Terrorismo de los GRAPO en el Cuatro de Marzo
El asesinato del coronel López Muñoz en Valladolid: "Oí tres detonaciones, bajé corriendo y me encontré a mi padre muerto"
Pasan ya 34 años del asesinato a manos de los GRAPO de Manuel López Muñoz en Valladolid
El primer pensamiento de la mañana de este 15 de junio de 2022 de Manuel López Represa ha sido para su padre y aquel inesperado día de hace ya 34 años . Eran poco más de las ocho y veinte y Manuel se preparaba para acudir a un examen en la facultad de Valladolid. Cuando escucharon los estruendos su hermana "lo intuyó", pero todo pasó demasiado deprisa para mediar palabra. Manuel López Represa fue el primero en encontrarlo tendido en el suelo. "Oí tres detonaciones , bajé corriendo a la calle y me encontré con mi padre muerto" , relata a este diario en la triste efeméride.
Manuel López Muñoz , el coronel de Infantería retirado de 62 años, en la reserva activa desde 1987, había sido asesinado con tres disparos a quemarropa y por la espalda junto al portal de su casa en la calle Turina en el barrio Cuatro de Marzo de Valladolid. Dejaba "destrozados" a mujer y cuatro hijos. Su esposa ya no vive, pero sus hijos mantienen su memoria.
Ese viernes de 1990 una pareja joven entró, como venía haciendo en las últimas semanas, en el bar Estribos, muy próximo al bloque de viviendas donde residía con su familia Manuel, abulense de nacimiento pero que llevaba más de 30 años viviendo en Valladolid. Así lo relataron entonces el propietario y la camarera de la cafetería y dieron cuenta de ello los periódicos de la época. Dejaron el café, salieron a la calle y uno de ellos disparó en la nuca a este coronel retirado que vestía con indumentaria militar porque seguía asistiendo al gobernador militar como su secretario particular.
Los asesinos huyeron corriendo hasta salir al Paseo de Zorrilla. Una mujer que paseaba a su perro fue testigo del crimen. Su hijo, Manuel López Represa, estuvo junto al cuerpo de su padre varios minutos hasta que empezó a llegar la Policía Municipal, la Nacional, el juez... Hasta el lugar de los hechos se desplazaron autoridades como el alcalde Tomás Rodríguez Bolaños , que mostró su "rabia e impotencia" o el entonces presidente de la Junta, Jesús Posada , que condenó el atentado.
"Me ha costado mucho superar el asesinato. Aunque no es que esté superado del todo. Es lo primero en lo que he pensado al levantarme", afirma Manuel López Represa, que agradece que "por suerte ese día no le recogiera un coche oficial, porque podría haberle pasado algo al conductor".
Los GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) asumieron a los pocos días la autoría del atentado como represalia al Gobierno "por no dar solución al problema de la huelga de hambre" de los presos de la banda y en respuesta a la muerte veinte días antes de un miembro de GRAPO encarcelado, José Manuel Sevillano. Este fue el nombre adoptado por el comando que actuó ese día en Valladolid.
A partir de ahí, 32 años de ausencia y de duelo en el que "los sentimientos van cambiando". "Ya no tengo ningún sentimiento. Odio no siento hacia los asesinos, pero sí reproche. Me gustaría que se arrepintieran de lo que hicieron, pero no creo que lo hagan", confiesa López Represa, quien fuera delegado territorial de la Junta en Soria. "Condenaron a varias personas por aquello, pero el último salió por la aplicación de la doctrina Parot. No me gustaría encontrarme con ninguno".
Explica Manuel hijo que "los primeros años fueron muy malos". "Gracias a Dios tuvimos el apoyo de los amigos y de la familia, pero era lo que querían destrozar la familia y la sociedad. Mis hermanas y yo, bueno, porque hacemos nuestra vida, pero lo peor era mi madre", reconoce.
La presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo Covite, Consuelo Ordoñez, ha pedido esta mañana por Twitter que se recordara la historia de Manuel.
"Hace bastantes años que no hay atentados, pero las víctimas de terrorismo hemos dado una lección de saber estar , de democracia y de tolerancia", destaca quien por entonces, cuando le arrebataron a su padre de una manera tan cruenta, era tan solo un estudiante veinteañero de Derecho. "No podré olvidar nunca ese día".