Ataque de lobos. Un ganadero de Castronuño pierde 11 terneros tras sufrir el tercer 'zarpazo' de los cánidos en dos meses: "Es una catástrofe"

Los lobos son como una pesadilla para él. Estos cánidos atacan su ganado por tercera vez en solo dos meses . La ganadería de Pepe Mayoral , en el municipio vallisoletano de Castronuño , ha sufrido esta madrugada un nuevo episodio de este tipo que ha acabado con la vida de cuatro terneros. Y van once desde diciembre: "Es una catástrofe, desgraciadamente estamos acostumbrados", exclama el ganadero afectado. 

Los animales han aparecido esta mañana devorados. "Nos han matado a cuatro terneros, pero solo se han comido uno y la mitad de otro. Cazan para aprender a matar, para enseñar a los cachorros no les hace falta comer tanto", relata disgustado Mayoral.

"Siempre nos toca" , lamenta, y explica que su ganadería se encuentra "en una zona de paso y siempre hay manadas de lobos". El 'zarpazo' de este cánido es algo habitual para él ya que de media sufre la pérdida de 15 reses al año, "35 el año que más", precisa. Y como sabe lo que se avecina, este ganadero toma medidas para tras de evitar los ataques o minimizar sus efectos: "Ponemos medios, vamos por la noche, se controla, pero el día que fallas sucede porque el lobo es un animal muy listo y está siempre vigilante" . 

Pepe Mayoral indica que en una ganadería de lidia, como es su caso, lo más importante es "la genética". "Estás una vida entera seleccionando para que, de repente, cuando crees que has conseguido algo, sucede algo así. Es como si alguien te roba tu propiedad" , explica este mítico ganadero de Valladolid. A parte de la pérdida de años de trabajo que supone, también acarrea graves perjuicios económicos. "Un becerro de los que han muerto, cuando llega a edad, puede costar alrededor de 2.000 o 2.500 euros cada ejemplar", detalla este ganadero. 

Debido a los recurrentes ataques que ha sufrido, Mayoral pide que "cuando hay superpoblación se controle porque el lobo no tiene un depredador natural" . Reconoce que el lobo es una especie "protegida", pero reitera su petición de que se "controle" tras haber perdido 11 terneros en los últimos dos meses.