DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER DE MAMA
«Me ponían pegas por las salidas a los médicos»
La AECC señala que el cáncer de mama, además de a la salud, afecta a la economía personal: las secuelas a veces dificultan la vuelta laboral / Aroa cuenta su caso: «Es una baja muy larga a nivel económico y muchas familias no se lo pueden permitir» / Castilla y León registra casi 2.000 diagnósticos este año
El cáncer de mama afecta a la identidad femenina, a la sexualidad, la maternidad... Pero no se queda ahí. No solo están los daños psicológicos y físicos ya duros de aceptar y sobrellevar de por sí. El otro impacto es el económico . Son numerosos los gastos a los que una mujer con este diagnóstico tiene que hacer frente. Una peluca, tratamientos para la piel, en algunos casos hasta viajes para poder llevar a cabo el tratamiento, la posible ayuda externa que necesite para realizar tareas cotidianas como llevar a los hijos al colegio, los medicamentos, los productos ortoprotésicos, el personal para cuidar de la paciente, los servicios médicos privados… Es innumerable la cantidad de ingresos que se pierden a causa de la enfermedad y muy escasa la ayuda que se recibe, como son las prestaciones por parte de organizaciones, de seguros privados o las aportaciones de familiares o amigos.
A Aroa le detectaron cáncer de mama en febrero de 2021. En la actualidad está operada. Le hicieron una mastectomía y acaba «el día 30 con ocho ciclos de quimioterapia». «Me quedan 25 sesiones de radioterapia», expresa. En cuanto a la baja, en el caso de Aroa, quiso seguir trabajando hasta que ella misma decidiera que era hora de parar. Pero no fue del todo así, «me tenían que hacer muchas biopsias cada semana. Si me hacían una ese día no podía ir a trabajar. Me ponían pegas por las salidas a los médicos ». Fue entonces cuando decidió pedir la baja a la médica de cabecera y ella se la dio. «Es una baja muy larga a nivel económico y muchas familias no se lo pueden permitir. Yo estoy separada y tengo 2 niños», indica.
La Asociación Española Contra el Cáncer estima que los gastos directos de la enfermedad son de 9.242 euros. Esta cifra abarca el desembolso requerido en los médicos, farmacéuticos, obras, equipamientos, cuidados y ayudas a la paciente. Según un estudio publicado en 2020, el 69% de las mujeres que padecían a esa fecha cáncer de mama necesitó pelucas, el 64% sujetadores adaptados, el 23% bañadores especiales, el 11% camas articuladas, el 4% un colchón anti escaras y el 2% una silla de ruedas. Además, un 13% ha tenido que realizar obras de adaptación de la vivienda. Luisa Lobete, gerente de la Asociación Española Contra el Cáncer en Valladolid indica, «el cáncer de mama no genera un impacto solo a nivel de la enfermedad, social y emocional. También está asociado el impacto a nivel económico, que es muy importante». Añade que hay gastos durante todo el proceso. « Probablemente deje de trabajar durante una temporada . Están los gastos de la compra de la peluca, de los sujetadores adaptados, cremas específicas para el cuidado de la piel, que está muy deshidratada durante los tratamientos...», resume.
«Todos los meses cobras mucho menos de tu nómina», manifiesta Aroa. A pesar de ello, señala que la única ayuda que recibe es por parte de la Asociación . En su caso, quiso destacar que ha tenido que únicamente comprarse una prótesis pero , hay otras mujeres que deciden usar una peluca o que requieren por ejemplo, de mesas para comer encamada. «La mastectomía, los sujetadores especiales, bañadores, bikinis son cosas bastantes caras», detalla. «En mi caso me ha atacado mucho a la boca», expresa Aroa. Ese es otro gasto más que asumirá como consecuencia de los tratamientos de la enfermedad.
Es cierto que existen otras ayudas a parte de las de la Asociación Española Contra el Cáncer como las de la Junta de Castilla y León. Luisa explica, «hay gastos cubiertos por la sanidad pública pero otros no». En algunos casos el tratamiento se puede alargar durante cinco o seis años, lo que supone que el coste sea aún más elevado.
Aroa lleva de baja desde febrero. Desde la Asociación, Luisa explica, «una baja por enfermedad como mínimo va a ser en torno a 6-9 meses. Hay mujeres que tardan más en incorporarse, hay mujeres que pierden su trabajo . El trabajo que realizan no está adaptado. Según el tipo de intervención o los tratamientos puede ver mermada su capacidad para llevar peso, la movilidad reducida por intervención». «En muchas ocasiones, aparece el linfedema. Esa mujer puede que tengan que dejar de realizar esos trabajos. Es muy complicado volver a incorporarte a los mismos trabajos que antes. Hay mujeres que vuelven a su vida normal pero otras no», resume.
Para Aroa su gran apoyo ha sido la Asociación, «me han ayudado mucho económicamente. Y con el psicólogo», declaró. «Es una enfermedad que te toca mucho física y mentalmente», añade. El impacto emocional también debe ser tenido en cuenta. «El día que me lo dijeron, se me cayó el mundo encima», revela Aroa. Ella estaba en el trabajo cuando se lo dijeron. « Me llamaron y me dijeron que los resultados de la biopsia habían dado positivo . Fui a casa de mi familia y se lo comunique a todos», señala. Depende de los apoyos sociales y cómo la paciente se encuentre en ese momento en el que recibe la noticia, es mayor o menor el impacto. «Muchas mujeres después del cáncer, en concreto el 60%, padecen síntomas depresivos, tienen miedo a recaídas y a qué va a pasar cuando acabe el tratamiento. La revisión constante hace que se encuentren en estado de alerta», explica Luisa.
Algunas mujeres con cáncer de mama han sufrido aún, un mayor número de consecuencias negativas, como es la pérdida del empleo . Pero otras han esquivado un poco ese ‘choque’ económico porque han contado con pensiones por enfermedad o tenían un empleo asegurado, como sucede en algunos casos.