Unas prefiestas muy dulces

Es una actividad que los vallisoletanos llevan en el equipaje festivo. Un evento en el que disfrutar de la famosa tarta de la Virgen de San Lorenzo sin perder la línea. Un bocado delicioso (y gratuito) que hace las delicias de los más golosos. La degustación del famoso postre es una inyección de azúcar aderezada de buen rollo, saber hacer y tradición. Como excepción, se celebrará mañana a las siete de la tarde en la Acera de Recoletos.

La cita sale del programa oficial y se cuela en las prefiestas para endulzarlas. «Lo decidimos porque los fines de semana son complicados para nosotros porque tenemos mucho trabajo y el resto de días estaban ocupados con actividades reseñables como la Feria de Cerámica y Alfarería», explica Rafael Mesonero, presidente de los confiteros vallisoletanos, para, a continuación, añadir que lo que busca es que participe mucha gente pero «sin estrés» y de haberlo hecho en la semana grande, las colas hubieran provocado este sentimiento.

Y es que es conocido por todos que la afluencia es «multitudinaria». Esperan «mucha gente» y que el reparto dure 45 minutos. Las raciones serán 7.000, un millar menos que en años anteriores. «Las hemos reducido porque al estar fuera de las ferias, muchas personas trabajan por la tarde y es posible que no puedan acudir». A esto se suma la meteorología. Según las previsiones los termómetros bajarán hasta los 24 grados centígrados. De momento, el equipo de Gobierno y varios concejales de la oposición –bastantes caras nuevas– serán los encargados de poner en la mano de los asistentes este manjar único.

La degustación, en la que participan 16 confiteros, cuenta con la colaboración de Leche Gaza –que lleva cuatro años poniendo su granito de arena– y Acor. La cooperativa entregará a los pasteleros 150 kilos de azúcar. Está claro que los profesionales de la manga pastelera ya están calentando motores, pero esta noche será «crucial» para tenerlo todo a punto para la actuación final, que busca volver a repetir el éxito de ediciones pasadas.

La recomendación para poder conseguir una porción es acudir pronto para coger sitio. Sin embargo, los billetes no están numerados y en cualquier momento se colgará el cartel de No hay entradas. Todo se anunciará a golpe de megáfono: las raciones restantes, los asistentes, los chascarrillos... Sobre este último punto, Mesonero ironiza: «Al terminar siempre hablamos de la cantidad de sillas de ruedas que hay en Valladolid. Deberíamos hacer un censo porque son muchos los que dicen: ‘¿Me puedes dar dos trozos para mi madre que está en silla de ruedas? Y se llevan tres». También, agrega, una «gran parte de los participantes» se quejan del tiempo de espera y se ponen tres veces en la cola. No obstante, existe una fiel clientela que marca la degustación en fosforito en el calendario. Y se van con ese bigotillo tan típico del azúcar glas.

No es para menos. Este delicioso postre lo tiene todo: base de hojaldre, crema de naranja y bizcocho de chocolate. Sin olvidar el toque de canela, el azúcar glas y la chocolatina con el anagrama. Es muy importante fijarse en ese detalle final, puesto que, tal y como alerta el presidente de los confiteros, hasta en los dulces existen falsificaciones.

Como novedad, la tarta de la Virgen de San Lorenzo será el postre oficial de la Feria de Día. Todos los hosteleros interesados en que forme parte de su oferta podrán adquirirla de la mano de sus pasteleros de referencia. «Creemos que este convenio nos va a beneficiar porque mucha gente viene a las casetas y podrá conocer nuestro dulce», subraya para, más tarde, agregar que si se queda con ganas de más podrá comprarlo en cualquiera de los establecimientos de la asociación. Se venderá desde el viernes hasta el día 16 de septiembre y su precio oscilará entre 1,70 y 2,25 euros. «Existen diferentes precios porque somos conscientes de que la gente en ferias se mueve sobre todo por el centro, aunque en los barrios también haya actividades».

La iniciativa nació en el año 2006 pero seis años antes se creó el postre, que saborean miles de personas cada año. En todo este tiempo se han repartido más de 100.000. Nació, cuenta Rafael Mesonero, porque el dulce «gustaba mucho» pero no tenía «el tirón suficiente», así que optaron por realizar una degustación popular.

Siguiendo el espíritu de accesibilidad con el que surgió, este año los confiteros también colaborarán con la Asociación de Sordociegos de Castilla y León, entregándoles raciones de tarta para que este colectivo pueda participar en la actividad y poder saborear las fiestas.

Preparaos porque las prefiestas están ahí. Y no es posible que decepcionen porque como dice el refrán: «A nadie le amarga un dulce».