Diario de Valladolid

El asesino de la catana que se inventó que su padre había matado a su hermana en el barrio Girón de Valladolid

Se cumplen 15 años del parricidio que conmocionó a la ciudad vallisoletana: Ismael asesinó a su hermana a cuchilladas y después a su padre con una espada

Ismael V. S., en el juicio de 2009 por el asesinato de su padre y su hermana dos años antes en el barrio Girón.

Ismael V. S., en el juicio de 2009 por el asesinato de su padre y su hermana dos años antes en el barrio Girón.

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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«Ya se arreglarán las cosas», contaron algunos testigos que fue lo que dijo ese 26 de junio Ismael V. S. –que llenó las páginas de sucesos conocido como ‘el asesino de la catana de Valladolid’ – mientras esperaba a que llegara la Policía en el número 79 de la calle Hogar del barrio Girón. 

Él mismo había alertado a las fuerzas del orden a través de una llamada al servicio 112, pero en ella mintió, según determinó el tribunal que le juzgó dos años después por el asesinato de su padre y el de su hermana. Y le condenó por el doble crimen a 36 años de cárcel.  

La tarde de ese martes de 2007 Ismael V. S., de entonces 31 años, llamó a emergencias y aseguró que su padre había matado a su hermana y que solo después, tras escucharla gritar –declaró ante el juez– él le había causado la muerte a su progenitor con una catana. Su historia inicial se sostuvo poco tiempo. Pronto la investigación determinó que él mismo había esperado a que su madre saliera de casa para trabajar y había perpetrado ambos asesinatos, y así lo sostuvo el Ministerio Fiscal.

Primero asesinó a su hermana María Victoria, de 33 años , a cuchilladas –hasta quince le propinó con un cuchillo de una hoja de 15 centímetros– mientras esta dormía la siesta en su habitación y la pilló «desprevenida». Así lo consideró probado el jurado popular que encontró a Ismael culpable del doble crimen, y también el Tribunal Superior de Justicia que confirmó la condena y desestimó el recurso presentado por su defensa.

Tras dejar a su hermana sin vida en su cuarto, se asomó a las escaleras y ahí, mientras su padre Luis, de 56, las subía, cogió una catana de 69 centímetros y le causó 29 heridas , algunas mortales.  

Según se supo después, Ismael V. S. llevaba varios años sin salir de casa y tiempo antes, en 1993, ya habría dado una paliza a su padre con un bate de béisbol, deporte que practicaba de más joven. Él arguyó que lo hizo por «el carácter violento» del padre, al que tildó de «alcohólico», y por «proteger a la madre».

La progenitora declaró en el juicio ese episodio con el bate y aseguró que fue motivado porque su marido la agarró «por el cuello» y trató de asfixiarla. También relató que su hijo tenía diagnosticada « agorafobia » y llevaba tres años sin salir a la calle. Es más, sostuvo que no vio venir este terrible suceso. «Nunca lo pensé, siempre tenía miedo de mi marido. No de mi hijo» , recogió El Mundo sobre aquellas sesiones judiciales.

El jurado popular necesitó dos días para deliberar, estimar la tesis de la Fiscalía y rechazar la de la defensa. 

El letrado de Ismael planteó unas circunstancias atenuantes que no convencieron al jurado. Al entonces encausado lo presentó como «un enfermo mental, que solo ha tenido un miedo atroz y espeluznante a su padre». 

Sin embargo, el veredicto unánime del jurado concluyó que «no había actuado movido por un miedo insuperable», que en el caso de su hermana «actuó con la clara intención de acabar con su vida, tanto por la dirección de las lesiones, como por la forma del ataque». Le encontró autor de las dos muertes y subrayó que «cuando realiza los hechos sabe lo que hace y es dueño de sus actos».

La Audiencia de Valladolid encontró a Ismael V. S. culpable de dos delitos de asesinato, con agravantes de alevosía y parentesco, y concluyó que aquella tarde que conmocionó a la ciudad vallisoletana hace quince años, el parricida actuó «sin dar la oportunidad a las víctimas de reaccionar».

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