Más de 7.000 opciones para el Gordo desde Río Shopping en Valladolid

Una entre 100.000 es la probabilidad de que te toque el Gordo de Navidad. Muy escasa, sí, pero la esperanza de convertirte en millonario es lo último que se pierde . Por este motivo, son muchas las personas que aún se están acercando a las administraciones de lotería para hacerse con un décimo.

De hecho, esperan largas colas. No quieren ser de los que luego salen en los medios de comunicación diciendo que al final no compraron y se quedaron sin esa ansiada lluvia de millones.  

En Valladolid existen muchas opciones para hacerse con un boleto para este sorteo, sin embargo, hay un despacho especial. ¿Por qué? Está situado en el centro comercial más grande de Castilla y León, Río Shopping. La Rana de Oro –así se llama– quiere hacer este año historia. Posibilidades para conseguirlo tiene, ya que, según cuenta Luis Vázquez de Prada, propietario de la administración, han vendido 7.000 números diferentes de toda España. 

En este sentido, añade que los clientes tienen preferencia por los décimos procedentes de Madrid, Barcelona, Sevilla, Tenerife, Valencia, Palma de Mallorca y todas aquellas ciudades donde se hayan producido catástrofes. Por ejemplo, recuerda que el año pasado los de La Palma se agotaron rápidamente. También son muy solicitados los terminados en 5 y 7 . De hecho, apunta que «llevan agotados mucho tiempo» y, en esta ocasión, el 22 es muy demandado porque es la terminación del año. 

De igual forma, Vázquez de Prada sostiene que reciben peticiones especiales con fechas como el 29 de mayo de 2022 porque se produjo el ascenso del Valladolid a Primera División. Pero no es la única solicitud rara que recibe estos días. En esta línea, asegura que los números raros, feos o con dígitos repetidos están muy de moda. En su caso todo el año vende el 00006 y cuesta mucho darle salida, pero ahora en Navidad ya está agotado. 

No obstante, reconoce que en estas fechas y, sobre todo, estos últimos días se vende de todo . «Mucha gente quiere números altos, otros bajos, otros del medio…». Sea como fuere, quieren ganar «un pellizco para tapar agujeros». En esta administración de Río Shopping ya lo han experimentado. En 2020 repartieron un 3º y un 5º. 560.000 euros que fueron a parar a los clientes de este despacho que abrió en 2015. 

Fue «una alegría», tal y como admite, porque era la primera vez que lo hacía y siempre hace ilusión entregar felicidad. Es más, relata que a los pocos días de este Sorteo Extraordinario de Navidad se acercó un matrimonio que se había llevado dos décimos. «No nos contaron nada, solo que habían sido uno de los ganadores». Una alegría que quieren volver a experimentar este año, aunque son conscientes de la dificultad, la ilusión está ahí desde que los niños de San Ildefonso empiezan a cantar los números. 

Aparte de la venta a particulares, también es el encargado de repartir la suerte en empresas, asociaciones, clubes deportivos … «Ahora mismo todo el mundo está haciendo cuentas para entregar lo que no ha vendido». Todo tiene que estar cerrado antes del miércoles a las 22:30 horas. En este sentido, indica que la campaña está yendo bien, con cifras cercanas a la prepandemia.

No hay que olvidar que las administraciones se llevan 0,85 euros por cada décimo vendido.  Del centro comercial a un punto mixto. En concreto, Los Futbolines en Medina del Campo. Allí sí que saben lo que es repartir millones a gente muy cercana. En 2016 entregaron el segundo premio. Juan Carlos Arribas vendió cinco series y dos décimos del 4.536. En total, 6,5 millones de euros. 

La algarabía estalló a las 11:21 horas de la mañana y sonrió a un barrio obrero. Historias de ese día «muchas», tantas que el lotero esboza pequeñas pinceladas como las de una persona que pudo estudiar gracias al premio. «Lo que tocó no les cambió la vida, ya que cada uno de los agraciados solo llevaba un décimo, pero sí que ayudó mucho porque tocó a gente que le hacía mucha falta», reconoce.

Alegrías, pero también tristezas. Y es que, tal y como manifiesta, fueron algunos los que se acercaron a su establecimiento para contarle que justo habían rechazado el número porque era bajo . Una historia que se le quedó grabada fue la de una mujer de 92 años que resultó agraciada con este segundo premio.

Tan grabado se quedó en su mente que tiene una fotografía suya en el local. Este año quieren volver a ganar, ya que la alegría por tener en las manos un décimo premiado es contagiosa y no quieren verlo desde la butaca, sino desean descorchar botellas de champán, abrazarse con propios y extraños y esbozar enormes sonrisas a las puertas de este quiosco expendedor de lotería. 

Los números preferidos de los medinenses y del resto de vecinos de la comarca terminan en 5 y 7, sin embargo, no son los únicos. En este punto, Arribas destaca que las terminaciones en 13, 15, 17, 19 y 22 ya están agotadas desde hace meses. Y cuando se trata de números completos, dice, las peticiones son todas menores del 50.000. 

En su caso, esta Navidad quieren hacer historia con el número de la casa , que es el 36.827, cada año eligen uno y venden todos los décimos, es decir, los 4.800, entre todo aquel que quiere formar parte de esta apuesta de Los Futbolines. Aparte, presume el responsable de este punto mixto, son muchos los bares, pastelerías, bodegas y supermercados que le encargan participaciones y décimos para vender en sus locales. 

Respecto a las ventas, están «contentos» con esta campaña. «Es la más mediática. Son muchos los medios de comunicación que todavía nos siguen preguntando por aquel segundo premio que entregamos». Los décimos bendecidos por la diosa Fortuna se vendieron uno a uno por medio de un terminal electrónico en el receptor mixto situado en la calle Valladolid número 43, un local que lleva abierto más de 40 años en Medina del Campo y que está regentado por Juan Carlos Arribas, hijo de los anteriores dueños y hermano de la propietaria del negocio, Carmen Arribas. 

Le gustó el número desde el primer momento. A esto se sumó que estrenaba una impresora que emite los números del terminal mixto en el mismo formato que los décimos tradicionales. Todo eso se juntó y por primera vez hizo historia en el sorteo de Navidad. «La ilusión más grande que le puede pasar a un lotero». Han pasado los años, si bien la ilusión está intacta. Quién sabe si este 22 volverá a revivir ese día con otro número.