Diario de Valladolid

25 años de Asklepios, el triunfo de lo alternativo

25 años cumple la icónica sala de conciertos de Asklepios, cuyo proyecto fue a contracorriente desde su apertura

Un cuarto de siglo, o lo que es lo mismo, 25 años. Esta es la cifra que cumple la sala de conciertos de Asklepios desde que se inauguró el 12 de marzo de 1997 cuando la música comercial y el reguetón estaban a punto de irrumpir en el ocio nocturno de las discotecas. Pese al surgimiento de estas "modas" que se mantienen hasta la actualidad, José María Moreno de la Viuda, socio y DJ del local, lo apostó todo por realizar un formato "clásico y alternativo". Sin darle importancia a la ruptura de lo convencional, Asklepios se mantiene en pie en las largas noches de fiesta de Valladolid.

Un cuarto de siglo, o lo que es lo mismo, 25 años. Esta es la cifra que cumple la sala de conciertos de Asklepios desde que se inauguró el 12 de marzo de 1997 cuando la música comercial y el reguetón estaban a punto de irrumpir en el ocio nocturno de las discotecas. Pese al surgimiento de estas "modas" que se mantienen hasta la actualidad, José María Moreno de la Viuda, socio y DJ del local, lo apostó todo por realizar un formato "clásico y alternativo". Sin darle importancia a la ruptura de lo convencional, Asklepios se mantiene en pie en las largas noches de fiesta de Valladolid.

Publicado por
Diego González
Valladolid

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“No conozco la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar contentar a todo el mundo”. Esta frase de Tom Ford , dueño de General Motors, sirvió de guía a José María Moreno de la Viuda para lanzarse al emprendimiento con Asklepios rehuyendo de los convencionalismos del ocio nocturno de Valladolid. Así, un 12 de marzo de 1997 empezó a dar forma a esta discoteca que 25 años después celebró su aniversario con una fiesta de reggae y ska amenizada por el grupo extremeño Willy Wylazo Band .

A partir de los años 2000, el reguetón fue considerado una apuesta segura para tener éxito con un club nocturno. Adaptarse a los nuevos tiempos o fracasar . No parecía haber otra opción según los gustos musicales de los adolescentes y jóvenes vallisoletanos. Pero José María, o más bien Chema, se mantuvo fiel a su propuesta en Asklepios con un formato “alternativo”.

No estuvo solo en su nueva travesía, sino que mantuvo en el proyecto a los dos mismos socios con los que se embarcó en Landó Club antes de su cierre definitivo impuesto por los tribunales por un asunto de licencias. De esta forma, Asklepios empezó a formar parte de la historia de Valladolid con el objetivo de “crear un clásico” , afirma Chema.

“Los gustos de las personas están teledirigidos por la industria del entretenimiento y no nos interesan”, apunta. Al fin y el cabo, las canciones que se escuchan en Valladolid son las mismas que en cualquier ciudad del mundo y la música comercial supone, entonces, un movimiento incontrolable que se cuela en cualquier ámbito de la vida diaria.

Desde aquel marzo de 1997, acudir a Asklepios  en la calle Torrecilla, 14 , es como viajar a lo desconocido sin saber el ambiente que va a disfrazar a la noche. Caras extrañas se suben a los escenarios para buscar el día de su salto mediático, como ocurrió con Jarabe de Palo en el que fue el primer concierto de la discoteca.

“Es el recorrido natural de los grupos. Con Jarabe de Palo tuvimos la suerte de que todavía no eran tan conocidos y pudimos disfrutar de su música. Luego pasaron a otro nivel. A polideportivos”, recuerda Chema.

El jueves 20 de octubre la oportunidad le llegó a Willy Wylazo Band, un referente del reggae en Extremadura, que desde las 21.30 horas abrió la fiesta de aniversario de 25 años de Asklepios. Al margen de la música originaria de Jamaica, sus dos discos -Resurgir y Corazón de Fuego- están cargados de dancehall, afro, cumbia y otros estilos latinos.

Además de “ser fieles y hacerlo con pasión”, Chema refleja que el éxito en la continuidad de Asklepios también reside en sus limitadas aperturas, otra diferencia respecto a las discotecas ‘de moda’. Tres días a la semana (jueves, viernes y sábado), tres horas al día, conciertos que acaban antes de las 23.00 horas o la inexistencia de una sesión juvenil reflejan que Asklepios pretende ofrecer el lado más positivo del ocio nocturno .

“Es muy importante tener una buena relación con el barrio y los vecinos. Somos conscientes que conseguir cero molestias es imposible, pero intentamos reducirlas al mínimo . Recogemos y barremos todo el entorno e intentamos despejar la calle nada mas terminar para evitar problemas. Son pequeños detalles que sumados marcan la diferencia”, explica Chema.

Un virus 'pasajero'

Ni siquiera los casi 19 meses del cierre impuesto por las restricciones de la pandemia fueron capaces de clausurar la discoteca. A Chema ni le preocupó. “Era cuestión de esperar . Tenía un principio y un final”, simplifica.

“Si quieres saber cuánto durará una situación, busca en el pasado. Todo son replicas de algo que ya sucedió. Fue como un plan donde había una hoja de ruta. Pero agradezco que tuvimos el apoyo y la compresión del casero, que fue muy importante” , recuerda Chema, al que no le entraron prisas para reabrir Asklepios pese que a que la situación económica ‘obligaba’ a ello.

El 19 de octubre de 2021, las míticas escaleras de la discoteca volvieron a sentir las pisadas de jóvenes y adolescentes para intentar recuperar las sensaciones que la pandemia les arrebató durante más de un año y medio. Ese día la responsabilidad recayó en Micky Carreño Schmelter , un histórico frontman del pop-rock español de 78 años que demostró que la música no tiene barrera temporal y que las modas son pasajeras, mientras lo alternativo es eterno.

“Cuando normalizas tu trabajo y disfrutas de ello, el tiempo es insignificante”, opina Chema. Y es que un sinfín de artistas se han subido a la sala de conciertos de Asklepios, pero el que es también DJ de su discoteca no recuerda a ninguno con especial énfasis. Sea Jarabe de Palo, Amaral, o Willy Wylazo Band .

Pero si hablamos de finales, el de Asklepios todavía no está escrito. “Lo más destacable tras 25 años es haber sacado del proyecto a ciertas personas. Esas ausencias son auténticas victorias”, sentencia.

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