Cuando el terrorismo asesinaba en las calles de Valladolid: 33 años del crimen del coronel Manuel López a manos del GRAPO
Uno de sus cuatro hijos oyó los disparos desde casa y al bajar se encontró a su padre acribillado cerca del portal / El coronel abulense trabajaba como asistente del gobernador militar
"Oí tres detonaciones, bajé corriendo a la calle y me encontré con mi padre muerto ". Así recordaba el año pasado a este periódico el hijo de Manuel López Muñoz el asesinato de su padre a manos del GRAPO. Aquel 15 de junio de 1990 sus asesinos le dispararon en la nuca y en la cadera en la calle Turina de Valladolid y el ex coronel, casado y padre de cuatro hijos, quedó tendido en la acera. Han pasado 33 años de aquel fatídico día, pero la memoria sigue viva.
Manuel, de 62 años , había pasado a la reserva tres años antes y seguía asistiendo al gobernador militar como su secretario particular. Ese día no llegó a su puesto de trabajo. Murió en el acto acribillado por la espalda a las puertas de su casa a manos de unos jóvenes que, como llevaban haciendo en las últimas semanas, habían entrado a tomar un café en el bar Estribos, cerca del portal donde residía, en el barrio Cuatro de Marzo. Según relataron en su momento el propietario y la camarera del establecimiento, dejaron el café, salieron a la calle y uno de ellos efectuó los disparos, antes de salir huyendo en dirección al paseo de Zorrilla.
Las detonaciones se oyeron desde el domicilio familiar , tal y como relató a este diario uno de los hijos del militar, también llamado Manuel. Eran poco más de las ocho y veinte de la mañana y él se estaba preparando para acudir a un examen en la Universidad de Valladolid. Al escuchar las detonaciones su hermana "intuyó" lo que acaba de ocurrir y él bajó deprisa a la calle, donde pudo comprobar el horror. Junto al cuerpo de su padre permaneció hasta que empezaron a llegar los efectivos de policía y el juez.
También el entonces alcalde de la ciudad, Tomás Rodríguez Bolaños , y el presidente de la Junta de Castilla y León, Jesús Posada , acudieron hasta el lugar y condenaron el atentado, cometido por los Grapo (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre). Los "asesinos condenados" por este crimen, recuerda la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Consuelo Ordóñez, fueron "Guillermo Vázquez Bautista, Olga Oliveira, María Jesús Romero Vega y Fernando Silva Sinde".
En un hilo de Twitter, la hermana del político Gregorio Ordóñez –asesinado por ETA en 1995–, recuerda que "tal día como hoy" Manuel murió a tiros y pide que no se olvide lo sucedido. Pide que se recuerde al que fuera coronel del Ejército de Tierra, nacido en Ávila, aunque llevaba treinta años viviendo en Valladolid .
"Me ha costado mucho superar el asesinato. Aunque no es que esté superado del todo. Es lo primero en lo que he pensado al levantarme ", decía el año pasado por estas fechas Manuel López Represa, el hijo de Manuel López Muñoz, al recordar la efeméride. Aunque recibieron el apoyo de amigos y familiares, los primeros años "fueron muy malos", subrayaba.
"Ya no tengo ningún sentimiento. Odio no siento hacia los asesinos, pero sí reproche . Me gustaría que se arrepintieran de lo que hicieron, pero no creo que lo hagan", confesaba. El calendario ha sumado otro año. Y van treinta y tres.