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CAROLINA PASCUAL / Primera mujer en el Gobierno de la Archidiócesis de Valladolid

«El porcentaje de casos pederastia en la Iglesia es menor al de profesores o entrenadores»

Carolina Pascual se ha convertido en la primera mujer en entrar en e gobierno de la Diócesis de Valladolid. No solo eso, además es la primera persona laica en hacerlo. Es capaz de compaginar su tiempo como Doctora en Filosofía y Letras con su vida familiar y sus labores en la Iglesia

Carolina Pascual, primera mujer y además laica en el Gobierno de la Archidiócesis de Valladolid. PHOTOGENIC.

Publicado por
Raúl Ruano
Valladolid

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Pregunta. - ¿Qué supone para usted este nombramiento?

Respuesta. - Supone para mí mucha responsabilidad. Esa es la verdad. Por un lado, mucha ilusión, también entusiasmo, pero mucha responsabilidad y estar agradecida también a que hayan contado conmigo.

P. - ¿Qué se siente al ser la primera persona laica en entrar al gobierno de la ArchiDiócesis?

R .- La verdad es que todavía no sé qué decir. Es verdad que soy laica, que soy mujer. Sé que eso a la prensa os ha interesado mucho, pero yo realmente cuando  don Luis me lo propuso pensé simplemente que contaba conmigo para trabajar para la Diócesis, no me di cuenta de esa condición mía de laica. Pero bueno, desde luego no deja de ser un paso muy importante que se tenga en cuenta la voz de los laicos.

P.- ¿Cuáles eran sus anteriores funciones en la ArchiDiócesis antes de este nombramiento?

R .- Yo siempre he estado bastante unida a la Diócesis con distintas actividades. Yo soy catequista en Zaratán, con lo cual ahí tienes una conexión. Participé en el Congreso de Laicos de febrero del 2020. También formo parte de la Secretaría del Sínodo y soy la representante de la Diócesis de Valladolid en la Semana Social Nacional.

P. - Lleva mucho tiempo dentro de la Diócesis, ¿hasta dónde cree que puede llegar?.

R .- Hacer algo por la Iglesia no es como en una empresa, que puedas pensar a dónde puedo ascender. Realmente no hay un ascenso, es cuando tú tomas unas responsabilidades, te pones al servicio para hacer ciertas cosas, pero nada más. Entonces, ¿hasta dónde puedo llegar? No tengo un objetivo de llegar a ninguna parte. Donde me necesiten, intentaré estar.

P. - ¿Qué habrá conseguido cuando deje el cargo en un futuro? ¿Qué habrá cambiado gracias a usted?

R .- Creo que el cambio principal está ya en que puede haber un laico y en este caso una mujer  dentro de ese consejo de gobierno diocesano. Lo que se consiga no va a ser sólo por mí. Va a ser un poco la labor de todos. Por mí, yo sola, no voy a poder hacer nada. Tiene que ser una labor en conjunto.

P. - En su opinión, ¿en qué aspectos debe mejorar la archiDiócesis de Valladolid?.

R .- Deberíamos mejorar todos. La ArchiDiócesis de Valladolid la formamos todos los laicos, sacerdotes y consagrados, y debemos mejorar en caminar todos juntos.

P .- ¿A qué retos se enfrenta la ArchiDiócesis de Valladolid en un futuro cercano?

R .- Que los Consejos parroquiales, por ejemplo, en el que efectivamente participamos laicos y el sacerdote, que funcionen, ya que no están funcionando en todas las parroquias. Que también funcione el Consejo Diocesano, el Consejo de Pastoral, que las estructuras funcionen bien en esa combinación de laicos consagrados y sacerdotes ordenados.

«No necesito ser sacerdotisa para ser más importante dentro de la Diócesis»

P. -Argüello dijo que la ley Trans  era absurda porque despatologizaba y dañaba la vida social y la convivencia. ¿Usted qué opina?

R. -Creo que la Iglesia tiene una postura clara y forma parte de su esencia. Otra cosa es que desde la propia Iglesia te abras a la escucha y a la acogida. Pero hay una serie de principios que son los que la Iglesia entiende así y de momento así se mantiene. Yo no he visto nunca una persona homosexual o trans que no haya sido acogida por la Iglesia en mi parroquia. Nadie le va a preguntar cuál es su condición. La Iglesia está abierta a todos. 

P.- ¿Qué opinión tienes sobre el papel de la mujer en la Iglesia?

R. - Tiene un papel importante. Si pensamos en las personas que solemos participar en las distintas reuniones o que podemos participar como catequistas, etc, hay un porcentaje de mujeres muy amplio en lo que es la animación, por ejemplo, de las eucaristías. Yo creo que el papel de la mujer en la Iglesia es importante. Si ahora se está abriendo a que forme parte también de las estructuras de organización, pues mejor todavía.

P. - ¿Por qué da la sensación que el papel de la mujer en la Iglesia avanza más despacio respecto al papel de la mujer en la sociedad? Por ejemplo, en altos cargos de empresas. 

R.- Es uno de los grandes pasos que se están dando ahora, que yo creo que viene con una evolución y que, efectivamente, ya está afrontando esos pasos y está entrando en esos pasos. Nosotros tenemos que tener confianza en nosotros mismos. Y a lo mejor, no sé, damos por sentado que no es para nosotros o que está más dentro, en los sacerdotes, y a lo mejor tampoco se ha venido reivindicando antes. Entonces sí que es verdad que ahora, a partir del Sínodo y demás, se ha notado esa necesidad, pues a lo mejor es cuando ahora ha sido el momento, nos ha quedado claro, incluso hemos sido nosotros mismos que no lo habíamos considerado.

P.- ¿Algún día veremos al hombre y a la mujer con el mismo papel, la misma importancia dentro de la Iglesia Católica?

R .- Me hace gracia esta pregunta, porque el problema está en a qué llamamos importancia. Quiero decir que el problema está en que desde un punto de vista social, que lo entiendo, parece que importancia tiene que ser llegar a Papisa, y no es necesariamente así. Te lo digo sinceramente, yo me siento igual de importante en la Diócesis de Valladolid como catequista en Zaratán, que ahora formando parte del Consejo. Mi papel en la Iglesia es igual de importante. En la Iglesia no necesitamos el reconocimiento social que a lo mejor sí que necesitamos en una empresa

P.- Usted no puede oficiar una misa.

R. - ¿Eso significa que eres más importante porque puedas hacerlo? Desde mi punto de vista, yo no voy a ser más importante por ser sacerdotisa. Yo creo que es verdad que habrá a lo mejor algunas personas que no piensen como yo. Personalmente no necesito ser sacerdotisa o que me dejen serlo para ser más importante, ya que actualmente yo me siento más que realizada, entendida, escuchada y acogida en la Diócesis.

«Uno de los restos fundamentales es llegar a los jóvenes y que vivan la fe»

P. - ¿Qué problemas exactos tiene la Iglesia en Valladolid?

R .- Uno de los retos fundamentales son los jóvenes, eso está claro. Llegar a los jóvenes me parece uno de los retos fundamentales de nuestra Diócesis.

P. - ¿Por qué crees que los jóvenes son menos creyentes, se sienten menos identificados con la Iglesia que en otras épocas?

R. - Creo que una cosa importante es vivir la fe. Por ejemplo, los niños de catequesis, pongamos por caso. Si tú vas a verlo como que ellos reciben un sacramento y ya está terminado. Es complicado. Si tú en ese proceso lo que has hecho ha sido aprender casi como historia, de la fe. Si no te ha calado dentro, pues es complicado que sigas. La otra cuestión es el tema de la familia. Yo vengo de una generación en la que evidentemente la fe se vivía en familia. Pero claro, yo lo veo aquí en la universidad. Yo trato con jóvenes todos los días y hay muchos jóvenes que es que dicen oye, yo no estoy bautizado, es que en mi familia no se habla nada de fe ni de nada, ni estoy enseñado.

P.- ¿Qué se puede hacer para acerca más la Iglesia a la sociedad?

R. - No sé en que sentido queréis que conecte con la sociedad. Con los problemas de la sociedad yo creo que sí conecta. Y la prueba está, por ejemplo, en todas las épocas de crisis. ¿Quiénes han sido los que han estado en grandes filas  dando de comer a la gente? A parte de las parroquias, tú tienes Cáritas,  nadie te pregunta ni qué religión tienes, ni qué condición eres, ni siquiera si estás legal o ilegal. Te van a intentar ayudar. 

P. - ¿Qué se debe hacer para evitar los casos de pederastia?

R. - Yo te respondería con otra pregunta, ¿cómo se puede evitar la pederastia en la sociedad? En la sociedad civil, porque en eso no estoy defendiendo, porque precisamente creo que la Iglesia tiene que actuar y desde luego tiene que analizar los casos que haya habido, que sí sean reales o no, las denuncias que haya habido y tomar cartas en el asunto, eso por descontado. Esa es la base. Pero una vez que tenemos esa base de que hay que reconocer los errores y hay que reconocer las cosas como son, el porcentaje es mucho menor de lo que de lo que tenemos en profesores, en entrenadores... ¿Como se evita entre todos ellos? De la misma manera que lo evitas en uno, lo evitas en otro. Es un problema, yo creo de todos, no solo de la Iglesia.