Aulas vacías en el colegio de Valladolid donde fue apaleado el niño de Arturo Eyries
Solo tres de los 83 alumnos del Jorge Guillén acudieron ayer a clase en una ausencia justificada “por miedo” / La familia de la víctima no descarta acciones contra el centro: “Ocurrió dentro del recinto”
Situación de tensa calma en el barrio de Arturo Eyries tras la brutal agresión cometida , supuestamente, por dos hermanas adolescentes de 15 y 17 años sobre un niño de 10, al que golpearon en la cabeza el pasado lunes 6 de junio cuando llegaba a primera hora de la mañana al colegio de Infantil y Primaria Jorge Guillén.
El ‘boicot’ a la asistencia presencial de los alumnos de entre 3 y 11 años fue de la misma proporción el martes, y ayer se repitió con la ausencia generalizada de los estudiantes. Padres y madres que han optado por no llevar a sus hijos al colegio explicaron a este diario que la medida de no llevar a sus hijos obedece, fundamentalmente al “miedo” a que vuelva ocurrir un hecho similar. “No sabemos si las dos agresoras siguen en el barrio, pero el riesgo es muy alto, porque además ocurrió dentro del recinto del CEIP”, explicaron madres y padres para justificar la no asistencia de sus hijos. Aunque agregaron que tienen, al mismo tiempo, “plena confianza” en el personal docente y de servicios del Jorge Guillén.
El CEIP Jorge Guillén cuenta desde el lunes con un retén policial en el exterior, pero ni siquiera esta vigilancia ha sido suficiente para que el grueso de los alumnos haya decido pisar las aulas tras la agresión al pequeño M. En concreto, la Policía Municipal de Valladolid ha establecido un dispositivo preventivo de vigilancia en las salidas y entradas del colegio.
SECUELAS EN EL HERMANO MENOR
La inasistencia de alumnos al CEIP Jorge Guillén es el menor de los problemas que amenazan al centro educativo. El abogado de la familia del niño apaleado aseguró ayer que están analizando si el colegio ha incurrido en algún tipo de responsabilidad en la agresión, a efectos de no haber puesto los medios para evitarla. “Ocurrió dentro del colegio y puede tener algún tipo de responsabilidad”, indicó el abogado defensor, quien habló de dos víctimas y no de una sola por esta paliza. Se refiere al hermano pequeño de M., de ocho años, que presenció la agresión a su hermano de diez.
“El agredido de 10 años, evoluciona con más secuelas psíquicas que físicas, porque duerme con la luz encendida, no come y no sale a la calle, ya que no se quita de la cabeza que puedan volver a pegarle. Peor aún está su hermano menor de 8 años, que vio como le pegaban y salió corriendo asustado al ver caer para atrás a su familiar tras la agresión al grito de “¡¡¡Han matado a mi hermano!!!”, recordó el representante legal de la familia de la víctima.