cuna del Beato Bernardo de Hoyos, es uno de los referentes mundiales de la devoción al Corazón de Jesús. Por ello, tanto la Catedral como la Basílica de la Gran Promesa son templos jubilares desde el pasado 16 de junio, solemnidad del Corazón de Jesús, hasta el próximo año, 7 de junio de 2024, misma solemnidad.