Limpieza de calles y más vigilancia policial lideran las quejas vecinales de Valladolid
El 2022 cerró con 32.269 reclamaciones y sugerencias ante el Ayuntamiento, un 5% más que en 2021 / El grueso de las peticiones a la Policía Municipal son para el control en zonas escolares y la retirada de vehículos
Si se realizara el ejercicio de repasar los informes anuales de la Comisión de Sugerencias y Reclamaciones del Ayuntamiento habría que concluir que los habitantes de Valladolid son predecibles en sus quejas. Año tras año, con variaciones mínimas, aparecen en los primeros puestos de la lista los mismos motivos de reclamación y en 2022, de nuevo, la limpieza de las calles y la vigilancia policial ocupan las dos primeras posiciones.
El presidente de la comisión, el exconcejal de Ciudadanos Martín Fernández Antolín , quien pasará al grupo de no adscritos tras anunciar que abandona la formación naranja, señala que «entre los temas que más concitan la atención y las peticiones de los vecinos hay un elenco al que puede considerarse fijo», en el que incluye también la ubicación y limpieza de los contenedores, el alumbrado público y la información municipal.
De las 32.269 quejas , solicitudes de información y sugerencias presentadas el pasado año, con un incremento del 5% respecto a las 30.481 de 2021, 3.396 fueron para reclamar más limpieza en las calles, el 9% del total, y 2.326, el 6%, para solicitar vigilancia policial. Muchas de las reclamaciones policiales no tienen que ver, sin embargo, con problemas de seguridad ciudadana sino que son peticiones para solicitar vigilancia a la salida de los colegios y para reclamar la retirada de vehículos.
El análisis de la lista de motivos que lleva a los vecinos a plantear una queja revela lo que ya es habitual año tras año: a los vallisoletanos les preocupa la limpieza de su calle, de su parque, los jardines, la reubicación del contenedor que molesta, la farola de la esquina que no luce o el estado de la acera por la que pasan a diario.
Los datos revelan también que los ciudadanos son cada vez más reivindicativos y exigentes con su administración más próxima: el Ayuntamiento. De las 19.316 quejas y sugerencias que se presentaron en 2016 se pasó a las 32.269 del pasado año, casi un 60% más, un incremento en el que también tiene mucho que ver la apertura de nuevos canales para que los vecinos hagan llegar sus reclamaciones.
Un simple whatsapp, con foto incluida del problema detectado, basta para hacer llegar la queja, sugerencia o reclamación a los servicios municipales. Las recibidas por este medio fueron 13.211 , el 41%, lo que hace del whatsapp el sistema más utilizado, seguido del correo electrónico, con 11.550 peticiones, el 35,7%, aunque a la baja, y el teléfono, con 7.403, lo que supone el 23%, también con un descenso de un 10% respecto a 2021.
El apartado de limpieza, que vuelve a encabezar la lista, un puesto que ya ocupa por tradición, es una especie de cajón de sastre al que van a parar las quejas no sólo por el estado de las calles, el territorio urbano que pisan cada día todos los ciudadanos, sino por las pintadas y grafittis que emborronan las paredes, por la suciedad en los jardines y, entre otros motivos, por la aparición de muebles y enseres en la vía pública.
Pese a que existe un servicio municipal específico para la recogida de los muebles que se retiran, todavía hay quien deja los enseres desechados junto al contenedor. Sólo por esta razón en 2021 llegaron al Ayuntamiento 1.288 quejas .
La ubicación de los contenedores es otra de las quejas que son fijas. El pasado año fueron 1.313 las peticiones de los vecinos para cambiar de sitio un contenedor, unos molestos por tenerlos a la puerta de casa y en otros casos por entender que están alejados.
El estado de los jardines es otra de las reclamaciones habituales, incluido aquí desde la limpieza al estado de los aparatos biosaludables, las averías en el riego, la rotura de mobiliario y los daños en las zonas de juego. La reparación de las zonas de juego, la reposición de bancos rotos y de desperfectos en el mobiliario urbano por actos vandálicos le supone cada año al Ayuntamiento una factura que supera el medio millón de euros.
Incluso el estado de los árboles en los jardines de la ciudad fue objeto el pasado año de 1.742 reclamaciones , otra prueba del ‘celo’ ciudadano a la hora de plantear reclamaciones.