Diario de Valladolid

Bienes ‘protegidos’, pero anclados en la lista roja

Hispania Nostra, que acaba de incluir dos elementos del Canal de Castilla, ve cómo el Depósito de Locomotoras y la Electra cumplen dos años en el listado / Del primero alerta de su «demolición» y del segundo su «desaparición completa»

Interior del edificio de la Electra, incluido en la lista de Hispania Nostra el  28 de febrero de 2019. R. HERNÁNDEZ/ARQUITECTURAVA

Interior del edificio de la Electra, incluido en la lista de Hispania Nostra el 28 de febrero de 2019. R. HERNÁNDEZ/ARQUITECTURAVA

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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Las malas noticias sobre la conservación del patrimonio de la provincia se acumulan. La asociación Hispania Nostra informaba el  2 de febrero de la inclusión de dos nuevos  elementos por su «estado de abandono» :  el conjunto de la esclusa 40 (Corcos del Valle, siglo XIX) y la vivienda de la esclusa 39 (Cubillas de Santa Marta), ambas en la provincia de Valladolid, donde la entidad reclama actuaciones inmediatas ya que «corren el riesgo de desaparecer»

La esclusa 39 (siglo XIX) aparece en el tramo de la autovía de Castilla y une las localidades de Cubillas de Santa Marta, Trigueros del Valle y Valoria la Buena. Junto a este salto de agua sigue en pie la vivienda del esclusero quien trabajaba en la apertura y cierre de la esclusa al paso de las barcazas. Este edificio es una construcción sencilla de una única planta, en ladrillo y piedra y cubierta a dos aguas. 

Dos nuevas incorporaciones a la lista de peligro a la que se sumó, el  25 de noviembre de 2020, el castillo de Mucientes (siglo XIV). Lo preocupante es que pasa el tiempo y ninguna abandona el listado. El caso más llamativo es el de la capital vallisoletana, donde sus dos edificios de la lista roja, el  Depósito de Locomotoras (1863) y la Electra (1907) han cumplido dos años sin intervenciones de mantenimiento. 

Y todo ello a pesar que de Hispania Nostra sostiene que el hangar  está en peligro de «demolición» y «desaparición completa», y el antiguo inmueble de Iberdrola va camino de la piqueta. En concreto, sostiene que está amenazado de «desaparición completa» y «alteración de sus elementos». Un aviso que debe mover urgentemente a alguna actuación, al menos bajo instancia de las administraciones públicas, tratándose de unos de los pocos ejemplos en pie del patrimonio industrial de Valladolid y ubicado en uno de los paseos de más postín, como es el de Isabel la Católica.  El más antiguo 

El Depósito de Locomotoras, diseñado por el francés Theophille Luc Ricour en 1863, está catalogado como Bien Protegido desde 2004. Es el edificio más antiguo de la historia del ferrocarril  en Valladolid que se conserva en pie. Propiedad de Adif, ha sido objeto de intentos de recuperación con proyectos como una gran biblioteca, iniciativa que trató de lanzar el gobierno del exalcalde Javier León de la Riva en 2009, con proyecto del arquitecto Primitivo González, para albergar hasta 60.000 volúmenes.  

Incluso se sopesó en 2013 su transformación en un museo del ferrocarril pero este proyecto tampoco cristalizó. Hace tres años, en 2018, la propuesta de la Asociación de Ferrocarriles del Duero volvió a surgir, pero sin ningún resultado. Por todo ello, Hispania Nostra, que tan solo constata un «deterioro progresivo» del depósito, pide la intervención urgente de los organismos públicos.

«Las diferentes administraciones permanecen impasibles y parece que su pretensión es la desaparición de este conjunto histórico. Las mínimas intervenciones realizadas refuerzan aún más esto, dado que parecen estar enfocadas hacia su demolición», insiste. 

El concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, recordó a este diario que el depósito «sigue en manos de Adif». «El Administrador es el responsable de que el edificio no se deteriore y de mantenerlo hasta que se ejecute todo el plan de los viejos talleres de Renfe», indicó. Un proyecto que depende, a su vez, de la entrega del suelo tras la mudanza a los nuevos talleres del páramo de San Isidro. «Va a ser inmediato, porque falta solo un único trámite», advirtió. «Los suelos de los talleres viejos pasarán a la Sociedad Valladolid Alta Velocidad y ahí sí se podrá actuar. Habrá que ver en qué condiciones pasa, porque hay que hacer unas cuentas y ver qué uso se va hacer», añadió el teniente alcalde.  En la cartera de Solvia 

El edificio de la Electra, de 3.003 metros cuadrados y unas de las reliquias aún existentes en Valladolid de la edificabilidad industrial de principios del siglo XX, lo  comercializa Solvia, la inmobiliaria del Banco Sabadell, que declinó  precisar la propiedad y el precio del inmueble. Su fachada principal está protegida por el PGOU. «Es un edificio singular y no está en la página web como otros inmuebles. Hay un canal para este tipo de edificios y se atienden la propuestas económicas en función del proyecto que se plantee», indicaron fuentes de Solvia.  

Sobre este inmueble de ladrillo que lleva quince años buscando proyecto en firme para salvarlo –en 2007 se proyectó un hotel de cinco estrellas y en 2018 hubo pretensión de incluirlo en una permuta para edificar bloques de viviendas a cambio del viejo colegio El Salvador– se ha posicionado la entidad Arquitectura Valladolid. «La mejor forma de conservar el patrimonio es darle uso. Una utilización que debe ayudar a conservar la memoria del lugar. No se trata de apuntalar las fachadas y construir un edificio detrás, sino de mantener en la medida de lo posible ciertos valores patrimoniales: la espacialidad, la luz, los ejes y los recorridos. El nuevo edificio debería ayudar a recordar como era el antiguo. El patrimonio no nos pertenece, debemos de protegerlo y preservarlo para las generaciones futuras», sostiene el arquitecto Kike García. 

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