Los secretos de la casa más cara de Valladolid: la primera que tuvo ascensor

La Casa Mantilla de Valladolid fue en su época un conglomerado de historia, innovación y diseño. Situada en los terrenos ocupados por el antiguo Hospital de la Resurrección, donde Miguel de Cervantes situó su obra ‘El coloquio de los perros’ , el edificio de viviendas construido a finales del siglo XIX sigue siendo una de las señas de identidad de la ciudad y forma una de sus estampas más emblemáticas con su integración en la Plaza de Zorrilla y Acera de Recoletos, mientras la Academia de Caballería y el Campo Grande forman parte de sus vistas. Pero además, f ue la primera en tener ascensor y un sistema de electricidad propio . Ahora el piso más caro a la venta en la capital está en este inmueble : 1,35 millones de euros

Fue en 1891 cuando el comerciante cántabro Fidel Fernández Recio Mantilla ordenó construir el edifico tras adquirir en una subasta el terreno por un total de 266.105 pesetas al ser demolido un año antes el Hospital de la Resurrección, que durante más de tres siglos atendió a pobres y enfermos. Tal iba a ser la magnitud del diseño del nuevo edificio encargado a Julio Saracíbar que se tuvo que abrir una nueva calle, la de Mantilla, por lo que la construcción ocuparía toda la manzana. Las obras finalizaron el 31 de diciembre de 1892 con una arquitectura que cumplía con las demandas de la nueva burguesía decimonónica , con estilo general ecléctico y con grandes resonancias del beaux-arts francés.

Su arquitectura no solo llamó la atención en aquella época, sino que en el mismo presente supone uno de los principales atractivos  de Valladolid por medio de su poderosa imagen exterior y que se entrelaza en varias de las vías más transitadas de la ciudad como son la calle Miguel Íscar, Marina Escobar y la acera de Recoletos , resueltas con torreones rematados en cúpula.

No obstante, fue su aporte tecnológico el que realzó su fama debido a que fue el primer edificio en instalar ascensores en cada portal , pese a que en aquella época no existían empresas dedicadas exclusivamente al montaje de estos servicios.

De madera, silencioso y con un novedoso sistema de funcionamiento hidráulico a través de depósitos de agua que aún se conservan, la Casa Mantilla también dispuso de su propio sistema de generación de electricidad , lo que permitió distribuir iluminación exterior a las fachadas.

Para buscar los mejores y más originales materiales, el edificio se construyó con una importante importación extranjera y nacional . Por ejemplo, la máquina de vapor para la luz eléctrica y los ascensores tenían procedencia de Inglaterra , la dinamo de Suiza , las chimeneas fueron realizadas por una industria de Francia , los ascensores por una empresa de Madrid , los mármoles y pavimentos se trasladaron de Barcelona , mientras que la ‘oculta’ estructura metálica fue fundida en Bilbao y en Valladolid.

Entre los materiales empleados por Sancíbar destacaron la piedra berroqueña para el zócalo, el hierro visto en las plantas bajas o el ladrillo revestido de piedra artificial ‘sable mortíer coloré’ para los voladizos y la ornamentación de la fachada.

Así, la Casa Mantilla se convirtió en un inmueble absolutamente innovador y un ejemplo de diseño que, sin embargo, fue perdiendo ciertos detalles enigmáticos con el paso de los años al desaparecer bustos de vallisoletanos ilustres, las estatuas alegóricas de las Ciencias, las Artes, la Industria y el Comercio, o las columnas de los últimos pisos de los torreones. Sin embargo, todavía se pueden admirar frontones, elementos vegetales, farolas, cabezas de león y mujeres atlantes reposando.

El paso de los años también conllevó una involución de la Casa Mantilla debido a las reformas completadas íntegramente en 2007 y la concentración de comercios y publicidad, pero su exclusiva ubicación y su exquisita conservación no devaluó el edificio y sus viviendas divididas en siete portales son en la actualidad los más caros de Valladolid , que alcanzan hasta los 1,35 millones de euros.

A 8.182 euros cotizado el metro cuadrado , sus pisos -dos por cuatro plantas- están diseñados con tres habitaciones, dos baños, terraza, garaje, ventilación directa por sus patios interiores , entre otros elementos más confieren la mayor exclusividad en la Casa Mantilla. Además, la decoración interior sigue el estilo ecléctico de sus fachadas, en la que el lujo y una cuidadosa selección de materiales se agrupan en cada rincón.

Más de dos siglos después, la Casa Mantilla representa el paradigma del estilo burgués en Valladolid y que supuso un nuevo concepto de modernidad. Además de su conjunto arquitectónico, la innovación tecnológica también fue un rasgo a tener en cuenta que convirtió al edificio en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad y con mayores historias entre su cemento.