Semana Santa Valladolid 2023
Las palmas ya esperan al Domingo de Ramos
Varios puestos por el centro de Valladolid se encargan de repartir a pequeños y mayores este elemento fundamental para la procesión de La Borriquilla
Las palmas adornan las calles de Valladolid unos días antes de la procesión del Domingo de Ramos. Por las calles más céntricas de la ciudad pueden verse pequeños puestos instalados con el fin de vender este elemento clave para la Procesión de las Palmas a unos clientes muy especiales: los niños, protagonistas de este evento que se celebrará el próximo 2 de abril y que desfilarán con ellas junto a la talla 'La Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén' de Francisco Giralte, también conocida como La Borriquilla .
Estos puestos salpican diferentes partes y están atendidos, por regla general, por feriantes que llevan generaciones dedicándose a llenar de tradiciones la ciudad. Este es el caso de Teresa y Diana, dos mujeres que regentan un negocio de este tipo en plena plaza de España. " Nos dedicamos a las tradiciones de Valladolid ", señalan. Palmas en Semana Santa, polvorones en Navidad o castañas en otoño son algunos de los productos que ofrecen en la ciudad durante el año hasta que empieza la "temporada de feria". Teresa y Diana venden desde palmas simples a modelos muy elaborados que forman figuras como flores; todas ellas procedentes de Elche, en concreto de El Huerto del Cura , con unos precios que varían entre los cinco y los doce euros en función del tamaño. Apenas llevan unos días y es difícil calcular el número de ventas, pero lo tienen claro "hasta el último momento la gente no se anima", declara y explica que el número de unidades que adquiere se sitúa en torno a las 800 palmas. " Cada año traemos menos porque se van perdiendo las tradiciones ", lamenta y añade que "casi siempre nos sobra alguna, pero hay años que nos faltan." Asimismo, su tienda ofrece tambores, carracas y trompetas como complemento para que los más pequeños vivan al máximo la experiencia de la Semana Santa.
En pleno corazón de la ciudad, en la calle Especería junto a la plaza Mayor, María José atiende su puesto desde hace 25 años; aunque como ella misma señala si se suman los años que lo regentó su suegra suman más de 80. “Las ventas van como todos los años. Esto es una tradición de muchos años aquí en Valladolid y la gente se porta”, señala mientras atiende a varios clientes. “Los abuelos están encantados de comprárselas a los nietos, más que las madres”, indica sobre su público principal y añade que los más vendidos son los pequeños de entre cinco y siete euros, aunque "los hay de todos los precios". Sus palmas vienen de Elche, y aunque las encarga su marido, se atreve a dar una estimación: "unas 5.000. Están trenzadas a mano. Son una obra de arte y tienen un montón de trabajo ". La carraca protagoniza también su puesto, pero "se vende menos, es un complemento", detalla.
Frente al antiguo edificio del Corte Inglés en la calle Constitución se encuentra otro puesto de palmas, el de Isabel, que lleva más de 30 años en el negocio. Resaltan, entre el tono dorado de las trenzas más habituales, unas figuras de colores azules y rosas. "Son una novedad, pero la tradicional es la amarilla y es la que se vende más", indica. Al igual que otros puestos, sus palmas vienen de la zona del Levante, esta vez de Valencia, y señala que sus productos más vendidos son los pequeños". "Se vende para los niños pequeñitos, para poner en los cochecitos, pero hay para niños de todas las edades", señala Isabel y añade que el precio de salida es de cinco euros. En el mismo puesto pueden verse carracas de colores también a la venta. “Las carracas se va vendiendo menos, porque como hay niños que no la saben manejar muy bien, los padres tienen miedo de que se den con ella”, aclara. No obstante, Isabel también ofrece palmas para adultos, aunque asegura que desde que se reparten en las cofradías, han visto mermada la cantidad de ellas que se demandan.
Procedentes del Levante español; las palmas ya esperan al domingo en los pequeños tenderetes de estas familias, que contribuyen cada año a llenar de dorado la procesión de La Borriquilla, que conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén y que tiene a los niños como protagonistas cada año en Valladolid.