Una jueza aspira a presidir la sala cuarta del Supremo
La vallisoletana María Luisa Segoviano pugnará con Lourdes Arastey para ser la primera mujer que dirija una sección del alto tribunal
Las magistradas del Tribunal Supremo , la vallisoletana María Luisa Segoviano Astaburuaga, y Lourdes Arastey Sahun, han presentado su candidatura a la presidencia de la Sala Cuarta del alto tribunal, que quedó vacante el pasado 25 de junio por la jubilación de su titular, Jesús Gullón Rodríguez.
Así, además de ser la primera ocasión en la historia del Tribunal Supremo en la que hay aspirantes mujeres a la presidencia de una de sus cinco salas, la candidatura está integrada solo por magistradas.
María Luisa Segoviano, secretaria de Magistratura de Trabajo por oposición en 1974, ingresó como magistrada en la Carrera Judicial en 1987 por el turno reservado a juristas de reconocida competencia. Fue presidenta de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León con sede en Burgos entre 1997 y 2002 y presidenta de la Sala de lo Social del mismo Tribunal Superior con sede en Valladolid entre ese año y 2006, año en el que fue nombrada magistrada del Tribunal Supremo. Es hermana de Ignacio, magistrado de la Audiencia Provincial de Palencia y ex juez decano de Valladolid.
Su contrincante, Lourdes Arastey ingresó en la carrera judicial en 1985 y desde 1989 ha estado destinada en el orden jurisdiccional social, del que tiene la condición de especialista. Magistrada del Tribunal Supremo desde 2009, fue vicepresidenta primera del Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación (GEMME) y presidenta de la sección española de esa asociación, así como miembro fundador de la Red de Expertos de Derecho de la Unión Europea del CGPJ . La presencia de una mujer al frente de una de las cinco salas del alto tribunal era una de las metas pendientes, una vez que ya hay magistradas en la presidencia de salas de la Audiencia Nacional y de tribunales superiores de justicia autonómicos.
Sección femenina
Segoviano tuvo protagonismo en febrero este año, por ser la ponente de la sentencia del Supremo que establece que el tiempo invertido por las mujeres españolas en los Servicios Sociales obligatorios de la Sección Femenina, introducidos en 1937 y eliminados en 1978, debe contar para la jubilación anticipada como sucede con el servicio militar en el caso de los hombres. Segoviano explicó su resolución para paliar una discriminación «verdaderamente llamativa» porque para tener derecho a la pensión de jubilación anticipada hay que haber cotizado al menos 35 y los varones pueden aportar el servicio militar obligatorio como si se hubiera cotizado durante un año.