Diario de Valladolid

«La consulta telefónica tuvo su momento en pandemia, pero no es un buen sistema»

Antes que alto cargo se considera médico. «Sobre todo y por encima de ser consejero soy médico». Su experiencia al otro lado de la mesa provoca que el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, tenga una palabra constantemente en la boca: «Diálogo», en «un momento político difícil».

El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, en una imagen de archivo.- J. M. LOSTAU

El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez durante un momento de la entrevista. J.M. LOSTAU

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Alicia Calvo
Valladolid

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Pregunta .- Apenas lleva casi un año al frente de la Consejería. ¿En qué ha mejorado en la Sanidad castellana y leonesa desde entonces?

Respuesta .- Está mejorando en cuanto al diálogo con los profesionales. Está mejorando poco a poco y lentamente la accesibilidad en la lista de espera y también procesos como la atención a los ciudadanos en bastantes patologías. 

P .- ¿Qué le trae de cabeza y no ve solución?

R .-El tema más importante que tiene la Sanidad de Castilla y León, y de todo el país, es la falta de profesionales. Estamos viendo lo que ocurre en otras autonomías. Nosotros, además, por nuestra particular condición de dispersión geográfica y de extensión, necesitamos muchos más profesionales. Tenemos todos los días abiertos 197 puntos de atención continuada en Atención Primaria, mientras que una comunidad vecina, con la misma población y que no tiene el problema de la dispersión, no llega a 100. Esto hace que las necesidades que tenemos de profesionales sean muy amplias. Se están poniendo soluciones a medio y a largo plazo, pero de modo inmediato no se vislumbran soluciones claras. Por eso he pedido reiteradamente en el seno del Consejo Interterritorial, y en público en otras ocasiones, que haya una reunión monográfica de todas las comunidades porque una comunidad sola no puede dar la solución.

P .- ¿En qué se puede traducir sino se alcanza solución conjunta?

R .- En dificultades. Si no hay médicos, la asistencia es más difícil. Entonces habrá que intentar hacer agrupaciones de los médicos, habrá que intentar utilizar la enfermería, no como médico, sino más aún, sobre todo en el mundo del paciente crónico y pluripatológico. Pero todo esto requiere de un consenso amplio con los profesionales y, por supuesto, con otras fuerzas políticas.

P .- ¿En qué se diferencia su plan de reagrupar médicos, o de que en verano cuando no hay médicos se lleve a pacientes a consultorios, con el Plan Aliste de la anterior consejería?

R .- Nosotros no tenemos en mente el cierre de los consultorios locales. Eso, para empezar, es un elemento diferencial. En momentos del año en los que tenemos dificultades para prestar la asistencia en todos los puntos de la Comunidad, puesto que es muy difícil, en algunos casos imposible, tener sustitutos, en esos momentos hay que reagruparles y hay que trasladar a veces a los pacientes hacia el punto de agrupación. Pero la diferencia fundamental es que no tenemos intención bajo ningún concepto de cerrar los consultores locales.

P .- Acaba de decir que no tienen intención de cerrarlos y a la vez reconoce dificultades. ¿En la práctica, para el paciente, cómo va a ser?

R .- Siempre que podamos tener el consultorio con la periodicidad de la Orden del año 91 lo vamos a mantener, y cuando no se pueda tendremos que tomar medidas extraordinarias de organización común, como ha sucedido este verano en algunos puntos. No se puede dar asistencia sin médicos. La agrupación de recursos solo se plantea para momentos puntuales. Esa es la diferencia más notable con el Plan Aliste.

P .- Ha reconocido que no hay psiquiatras para Primaria y las citas para psicólogos a veces llegan a los tres meses. ¿Cómo se combate la salud mental, el problema que hay derivado sobre todo de la pandemia?

R .- Con dificultad. Psiquiatras no hay. Psicólogos en el sistema sanitario tampoco hay en exceso. Todo esto enlentece la atención de salud mental. En la pandemia ha habido una eclosión de problemas de salud mental y hay una bola que al sistema le es difícil digerir. En esto y en otras cosas. 

P .- ¿Teme una revuelta como la de los sanitarios en Madrid por la sobrecarga el sistema?

R .- Los profesionales están agotados. Por eso he dicho que quizá lo que más ha cambiado es el diálogo con los profesionales. La pandemia ha cambiado muchas cosas, entre ellas la propia concepción de los profesionales de lo que es el sistema sanitario, de cuáles son sus prioridades. Trabajamos en ese sentido con ellos, aunque es posible que pueda haber una revuelta o una, yo no lo llamaría revuelta, una reivindicación. Pues sí, ¿por qué no va a ser posible? Los problemas de la Atención Primaria no son sólo de Castilla y León. No están solo ni en Madrid, ni en Andalucía, están en toda España. Hay, como dice usted, revuelta en Madrid y en Cantabria en este momento.

P .- Habla de déficit de profesionales y uno de sus principales objetivos al ocupar el cargo era retener talento MIR, pero no se retiene.

R .- Se retiene más que el año anterior, pero tenemos que mejorar mucho. Vamos a cambiar el plan de fidelización y a ofrecer más interinidades que haya vacantes. El otro plan no funcionó como debería, este lo vamos a ligar a las condiciones de trabajo. Darle a cada uno lo que quiere con la idea de que se quede. Pero, claro, teniendo en cuenta que hay que cubrir las plazas que a los profesionales no les gusta. Hay que intentar convencer y hay que intentar atraer a la gente. 

P .- Las listas de espera.

R .- Muy buen tema.

P .- Cuando en marzo presentaron el plan de choque, el objetivo era reducir a los seis meses la demora media en 21 días. Estaba entonces en 139 días y en octubre solo ha bajado a 135. ¿Asumen que no lo cumplirán?

R .- No. No renunciamos al objetivo. Durante el verano siempre suben las listas de espera. En el verano del año 21, sin el plan, subieron casi 5.000 pacientes en la lista de espera. Este año han subido 240. Durante el verano sube porque disminuye la actividad. Esperamos llegar a los objetivos a 31 de diciembre, confiamos en que vamos a llegar a esos 21 días de disminución de demora media, pero sí que vamos más lentos de lo que me gustaría.

P .- Cuando lo presentaron eran seis meses, en noviembre.

R .- El corte de la lista de espera se hace en marzo, junio, septiembre y diciembre. Queremos llegar a 118-120 días. Nos está costando a pesar de utilizar la jornada ordinaria, el autoconcierto y el concierto externo.

P .- ¿Por qué?

R .- Hay una bola importante de pacientes y siguen entrando en lista de espera. La pandemia ha retrasado muchas patologías y esa bola es difícil de digerir. La organización también cuesta que coja ritmo. Después de estos años dedicados a la pandemia, ya le digo que la mentalidad de los profesionales ha cambiado.

P .- ¿Cómo va a conseguir esta reducción en lo que queda de año?

R .- Utilizando todas las medidas. Mejorando los rendimientos de la jornada ordinaria. Castilla y León tiene una dotación de quirófanos muy importante y hay que utilizarlos todos todo el tiempo posible. En segundo lugar, con la autoconcertación, las famosas peonadas, y, por supuesto,  con el concierto externo a aquellos pacientes que decidan operarse de modo voluntario en el sistema privado. Utilizando las tres herramientas a la vez estamos a tiempo de cumplir el objetivo.

P .- Aboga por dejar de demonizar el concierto externo. ¿En qué medida potenciará más la derivación?

R .- La sanidad privada forma parte del sistema sanitario y trabaja con eficacia. Siempre que no seamos capaces de hacer a la suficiente velocidad lo que tenemos que hacer, porque tenemos problemas de falta de médicos u otra serie de problemas ¿por qué no vamos a utilizar de la sanidad privada? Que sea el paciente el que elija si quiere ir o no. Lo estamos potenciando. Siempre es preferible hacerlo dentro del sistema, pero a veces tardamos mucho.

P .- Al margen de la demora media, hay grandes desequilibrios. En los hospitales de Salamanca y Burgos se espera mucho más.

R .- Esos hospitales, Burgos, Salamanca, León, los de Valladolid... Son hospitales de gran potencial. A veces es mucho más difícil mejorar el rendimiento en jornada ordinaria en esos hospitales porque son de un funcionamiento más complejo. También tiene mucha más patología que no está sometida a lista de espera. Más patología aguda,  más cánceres, más específicos... En cambio, hospitales más pequeños, como Zamora, Ávila o Segovia tienen unas esperas mucho menores. No es fácil. Hay que aproximar los grandes a los más pequeños.

P .- En los últimos datos los dos de Valladolid salían mejor que Salamanca y Burgos.

R .- Bastante mejor. Queremos equilibrarlo, pero va a ser complicado. Hay que intentar homogeneizar las esperas en toda la Comunidad incidiendo más en algunos sitios. Es una cuestión de estar encima porque la organización en el tiempo del Covid ha cambiado. Hay que volver a la situación previa. En 2019 la demora era también diferente en algunos hospitales, pero era mucho mejor que ahora. El plan de choque es para este año y a partir de enero queremos volver a una situación estructural, al plan de  2017, 2018, 2019, afinando los rendimientos quirúrgicos en jornada ordinaria junto con el concierto externo y autoconcierto para poder tener ese nivel. 

P .- Hay desequilibrios también en el tratamiento de cáncer, la radioterapia. Hay sitios donde no hay y los pacientes tienen que hacer kilómetros. 

R .-  Los presupuestos consignan partida para Ávila, para Palencia y para el Bierzo. También consignan partida para Soria dentro de la obra de reforma del segundo modificado de La Laguna. Donde no consignan de momento partidas es para Segovia porque estamos sin disponer ni siquiera del terreno para poder hacer la estructura hospitalaria. 

P .- ¿Soria y Segovia tendrán que esperar mucho para la radioterapia?

R .- Soria, no. Tendrá que esperar un poquito más que Palencia y un poquito más que el Bierzo, pero podrá tenerla en tres años.

P .-  Dijo el otro día que el sistema está encorsetado. 

R .- Totalmente.

P .- ¿Qué hay que hacer?

R .- Un planteamiento sobre si realmente el sistema de trabajo que tienen ahora los profesionales es adecuado. Tenemos mucha plantilla  exenta de guardias, mucha plantilla disfruta de una serie de exenciones que mejoran la conciliación. Todo  condiciona con unas plantillas muy rígidas. A lo mejor hay que permitir trabajar más horas a quien quiera. Por supuesto, con un salario diferente. Ahora es muy difícil pagarle a una persona más horas y es muy difícil cambiarle la jornada laboral a un médico. Tenemos que estudiar qué medidas sobre la jornada laboral se pueden hacer. Hay muchas. Pero no se puede hacer una comunidad sola. Eso tiene que ser una cosa a nivel nacional. Tienen que ir de la mano de los demás porque si tú haces una medida que no está bien vista los profesionales se van a desplazar a otro lado o al revés. Lo lógico es que el Sistema Nacional de Salud funcione de un modo homogéneo. Hay que cambiar leyes. Para hacer frente a estas cosas habría que modificar el estatuto jurídico. Y eso  sale fuera de una competencia de una autonomía.

P .- ¿Qué medidas concretas plantea?

R .- Habría que plantearse si las guardias son de 17 horas, tienen que ser de menos horas haciendo el trabajo de mañana y tarde, por ejemplo. Hay que hablarlo con los profesionales y no se pueden hacer exclusivamente en una comunidad porque hay que cambiar norma nacional. Si un profesional quiere trabajar cinco horas, facilitemos que trabaje cinco horas. Si quiere trabajar más horas, facilitemos que trabaje más horas. La contratación es muy complicada. 

P .- ¿Y cree que ese acuerdo entre comunidades llegará?

R .- No sé si va a llegar. También hay que quitar el partidismo político de la gestión sanitaria. Creo que hay muy poca diferencia entre lo que piensan los dos grandes partidos políticos de la Sanidad y creo que quitando, no digo la política de la sanidad, sino la visión partidista de la gestión sanitaria, sería posible llegar a acuerdos que pudieran permitir plantearse medidas de ese tipo. Sería lo deseable. Hay que tener en cuenta una cosa, en este momento o se toman cambios o es posible que el sistema dentro de unos años no pueda cumplir con su misión con holgura, con rapidez y con eficacia. Todas las comunidades tenemos problemas con los profesionales, con las lista de espera, de financiación. Más o menos todos tenemos los mismos problemas. El planteamiento está ahí. Requiere de algo que en este país se ha perdido en los últimos años, que es los grandes consensos. La pandemia ha abierto las costuras del sistema y ahora mismo le vienen estrechas. Hay que replantearse cómo funciona el sistema y entre todos llegar a un acuerdo, como se hizo cuando hace 40 años se desarrolló el Sistema Nacional de Salud.

P .- Rescatando la hemeroteca, llegó a hablar de MIR y medio rural. ¿Alguna propuesta?

R .- Todavía no la tenemos desarrollada. La idea es muy buena, pero para que el MIR vaya al medio rural se necesita tener médicos que le formen. El problema de la falta de médicos es un problema de Estado. Es un tema muy duro y muy complicado. 

P .- Ha dicho que le parecía bien una Facultad para Burgos, entiendo que también la de León.

R .- No tengo ningún inconveniente.

P .- ¿Cómo casa eso con lo que dicen los rectores de la USAL y de la UVA de que no hay profesores?

R .- Claro. En el mes de febrero dije que era una idea ilusionante. Pero dije hay dificultades porque no hay profesores. Para ser profesor en una facultad se requieren unos criterios de acreditación que no todos los médicos tenemos. Si la Universidad de Burgos y la Universidad de León deciden poner un estudio de Medicina, ¿qué voy a decir yo? No corresponde a la Consejería de Sanidad, sino a la de Educación. Hay que tener profesores, está claro. Imagino que cuando dicen que quieren ponerlos, imagino que los tendrán. Aunque no es fácil. Y no es fácil porque en Valladolid y en Salamanca hay problemas con los profesores y son facultades de siglos de tradición. Hay que tener en cuenta una cosa. Sigue habiendo una bolsa histórica de médicos que tienen hecho el grado de Medicina y no pueden ser contratados por el sistema público porque no tienen la especialidad, aquellos que no aprobaron el MIR. Según los datos del Ministerio, este año habrá alrededor de 18.000 aspirantes para 8.000 plazas. Ese tapón sigue ahí. Y esos médicos pueden ser contratados por el sistema privado, no por el sistema público. Desde este planteamiento de las facultades, contra el que no tengo absolutamente nada, y me parecería como burgalés que estaría muy bien en Burgos, y como castellano y leonés, muy bien en León, me gustaría que se hiciera con análisis, como seguro que va a ser por parte de las universidades. Y teniendo en cuenta el momento. No es que no me quiera mojar. Fácil no va a ser, como nada en el momento político de este momento. 

P .- La atención telefónica

R .- La atención telefónica tuvo su momento en el Covid. Fue una situación totalmente extraordinaria, sobrevenida y absolutamente especial. El 72% de los españoles tuvimos consulta telefónica durante la época Covid, mientras que la media de la OCDE no llegaba al 45%. En ese momento fue ventajoso. Hubo contacto con el médico en un momento en que no te podías mover. Pero realmente la consulta telefónica no es un buen sistema para tratar a los pacientes, sobre todo cuando estamos hablando de pacientes de más edad porque tienen problemas sensoriales y a veces es difícil entenderte con ellos por teléfono porque, por ejemplo, no te oyen bien. Y aleja el contacto médico-paciente que a mí me parece fundamental a la hora de hacer una consulta médica e impide al médico valorar muchas cosas. El médico trabaja mucho con la vista. Otra cosa es otro tipo de medicina, como puede ser la telemedicina con pantalla, la telepresencia, que puede tener su campo en ciertas cosas, sobre todo muy importante en el tratamiento de pacientes crónicos. Pero la consulta telefónica es algo a superar. Entiendo que hay cosas que sí se pueden hacer en un porcentaje, como la consulta administrativa, un parte de baja, una receta... Pero para atender a pacientes es muy complicado.

P .- ¿Cuánto lo prevén reducir?

R .- Estamos en un 60% aproximadamente de presencial y nos gustaría llegar a un 80%. 

P .- Ha dicho que el Covid ha dejado al aire las costuras del sistema. ¿Estaría Castilla y León preparada para otra emergencia sanitaria?

R .- Depende. La pandemia fue algo inesperado y, con lo que ha sucedido en otros países, con otros sistemas de salud, aquí, a pesar de todas las tremendas dificultades que hemos tenido, yo creo que ha sido atendido todo el mundo en el sistema sanitario. Si ahora mismo viniera otra pandemia, habría que asumirla y se volvería a flexibilizar el sistema sanitario, dirigiéndolo hacia lo que hay que atender. Me gustaría que el sistema estuviera preparado para atender una nueva pandemia, si es que llega, de un modo mucho más fácil de lo que hemos tenido. Ha sido mucho a base del esfuerzo de los profesionales y ha llevado a la situación de cansancio en la que estamos.

P .- ¿Por qué cree que hay reticencia a vacunarse?

R .- Como afortunadamente no hay la morbilidad tan importante que se producía con el Covid antes, la gente tiende, con razón a veces, a menospreciar la situación. Creo que la vacuna que está descrita por las autoridades sanitarias para el grupo de mayores de 60 años, y para otros grupos como los inmunodeprimidos y personal sanitario, es básico y fundamental porque además es algo seguro y algo que ha salvado muchísimas vidas durante la pandemia. Sólo hay que ver antes de la vacuna y después.

P .- El domingo Valladolid salió a la calle contra el cáncer. Una de las demandas de asociaciones y pacientes es el retraso que hay por el Covid. ¿Cómo van a corregir el atasco?

R .- Pues trabajando contra la lista de espera. Coincido con ellos. El Covid ha generado una bola y las tres patologías que más han sufrido retrasos en la atención por la pandemia han sido los pacientes crónicos, los oncológicos y la salud mental. Y solamente se puede luchar con ello con la lucha de las listas de espera.

P .- Habla de que hace falta consenso, de que la Sanidad en los programas electorales de los dos principales partidos apenas varía, pero el momento actual es de crispación.

R .- Se puede hacer política en la Sanidad, pero lo que no se puede hacer es partidismo en la gestión sanitaria. Cuando hay que tomar medidas de gestión sanitaria no se tiene que utilizar desde el punto de vista político o no se debe utilizar desde el punto de vista político. La Sanidad siempre tiene un componente político. Las propuestas de los programas de cada partido son similares porque todos tenemos una idea de lo que es el Sistema Nacional de Salud y todos tenemos una idea de qué problemas tiene el Sistema Nacional de Salud, y las soluciones no son milagrosas. Ni el PP, ni el PSOE, ni nadie tiene soluciones milagrosas para sistema de salud. No pueden diferir mucho las ideas de unos y de otros. Eso debería facilitar. Evidentemente, el momento político es complicado para llegar a un acuerdo. España ya no es la España de los grandes acuerdos.

P .- ¿Y Castilla y León?

R .- En Castilla y León también es difícil. No es más que un reflejo del resto de España. Hay dificultades para llegar a acuerdos.

P .- ¿Hace un llamamiento a la oposición?

R .- Sí, a todas las fuerzas políticas. Es un pacto que evidentemente debe ser dinamizado por las fuerzas políticas, pero que no puede parar solo en las fuerzas políticas. Hay que contar con los profesionales, con los representantes de los pacientes y poner las bases de hacia dónde tiene que ir el sistema sanitario de Castilla y León, en este caso, y nacional.

P .- ¿Cómo plantea rebajar el síndrome del médico quemado de los sanitarios?

R.- En primer lugar, tienen que ver que realmente participan en el sistema. Hay que fijarse en lo que piden los profesionales de hoy, que no es lo mismo que lo que pedían los de mi generación. Nosotros pedíamos buenos salarios y plazas fijas. Ahora piden conciliación de la vida familiar y laboral, culminar unas expectativas profesionales para las cuales te han exigido mucho al entrar y quieres completar. Se valora mucho el tiempo libre. Antes valorábamos mucho los salarios, la buena posición social, y ahora se sigue valorando, pero se da valoran otras cosas. Ha cambiado la situación de los profesionales.

P .- ¿Cuáles son los principales proyectos o retos de cara al año que viene?

R.- El principal proyecto sigue siendo mejorar la accesibilidad de los pacientes con el tema de las esperas. Tenemos que mejorar nuestra oferta para las zonas de difícil cobertura con esa normativa que estamos trabajando. Tenemos un plan de investigación importante que vamos a desarrollar. Tenemos algo muy importante también, que son el tema de la medicina de precisión y personalizada. Tenemos un plan de infraestructuras sanitarias que tengo el mandato de desarrollar en el primer año del Gobierno, para mayo tiene que estar hecho. Un plan de enfermedades raras, mejorar nuestro plan de cronicidad... La tarea es muy ardua y el momento muy complicado.

P .- Dentro del plan de infraestructuras ¿Qué es lo prioritario?

R.- Tenemos muchos centros de salud en proceso de proyecto y construcción. También bastantes centros de salud prevista su reforma y ampliación. E infraestructuras hospitalarias que terminar. La de Salamanca, el área del bloque de consultas. Un hospital muy importante para esta Consejería es el Hospital de Palencia. El Hospital Clínico de Valladolid, que también estará con el bloque de consultas. El de Aranda de Duero…

P .- Ha dicho que en la Sanidad no hay consenso. Estamos en un momento de reproches continuos en Castilla y León, con ruido político.

R .- El ruido siempre es malo. Interfiere en todo. Pero hay que tener en cuenta una cosa, que la Junta de Castilla y León está haciendo cosas a pesar del ruido. La primera medida que tomó el gobierno de Castilla y León fue una medida anticrisis con 400 millones de euros. Se ha presentado a las Cortes hace unos días un proyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad, que realmente es lo que al ciudadano le trasciende. Es decir, las políticas de un gobierno se ejecutan a través de los presupuestos. Yo creo que eso es un valor importante. El ruido siempre distorsiona, pero no tiene por qué impedir llevar al objetivo final.

P .- Como miembro del gobierno, ¿cree que hay buena salud en el pacto PP-VOX?

R .- Sí. Buena prueba de ello es el Presupuesto General de la Comunidad, que se ha presentado hace unos días a las Cortes y que esperemos que tras la tramitación parlamentaria se pueda aprobar con las mejoras que pueden surgir con las enmiendas que se hagan.

P .- Augura una legislatura larga

R .- ¿Por qué no? De momento tenemos un gobierno estable.

P .- Ahora que ya ha pasado cierto tiempo. Fue nombrado de una forma abrupta.

R .- Muy abrupta, muy abrupta.

P .- … Tras cesar el presidente a la anterior consejera y al resto de consejeros de Cs. Alguna vez se ha arrepentido o ha pensado eso de ‘dónde me he metido’.

R .- Arrepentirme, no. Esto no es para sufrir, o es para sufrir lo justo. Lo que sí es una tarea muy ardua, muchas veces sometida a una crítica injusta. Por ejemplo, lo del Centro de Salud de la Magdalena en Valladolid. Hay una manifestación de los vecinos que quieren el centro,  bien, estupendo, pero realmente si no hay una empresa no vamos a poner los ladrillos nosotros. Entonces este trabajo está sometido a una crítica injusta, y requiere todas las horas del día. Es un trabajo duro, pero no me arrepiento. Nadie hasta que esté sentado en esta silla conoce bien esto, pero más o menos se tiene idea de lo que es. Conozco el sistema sanitario de hace muchos años y es la consejería que más presupuesto tiene; la que todo el mundo utiliza a lo largo de toda su vida. Es universal y los problemas son muchos. Es una comunidad tan extensa como esta, muchísimos.

P .- Cuando deje el cargo qué quiere haber conseguido.

R .- Quiero que la gente, que los pacientes, tengan una asistencia sanitaria satisfactoria; que haya una salud pública mucho más desarrollada que como yo me la encontré, y que los profesionales se encuentren a gusto en el sistema. Vamos a intentarlo.

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