Regreso al pueblo, pero esta vez ¡de Erasmus!
La segoviana Violeta, estudiante de Arquitectura, partícipe en Olmedo de la primera edición de ‘Campus Rural’, reclama que «las ayudas económicas son necesarias si quieren incentivar el trabajo de jóvenes en los pueblos y acabar con la centralización de oportunidades»
Sí, puede parecer un poco raro, pero se trata de una de las formas más originales de realizar parte de la formación académica universitaria dentro de nuestro país.
El Programa Campus Rural , permite a los universitarios de cualquier titulación oficial realizar prácticas formativas en entornos rurales, para conseguir que el medio rural sea más resistente y sostenible. El proyecto se encuentra dentro de las 130 medidas del plan diseñado por la Comisión Delegada del Gobierno para el Reto Demográfico , aprobado por el Gobierno y dotado con 10.000 millones de euros.
La propuesta, conocida popularmente como ‘Erasmus rural’ , es una iniciativa del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en colaboración con el Ministerio de Universidades y la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), para dar a conocer el mundo rural a los jóvenes emprendedores . De esta manera los estudiantes cuentan con la oportunidad de conocer lugares insólitos de la geografía española, y sobre todo, de contribuir a generar nuevas oportunidades de crecimiento en las áreas rurales.
Es el caso de la segoviana Violeta Esteban de 24 años . La estudiante del Doble Grado en Arquitectura y Diseño Integral y Gestión de la Imagen en la Universidad Rey Juan Carlos es una participante de la 1ª edición de Campus Rural , en el despacho de arquitectos ML.
La joven se desplazó hasta el municipio de Olmedo , que se encuentra en el centro comarcal del sur de Valladolid, a 45 km de la capital y próximo a Medina del Campo e Íscar. Es una localidad que cuenta con 3.500 habitantes aproximadamente, pero que lamentablemente sigue el camino de la despoblación.
Violeta expone «estoy realmente contenta con la decisión de realizar las prácticas en un municipio pequeño y lo recomiendo 100% a otros alumnos universitarios» Aunque la joven estudia en Madrid, su familia proviene de un pequeño pueblo de Segovia, por lo que está familiarizada con lo rural y la adaptación ha sido de lo más sencilla para ella. «Al principio tenía miedo e incertidumbre ante el cambio que iba a suponer, pero realmente se gana en calidad de vida, es una experiencia muy acogedora» declara. Además, cuenta «Mis tutores son jóvenes emprendedores, por lo que la comunicación con ellos es muy fácil, me han entendido desde el principio, por lo que todo el proceso de adaptación está siendo muy cómodo»
Destaca lo bien que la tratan y lo mucho que está aprendiendo. Su día a día se basa en visitar las obras que realizan, hacer planos y memorias de los proyectos. «Lo que más me gusta es que al tratarse de un negocio pequeño me involucran y cuentan conmigo para todos los proyectos, me siento como una más, no como en otros lugares en los que he realizado prácticas» expone la joven. Pero, la segoviana no solo trabaja, también saca tiempo para interactuar con otros jóvenes del municipio, visitar y conocer los lugares más emblemáticos de su nuevo asentamiento.
Violeta cuenta que conoció este proyecto a través de un correo que le hizo llegar su Universidad pero, sobre todo por el ‘boca a boca’, aunque, confiesa «Tenía muchas dudas sobre realizar las prácticas en un pueblo, porque ya tenía otras prácticas asignadas en Madrid pero, al enterarme de la ayuda económica, terminé por decidirme» y añade «las ayudas económicas son necesarias si queremos incentivar el trabajo de los jóvenes en los pueblos para acabar con la centralización de las oportunidades laborales».
La empresa, el despacho ML , lugar donde la joven segoviana realiza su formación, se encuentra situado en el municipio vallisoletano de Olmedo. El nombre de la empresa responde a las iniciales de sus socios, Mónica del Río y Luis Antonio Pahíno, dos jóvenes emprendedores. Esta compañía provee a la comarca de servicios de arquitectura de todo tipo: vivienda, cambios de uso, certificados energéticos, etc.
Sus socios valoran el poder gestionar cada uno de sus proyectos de forma íntegra : desde las visitas a la obra, pasando por el trato con el cliente y el constructor, hasta modificaciones que puedan surgir durante el proceso.
Mónica trabaja en Olmedo, donde se encuentra el estudio; Luis, su socio, teletrabaja desde Valladolid. Ambos saben relacionar el papel de la arquitectura en el ámbito de la sostenibilidad y de la adaptación al clima , manifiestan su interés por la rehabilitación, la arquitectura popular o la recuperación de materiales como la tierra. Entre sus trabajos destacan unos proyectos de inventariado de bodegas tradicionales excavadas. Precisamente por esta pasión por lo tradicional es por lo que se hicieron participes de la primera edición del programa Campus Rural.
El proyecto Campus Rural apuesta por potenciar el territorio , promocionar el empleo joven impulsando el talento local, fomentando la unión de la población más joven con el mundo rural, generando nuevos vínculos, que creen nuevas actividades y oportunidades de crecimiento . De esta forma se sientan las bases de una nueva forma de relacionarse entre población joven y mundo rural.
El programa, se desarrolla entre el 1 de junio y el 31 de octubre del curso académico adaptándose a las fechas de cada centro. Está dirigido a estudiantes de Grado o Máster de las universidades públicas. Para incentivar a los alumnos en esta estancia, que no podrá ser inferior a tres meses ni superar los cinco, se da una ayuda económica de hasta 1.000 euros brutos mensuales para alojamiento y manutención, junto a la cobertura obligatoria de la Seguridad Social, que como en el caso de Violeta, sirve para que los jóvenes se decidan. En esta curiosa actividad puede participar cualquier administración local, institución, organismo, entidad sin ánimo de lucro o empresa legalmente constituidas , que desarrollen su actividad en municipios españoles, la única condición que se exige es que su población debe ser menor a 5.000 habitantes. Los interesados deben solicitar su participación en el Programa a las Universidades públicas adheridas para ser aceptados como entidad colaboradora.
Este verano realizarán estas prácticas alrededor de 380 alumnos , aunque en principio tan solo se preveían 200, procedentes de 36 universidades públicas de España, 37 si contamos la última en añadirse, la UNED. Entre ellas las cuatro universidades públicas de Castilla y León , la de Burgos, León, Salamanca y Valladolid.
Según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, el proyecto que lleva un año de preparación, comienza con la única presencia de universidades públicas, pero no se descarta la suma de universidades privadas en las próximas ediciones.
Aunque, es la primera vez que se inicia a nivel estatal, cuenta con el respaldo de sus veteranas. Los precedentes son muy recientes, pero cuentan con gran éxito. La Universidad de Zaragoza, consolidada como la más veterana en este sector, completa ya la tercera edición del programa ‘Desafío’, por su parte la Universidad de Castilla-La Mancha celebra este año su segunda edición de ‘UCLM-RURAL’ . Los resultados obtenido son la verdadera motivación para ‘copiar’ este modelo a nivel nacional, expandiéndolo a otras universidades del país.
Cabe destacar que la vida rural no solo es campo , y que los estudiantes están distribuidos según su formación, en ámbitos muy variados como asociaciones culturales, educación infantil, viñedos o farmacias. Esta es una de las muchas formas que tiene la universidad para influir en la transformación del país y su reactivación.