Barrio A Barrio
El barrio de las latas de Valladolid
Los vecinos llevan a gala formar parte del barrio de las latas, como es conocido en la ciudad porque en muchas de las casas construidas se utilizó chatarra; Entrelíneas, Entrevecinos y Entrehuertos son los proyectos de la Asociación Unión Esgueva para reforzar los vínculos y para combatir la exclusión social en un barrio humilde
Los vecinos que residen en las casas molineras del barrio España conviven desde hace unos años con los inquilinos que se han mudado a esa zona a los nuevos bloques de viviendas que se edificaron, la mayoría cerca del centro comercial de la ronda al que acuden prácticamente a diario. Es una visita obligada porque en el barrio España sólo hay una tienda y unos pocos bares. En la calle Monegros permanece un establecimiento de comestibles «de toda la vida». El bar de la calle Valle de Arán se convierte en punto de encuentro, casi enfrente del frontón Soto de la Medinilla, escenario también de numerosas veladas de boxeo en las que subieron al ring ‘Salvi’ Jiménez y ‘Miguelón’ Cuadrado, dos jóvenes púgiles que primero dieron el salto a la selección española y más tarde dejaron bien alto el pabellón vallisoletano al proclamarse campeones de la Unión Europa y España, respectivamente. Allí, en el barrio España, comenzó la andadura de ambos púgiles bajo la atenta mirada de su entrenador, Domingo Rodríguez, y del presidente de la Federación de Boxeo de Castilla y León, Pedro Retuerto, que nacieron en el barrio y se criaron en sus calles. Han pasado muchos años y ya no viven allí pero ambos mantienen intactos esos recuerdos de la infancia.
El interminable paseo situado detrás del frontón congrega todos los días a los cientos de vecinos que se lo recorren de punta a punta, la mayoría andando, aunque a paso ligero, y los más deportistas corriendo. No importa que haya un sol de justicia porque es una zona arbolada y la sombra está asegurada.
El barrio España se llamó con anterioridad barrio de la República . Eran otros tiempos, los de la Segunda República, y alguien pensó que parecía el nombre más apropiado en ese momento. También se le conoció como el barrio de las latas y eso tiene una fácil explicación: en muchas de las primeras casas que se construyeron se utilizó chatarra . Al igual que otros muchos barrios de Valladolid la transformación llevó su tiempo después de vivir durante muchos años en calles sin asfaltar, con poca luz y también problemas con el agua. Fueron los años más duros. La llegada a la ciudad de Fasa Renault y Lingotes resultó un alivio para buena parte de los vecinos del barrio España, al igual que sucedió cuando Endasa, Nicas y Tafisa abrieron sus puertas. Los vecinos del barrio España, en unos casos nacidos aquí y en otros procedentes de la provincia, encontraron al fin un puesto de trabajo. Cuando se instalaron en el barrio, el denominador común del cambio de residencia no era otro que buscar un empleo.
Con ese mismo afán, y con anterioridad, había llegado al barrio un buen número de emigrantes cuando la zona en cuestión era un asentamiento. En aquellos años no era ni barrio -o así lo consideraba la autoridad- hasta que aumentó la población y no quedó otro remedio que incluirlo en el censo. Ya era barrio y fue cambiando su imagen en diferentes etapas tras llevarse a cabo numerosas reformas. La voluntad y el afán de un puñado de vecinos por mejorar el día a día en todos los aspectos dio paso a la Asociación de Vecinos Unión Esgueva . Ellos, hombres y mujeres, son en buena medida los artífices de la renovación. Llamaron una y cien veces a las puertas del Ayuntamiento para trasladar sus reivindicaciones a las autoridades. No ha sido su único mérito. También predicaron con el ejemplo y no les importó coger pico y pala con el fin de acondicionar espacios que necesitaban un lavado de cara. Eran obras menores y bastaba con su voluntad para ejecutarlas en su tiempo libre sin esperar la llegada de una cuadrilla municipal. Dicen que el movimiento se demuestra andando y esa fue la máxima que aplicaron los vecinos.
La actividad deportiva siempre ha estado muy presente en el barrio. Los chavales necesitaban lugares de esparcimiento en el que pudieran practicar sus deportes favoritos. También se ejercitaron -y a fecha de hoy lo siguen haciendo- en las instalaciones de San Pedro Regalado, muy cerca de donde viven. La cercanía entre estos dos barrios, divididos por la Avenida de Santander , dio paso a lazos de unión, primero entre los propios residentes y más tarde a través de las respectivas asociaciones de vecinos. La buena convivencia de los residentes en el barrio España se trasladó al de San Pedro Regalado, barrios vecinos que en muchos casos comparten las mismas reivindicaciones.
Proyectos de inclusión
El Centro de Iniciativas Ciudadanas toma el pulso al barrio España. Allí conviven numerosas agrupaciones y asociaciones que realizan multitud de actividades que incluyen diversos cursos, talleres y representaciones. De allí salen las iniciativas que plantean los propios vecinos. No hay distinción y se aceptan por igual las sugerencias de los jubilados y los adolescentes. El Centro da vida al barrio, mientras los integrantes de la Asociación de Vecinos impulsan los proyectos Entrelíneas, Entrevecinos y Entrehuertos con objetivos bien diferenciados. Entrelíneas cuenta con una biblioteca y las dos habituales opciones, disfrutar allí mismo de la lectura o llevarse el libro a casa. Es una clara apuesta de la Asociación de Vecinos Unión Esgueva para animar a leer y no perder nunca el buen hábito de la lectura. Entrevecinos es un proyecto social que vio la luz hace más de diez años. Une a los vecinos y combate el riesgo de exclusión, al tiempo que sirve de ayuda a quienes buscan empleo. El trabajo que desarrollan los responsables de Entrevecinos no abre puertas de par en par, pero ayuda a quienes necesitan un empujón para incorporarse al mercado laboral. Entrehuertos tiene ocupadas a diario a un buen número de personas que se afanan en trabajar la tierra. Es otra iniciativa de los vecinos y basta una mirada para comprobar que los encargados de esa labor la llevan a cabo como si el terreno donde trabajan fuera de su propiedad.
Las casas ubicadas en las calles Monegros y Baztán ofrecen una agradable imagen gracias al trabajo desarrollado tiempo atrás por Cristóbal Gabarrón. Son casas que fueron decoradas por el artista, que dejó muestra en todas ellas de su extraordinaria calidad. Se quejan algunos vecinos de que con el paso de los años se perdieron algunas de estas «obras de arte» tras las reformas efectuadas tras el cambio de propietarios en algunas casas. Pero queda claro, no obstante, que la iniciativa vecinal tuvo un claro objetivo, mostrar a todos los vallisoletanos la imagen amable de un barrio humilde, un barrio situado a las afueras de la capital pero que se considera una pieza más del puzzle que configura la capital vallisoletana.
Vecinos, siempre los vecinos . Son quienes más empeño ponen en sacar al barrio adelante. Unas veces con los fondos de los que dispone la asociación y otras con el dinero de los Presupuestos Participativos que ofrecen a los residentes decidir cuáles son las mayores necesidades.