Diario de Valladolid

El vallisoletano tras el imperio de los tours en español por el mundo

Una escapada a roma llevó a Alberto Gutiérrez a escribir guías para financiarse viajes / El joven de Valladolid es el fundador de Civitatis, «portal web líder de excursiones en español en el mundo» que ofrece más de 80.200 actividades en más de 3.610 destinos. El último ejercicio facturó 200 millones

12/05/2023. VALLADOLID. Alberto Gutierrez, Vallisoletano fundador de Civitatis. PHOTOGENIC/ CARLOS LLORENTE

12/05/2023. VALLADOLID. Alberto Gutierrez, Vallisoletano fundador de Civitatis. PHOTOGENIC/ CARLOS LLORENTE

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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El Alberto Gutiérrez de 14 años fue «uno de los primeros vallisoletanos» que tuvo instalado internet en casa. Un niño que no tardó en hacer caso a su amigo cuando le comentó que «se había hecho una web y era sencillito»: diseñó la suya propia. Desde luego, ni por asomo podía esperar que se convertiría más tarde un empresario de éxito y sus pequeñas creaciones online serían todo un filón. « Empecé con un programa de Microsoft muy sencillo . Me puse e hice una web de juegos (cuando me empecé a profesionalizarlo el nombre fue el megajuegos.com)». Y luego creó unas pocas más, a las que conseguía sacar  rentabilidad.

Pasados 26 niveles desde entonces en el juego de la vida real, Alberto Gutiérrez  (Valladolid, 1983) es uno de esos avatares adorados por todos aquellos que se ponen tras un teclado buscando fortuna. Es el fundador de la empresa Civitatis , el portal web que tiene a gala ser « líder de las excursiones en español por todo el mundo ». Ofrece más de 80.200 actividades en más de 3.610  destinos y en el último año llegó hasta los 6 millones de usuarios, por lo que facturó 200 millones de euros. 

Lo que ocurre es que el factor esencial es el humano: intuición y perseverancia sin fórmulas preestablecidas. Este joven, fan de las pantallas y los ordenadores desde siempre, antes de cumplir la mayoría de edad ya había registrado una web para que se alojaran páginas de turismo en ella. La idea inicial –que no tiene demasiado que ver con la actual– surgió tras ver lo que funcionaba fuera. « En EE.UU. estaba Geocities y hacía lo mismo. Y dije, pues voy a ofrecerlo en español . En latín, ciudades, civitas». De ahí surgió el nombre de Civitatis que registró allá por 1999 para dar alojamiento a páginas web.

Para alcanzar la cima en la que se encuentra, siendo un referente en su sector, como es de rigor, hubo tropiezos. «Antes del año 2.000, antes de la burbuja de las punto com, la publicidad en internet estaba muy bien pagada, pero llegó la crisis, la publicidad cayó, no había tráfico apenas porque poca gente tenía internet y me salía muy caro mantener eso. Alrededor de 2001 la acabé cerrando». Y entonces se centró en sus estudios. Se formó y se graduó en 2006 en Ingeniería Técnica de Informática de Gestión en la Universidad Europea Miguel de Cervantes y se trasladó a Madrid a trabajar.

Entonces un plan de ocio cambió inesperadamente el rumbo de su vida. Un rumbo encaminado casi sin darse cuenta a la excelencia empresarial. La bella Italia lo encandiló. «Me seguían gustando los videojuegos, la informática, ordenadores y casi no entendía por qué la gente viajaba... Pero fui a Roma y me gustó mucho », cuenta Alberto Gutiérrez. Tanto, que regresó con un propósito: conseguir dinero para costearse un viaje al mes. «Me dije, quiero viajar más. Y me propuse hacerlo al menos un fin de semana cada mes en alguna ciudad europea. Así que tenía que pagarme mi viaje de algún modo. Empecé a escribir contenido de diferentes guías. Las primeras fueron Disfruta Venecia, Disfruta Praga, Disfruta Roma...» 

Y así continuó con más destinos. «Cuando empecé a escribir guías ya había ido a alguno de sus sitios. Las escribía de memoria. Luego, cuando fui profesionalizándolo me iba a propósito y en vez de un fin de semana, iba diez días. Eran ya viajes pensados para hacer la guía. Iba al sitio y de vuelta en Madrid la redactaba y luego la posicionaba en internet. Ganaba dinero con la publicidad y una afiliación de venta de hoteles, de vuelos, de lo que fuera. Ese fue el inicio, escribir, conseguir tráfico y vender afiliación y publicidad». 

Empezó en abril de 2008, cuando el resto del país estaba en los inicios de una crisis económica. En diciembre de ese año ganó 600 euros. «Para mí estaba bien porque lo que quería era pagarme ese viaje al mes». 

Poco después, en abril de 2009 le contactó un guía de Praga porque quería anunciarse en Disfruta Praga . Un momento clave de esos que no puede detectar ningún algoritmo y sólo puede salir de alguien con arrojo y cabeza. Gutiérrez le hizo una contrapropuesta. Iba a desarrollar un sistema de venta, subiría los productos y los podía vender con comisión. «S ubimos visitas guiadas y al día siguiente se vendió una.  A los tres días, otras. Y ahí pensé, ‘igual a la gente le interesa’». Entonces buscó proveedores para vender visitas o excursiones importantes en las ciudades en las que ya tenía guía. 

Pero seguía sin unir todos los puntos. Le faltaba  una ventana donde asomarse al  inmenso abanico que iba haciéndose cada vez más grande. El primer paso para ello fue aglutinarlos como una especie de «directorio de enlaces de las diferentes guías». Hasta que en 2013 dio el salto a una web de venta. «En ella metí todos los productos y empecé a vender actividades de destinos donde no tenía guías. La idea era construir una marca». Y a tenor de la expansión de Civitatis la estrategia fue del todo acertada. Ofrecía lo esencial de cada ciudad. «En Nueva York, el Empire State, el tour de Contrastes, el de Washington y cinco cosas más. Creo que esta es una parte del éxito. Que entras en un sitio y tienen todo cosas que quieres comprar», apunta el CEO de Civitatis.

Y llegó el aumento de actividad y empezar a contratar personal. En 2014 Alberto Gutiérrez abrió la primera oficina y ese ejercicio lo terminó con seis personas en plantilla. El crecimiento fue paulatino hasta las más de 250 personas que forman parte del equipo de Civitatis en la actualidad. 

Al fin, el mundo en sus manos. Si el año pasado trabajó con 6 millones de viajeros , en este espera que suban a 10 millones. Según el volumen de ventas de esta primera mitad del año, se encamina a lograrlo. «Vamos muy bien. Lo vamos a conseguir», apunta.

Además de en español, también trabajan en italiano, francés, inglés y portugués y tienen la vista puesta en Latinoamérica . «Ahora mismo estamos invirtiendo fuerte en México, Brasil y en Italia», señala el empresario vallisoletano. 

Sobre la esencia del portal de ventas afirma que «la idea es que no cambie». «Lo importante para mí sería que tengamos los mejores productos en cada destino en español al mejor precio garantizado. Que tengas un millón de opciones para una visita guiada en Roma, no sepas qué elegir y nosotros elijamos al proveedor que tiene buenas notas y colaboremos con él. Hacemos el trabajo de selección », explica.

Sobre sus ‘más vendidos’ asegura que una gran mayoría la copan los mismos productos. «Son sota, caballo y rey», comenta. Destaca sobre los demás el tour del Vaticano, también otro por el Coliseo o los contrastes de Nueva York. «El año pasado, el día más importante, fueron 500 personas al Vaticano ».

Otro destino con el que trabajan bien se encuentra bastante cerca de ‘casa’. En seis meses ‘mandaron’ a 17.500 personas al puerto espacial de Valoria la Buena . Aunque las fronteras son invisibles: en un año han vendido casi 300 bodas de Elvis en Las Vegas, «que eso es más de las que oficia el Ayuntamiento de Valladolid», agrega.

Aunque de sus inicios amateur extraña «diseñar páginas», está completamente satisfecho del éxito cosechado y augura continuar en la misma senda.  « Las visitas guiadas es algo que está creciendo a tope. Todo el mundo quiere experiencias y no está del todo digitalizado. Es la parte del viaje que más va a crecer en los últimos años. Estamos en el sitio adecuado y para expandirnos hay que seguir haciendo marca». 

A las próximas generaciones les da su fórmula personal, consciente de que «hay muchísimas más». «Que no piensen en el destino, sino en disfrutar el viaje. Que busquen algo que les guste y les apasione y luchen por ello. Para mí ha sido importante saber de todo. Porque no era el mejor escribiendo, ni el mejor programando, ni el mejor diseñando, ni atendiendo a la gente, pero tenía idea de todo y no necesité a nadie. Igual eso va en mi personalidad de hombre orquesta, pero entiendo que hay muchas más recetas porque esto no es lo habitual». Sus señas de identidad, revela: « Somos claros, transparentes, utilizamos un lenguaje muy directo y queremos hacer feliz a la gente».

Alberto Gutiérrez da por cumplidas las metas profesionales: «Creo que ya he hecho todo. Me falta ir al espacio», ríe, y reconoce que el destino que tiene pendiente es el Tíbet. Ese destino que alude al espíritu, esa otra cosa que no se puede programar.

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