Un policía de Valladolid: "En veinticinco años no había visto narcopisos con esa afluencia de clientes"
Se trata de una operación policial que se saldó con la detención de dos hermanos y sus respectivas parejas bajo la acusación de tráfico de heroína
"Llevo veinticinco años de profesión en Valladolid y nunca había visto tal afluencia de clientes a unos narcopisos" , es la frase de uno de los agentes de la Policía Nacional que participó en febrero de 2022 en la denominada 'Operación Capote' saldada con la detención de dos hermanos y sus respectivas parejas bajo la acusación de dedicarse al tráfico de heroína al menudeo en el barrio de Las Delicias. El juicio, celebrado este jueves en la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, se ha centrado, fundamentalmente, en la ratificación de las vigilancias que los agentes del Grupo VIII de UDYCO de la Comisaría Provincial de Valladolid realizaron ya a principios del mes de julio de 2021 a raíz de las denuncias anónimas presentadas por vecinos respecto del trasiego de toxicómanos en dos portales de las calles Arcas Real y Aaiún.
Uno de ellos, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha explicado que se iniciaron entonces las pertinentes pesquisas que incluyeron vigilancias ante los dos inmuebles. "Llevo veinticinco años de profesión en Valladolid y nunca había visto tal afluencia de clientes a unos narcopisos . Muchos de los toxicómanos que conozco por mi profesión acudían a esos dos pisos", ha incidido el agente, quien, al igual que otros compañeros, ha asegurado que los intercambios se producían tanto dentro de los inmuebles como en la calle y que los mismos los realizaban indistintamente los hermanos Ramón y Jesús N.M. y sus respectivas parejas, Rebeca H.F. y Mirella de la C.R.
"Como una pelota de pin pon"
Las vigilancias se saldaron con distintas actas de intervención de heroína a los compradores , una vez efectuada las transacciones, que, según han coincidido los agentes, "en ningún momento eran contactos sociales sino, sin ningún género de duda, intercambios de dinero a cambio de droga que fundamentalmente se realizaban ante el portal de Aaiún", al tiempo que uno de los policías ha ido más allá y ha explicado que en una ocasión vio a Rebeca con un envoltorio en la mano del tamaño de "una pelota de pin pon".
Las investigaciones condujeron finalmente al registro de los dos pisos, el de Arca Real ocupado por Ramón y Rebeca, y el de Aaiún, residencia de Jesús y Mirella, donde intervinieron 1.600 euros en billetes fraccionados, una navaja de 16 centímetros de hoja , 0,4 gramos de heroína por valor de 50,78 euros y utensilios para la elaboración y venta de sustancias estupefacientes.
Pese a lo declarado por los agentes, en cuyo testimonio fundamenta el fiscal su petición de tres años y dos meses de cárcel y multas de 150 euros para los hermanos y sus mujeres, los encausados se han declarado inocentes del delito de tráfico de drogas y han asegurado que se mantienen gracias al Ingreso Mínimo Vital que perciben , 1.182 euros la pareja formada por Ramón y Rebeca y algo más de 900 la integrada por Jesús y Mirella, con unos extras que el primero de ellos asegura obtener por la venta de chatarra.
Ninguno de los acusados ha sabido explicar por qué los portales de sus viviendas soportan tan elevada afluencia de personas, la mayoría de ellas toxicómanas, aunque su letrado defensor ha dejado entrever que ello pudiera obedecer a otra operación policial, ajena totalmente a sus defendidos, saldada con la incautación de marihuana en otro piso de la calle Aaiún y que concluyó este miércoles en una sentencia de conformidad en el Juzgado de lo Penal número 2.
Con respecto al motivo de que la policía localizara distintas cantidades de dinero repartidas por los inmuebles, las dos mujeres han alegado que eran las cuantías que recibían del IMV. En concreto, Rebeca, quien se encuentra actualmente en prisión por distintos delitos de hurto, ha precisado que tales cantidades las retiraban en seguida de sus cuentas para no quedarse sin ellas , ya que tenían distintos embargos por deudas pendientes y multas.
También los acusados han desmentido las afirmaciones de la policía relativas a los telefónos móviles y electrodomésticos de alta gama incautados durante los registros. "Los teléfonos eran un Samsung y un Huawei y los electrodomésticos los habíamos comprado en el Centro Reto", ha apuntado Jesús.