Camporredondo, el pueblo que no quiere que se toque la historia
Situado en plena Tierra de Pinares, este municipio rechaza la petición por carta del Senado para cambiar el nombre de la calle Calvo Sotelo, y exige, con su alcalde a la cabeza que se interesen por las necesidades reales que tiene este núcleo, con 153 vecinos, y que forma parte de "la España no vacía sino ya vaciada"
Camporredondo, municipio de 153 vecinos en Tierra de Pinares ha llegado hasta el Senado en los últimos días. ¿El motivo? Una carta viral en la que su alcalde, Javier Izquierdo, alegaba contra una notificación que, por segunda vez, le exigía el cambio de la calle Calvo Sotelo del municipio para dar cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica.
El primer edil daba respuesta a la misiva firmada por la que era, en aquel momento, la presidenta de la Cámara Baja, ahora ministra de Justicia, la socialista Pilar Llop y al senador de Compromís Carles Mulet, mostrando su pesar por esta petición en lugar de interesarse por las que entiende son " las necesidades, carencias, problemáticas de este municipio , y en definitiva, de sus vecinos, ya que ellos, forman parte de la España no vacía sino ya vaciada y olvidada".
Protagonista inesperado, Izquierdo asegura no esperar "para nada" este maremágnum, que ha tenido un efecto positivo: ha puesto al pueblo en el mapa nacional : "Ha habido gente de toda España felicitándonos, y parte del extranjero. Partidos políticos como Partido Popular, VOX y Ciudadanos".
También su presidente provincial, Conrado Íscar, que en una visita rutinaria representando a la Diputación, en pasadas fechas, le daba su apoyo: "Es importante que conozcan la realidad del mundo rural. Son momentos de unir y no de dividir, y hay un Gobierno que pretende dividir ".
El regidor reconoce con cierta incredulidad que "han prometido venir hasta autobuses al municipio", e incluso a él le han enviado una montera por su arrojo desde Pontevedra . Fuera aparte de esta polémica en torno a la calle Calvo Sotelo, una vía paralela a la carretera principal, donde no se detalla si da nombre a Leopoldo Calvo Sotelo, Presidente del Gobierno de España entre febrero de 1981 y diciembre de 1982, o al ministro de Hacienda en 1925, José Calvo Sotelo, la realidad de este pequeño pueblo es la de cualquier otro núcleo afectado gravemente por la despoblación.
Sus vecinos, gente de entre 60 y 70 años de media, no son ajenos a esta polémica y defienden la labor del alcalde : "La historia no se puede cambiar. No estamos para estas cosas. Qué les importa lo que ponga en la placa", esgrimen algunos. Otros aprovechan para que esto sea un altavoz que muestre las necesidad propias: " Lo que necesitamos es que nos atiendan , y nos den ayudas para arreglar las casas que se están cayendo. Y si se caen, se cae el pueblo", indica una vecina.
Gente sencilla, así se definen, que históricamente se ha dedicado a la agricultura, al cereal, y al trabajo en los pinares, en un municipio sin apenas negocios , excepto dos almacenes de frutas, pero principalmente hortalizas, situados a la entrada por la VP-2203, desde la Autovía de Pinares A-601.
Eso sí, no le faltan víveres básicos que llegan varios días a la semana con vendedores ambulantes, como un ultramarinos, pescadero, o el panadero de San Miguel o Montemayor, afamados en toda la provincia.
En una de las viviendas, una vecina presume con orgullo de un Museo de la Vida Rural , repleto de aperos de labranza, y otros objetos que superan los dos centenares de unidades, y que reflejan la realidad de esta tierra donde el campo sirvió, y sirve, para que muchas familias saliesen adelante.
Pero pasear por este municipio, a siete kilómetros de un núcleo importante como Portillo, es hacerlo por una localidad tranquila: "En verano me duermo escuchando los grillos, y en el invierno a los pájaros", remarca Jesús García, teniente de alcalde y vecino del pueblo, al que llegó desde la ciudad hace 20 años. A su parecer para mantener vivos estos pueblos hace falta una adaptación del programa ‘Respiro’ de ayuda a domicilio de la Diputación: "Necesitamos que alguien se acuerde de que hay personas de 90 años cuidando a personas de 90" , remarca García asegurando que mejoraría la calidad de vida de estas personas. En Camporredondo el médico, junto a una enfermera, llega tres días por semana a su consultorio, aunque sus tarjetas sanitarias están adscritas a la próxima localidad de Portillo.
Un parque con columpios y aparatos biosaludables son uno de los puntos de encuentro de los vecinos, también lo es la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que se divisa desde la lejanía, cuya torre campanario es de estilo románico, y la iglesia, gótica del siglo XIII. De gran valor, aunque relativamente nueva, es la Ermita del Santo Cristo del Amparo, a las afueras de la localidad.
El frontón municipal también recibe la visita de vecinos de pueblos cercanos, como su bar, un punto de encuentro, que ha puesto en marcha el consistorio gracias a Fondos Propios y a los Planes Provinciales. Ayudas que también han servido para dar un lavado de cara gracias a una inversión conjunta de 41.325,33 euros a la casa consistorial, el lugar donde sus 5 ediles, 3 del PP y 2 del PSOE, se entienden y sacan por consenso acuerdos plenarios para los vecinos.
En tiempos de peticiones a los Reyes Magos, el alcalde, Javier Izquierdo, demanda colaboración institucional para "arreglar la travesía, prometida en otras legislaturas" , y también mejoras en la vía de servicio para poder ir hasta la cercana Portillo. Es la realidad de un pequeño pueblo en contra de cambiar la historia, y a favor de generar oportunidades para que la España vaciada se llene de oportunidades.