El AVE cumple 15 años en Valladolid

Hace no tantos años, llegar a Madrid desde Valladolid en tan solo 55 minutos resultaba inconcebible. Más aún era pensar que se podía vivir en una ciudad como Segovia o Valladolid e ir cada día a trabajar a la capital de forma cómoda y rápida. En 2007, el AVE lo hizo posible. Hasta entonces, cuando no se contaba con la tecnología de la alta velocidad, el viaje duraba alrededor de dos horas y media . Pero, después de seis años de obras y de burocracia se consiguió lo impensable. En 2001 se colocó la primera traviesa del AVE en Garcillán, Segovia. Pero no fue hasta el 22 de diciembre de 2007 cuando se inauguró la línea Madrid-Segovia-Valladolid.

El presidente del Gobierno en esa fecha, José Luis Rodríguez Zapatero , viajó en el primer tren de alta velocidad con destino Valladolid y definió la infraestructura como «histórica y colosal» y como una de las transformaciones más importantes que ha vivido España pues el trayecto entre Valladolid y Madrid ayudó a impulsar el turismo entre estas provincias. A Zapatero lo acompañaron en el trayecto las autoridades públicas de entonces, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez; el presidente de Adif, Antonio González; el presidente de Renfe, José Salgueiro; el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, y la delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, los alcaldes de Valladolid y Segovia, Javier León de la Riva y Pedro Arahuetes, los consejeros de Fomento y Agricultura, Antonio Silván y Silvia Clemente. También estuvieron presentes en la inauguración, aunque no subieron al AVE, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre.  

Toda la ciudad, la provincia y la Comunidad esperaban impacientes la salida del AVE, conocido como 'pato', por la forma de la cabina, de la estación de Chamartín de Madrid. Fue puntual, a las diez arrancó. Los doce vagones del tren S-102 atravesaron, unos 20 minutos después de salir, los 28,4 kilómetros de los túneles de Guadarrama. Al pasar por ellos, los conductores redujeron a 200 kilómetros por hora la velocidad. Unos 10 minutos más tarde, efectuó su primera parada en la estación de Guiomar, donde Zapatero descubrió la placa inaugural del recorrido y recorrió algunas de las dependencias de la estación. En Valladolid lo volvería hacer. A las 11:25 horas llegó a la estación Campo Grande. Fue un trayecto sin complicaciones ni retrasos y alcanzó los 300 kilómetros por hora . Los pasajeros fueron avisados varias veces de este suceso. 

Ambas paradas se vieron algo empañadas por las diversas manifestaciones de movimientos vecinales. En Segovia protestaban por la construcción de un aeropuerto en un municipio de la provincia. Mientras que algunos de los vallisoletanos, exigían al entonces presidente del Gobierno el soterramiento del tren por el centro de la ciudad. También, plataformas de vecinos de Aranda de Duero, Ávila y Segovia decían "sentirse marginados" por la distribución de trenes en la región. Tampoco faltaron algunos trabajadores de Renfe que pedían mejoras salariales. Pero todo estaba bien controlado. Un centenar de policías componían el dispositivo. Otras 300 autoridades habían sido invitadas. Aún así, la expectación era máxima. Centenares personas se agolparon en los alrededores para presenciar este día histórico para Valladolid. Uno de los presentes expresó, "el AVE, esa sí que es una Lotería para Valladolid". Zapatero saludó a los que se encontraban tras las mamparas. Hubo gente que incluso se subió a los muros que separaban las vías de la calle. Además de más personas que se asomaban a través de los balcones que daban a la estación.

En Segovia, el alcalde de entonces, Pedro Arahuetes ya avanzaba que la situación de la ciudad iba a cambiar una vez que estuviesen comunicados "de forma mucho más ágil y rápida con Madrid y con el norte de la península", según declaraciones recogidas por Ical. Él mismo regaló al ex presidente del Gobierno un libro sobre Segovia y Guiomar. La estación estaba preparada con pantallas en el vestíbulo para poder conocer todos los detalles del gran día. 

En comparación con la actualidad, el precio de un billete ha subido hasta un 50%. En  2007 la ida y vuelta costaba 49,95 euros, ahora hay que gastar casi 100 euros. Pero, existe otra alternativa para los viajeros actuales, el Avant. Por 49,80 euros cualquiera puede desplazarse hasta Madrid y volver a Valladolid en 1 hora y 5 minutos. A diferencia del AVE no alcanza los 300 kilómetros por hora, solo los 250 km/h.

Hubo varios percances antes de la gran inauguración. El viaje de la ministra de Fomento llevó a cabo tan solo un mes antes, un viaje de prueba en el que hubo nubes de polvo en el interior de los vagones . Otro percance sucedió dos días antes del 22 de diciembre de 2007, la  inauguración. Robaron 140 metros de cable de electrificación de la catenaria de la línea de alta velocidad Madrid-Segovia-Valladolid. Pero eso no impidió el estreno del AVE. 

Con una estación de trenes totalmente reformada, la expectación era aún mayor. Los andenes 1 y 2 se habían transformado en vías de ancho europeo para el AVE, se construyó la pasarela con escaleras mecánicas, un ascensor para minusválidos y se establecieron mamparas de protección. El coste de la inversión fue de 4.500 millones de euros . Contaba con tres clases, Turista, Preferente y la Club. Había asientos de cuero, servicio de bar, además de enchufes , mesas de trabajo y un mostrador de información.

El primer viaje del AVE Madrid-Segovia-Valladolid tuvo lugar al día siguiente de la inauguración. El 23 de diciembre de 2007,  circularon 13 trenes diarios entre Madrid y Valladolid. Aunque solo cinco de ellos llegaron hasta los 300 kilómetros. El tiempo de trayecto fue de 55 minutos. 

El primer AVE «que une el centro de España con el norte», en palabras de Zapatero,  partió a las 9:32 horas y algunos de los viajeros fueron obsequiados con una mochila que contenía publicidad turística y empresarial. En total, fueron 3.500 viajeros los que subieron al AVE durante el primer día tras la inauguración. Estos viajeros representaron una ocupación media del 60%.