Made abrirá «en pruebas» en octubre tras superar la inversión anunciada de 15M€

Made Tower, la fábrica heredera de Isowat Made, estará a finales de octubre en pruebas para llegar al mes de noviembre «con todo en orden», «la plantilla entera incorporada» y la planta operativa para producir.

Estas son las previsiones del presidente y consejero delegado de la compañía, Gregorio Peña Varona, que cerró a principios de mayo la operación de compra de la planta de Medina del Campo con la promesa de invertir 15,8 millones de euros tras superar un concurso de acreedores que no estuvo exento de dificultades y polémicas ajenas a un empresario que apuesta por el pragmatismo y la cautela.

Peña se reunió este viernes con los diferentes departamentos de la fábrica para coordinar el último sprint de puesta en marcha de la planta que fabricará torres de energía eléctrica, catenarias y subestaciones.

El también presidente de Industrias Mecánicas de Extremadura (Imedexsa) aseguró a EL MUNDO que finalmente las inversiones en la antigua planta de Made serán superiores a lo previsto, debido a los niveles de «deterioro e ineficacia» con los que se encontró el empresario cuando se hizo con la titularidad de la compañía. «No es lo mismo cuando uno va de visita a una planta que cuando ya está con ella», explicó Peña Varona.

El presidente de Made Tower se muestra cauto a la hora de precisar plazos, inversiones y planes de negocio. Aunque apunta a que estas fechas «son muy provisionales», porque no han hecho aún el calendario de planificación operativa, sí las considera realistas porque, en cualquier caso, la fábrica debe estar a pleno rendimiento antes del mes de enero porque «los grandes contratos internacionales se reparten a principios de año». En eso no hay dudas porque tendrían «problemas si antes del comienzo de año no está» operativa.

En cualquier caso, al menos hasta esta semana no existía una previsión oficial de apertura «porque depende de factores externos», como las homologaciones por parte de los clientes de los productos y los certificados de calidad.

Peña precisa que «teóricamente la plantilla entera debería estar incorporada» en noviembre, aunque avisa de que «probablemente se contratarán más», sin que el empresario precise su cuantía. La nueva Made se subrogó a 74 trabajadores, aunque mostró su intención de llegar a 211 de plantilla.

REGISTRO

Peña Varona registró en febrero de este año la sociedad mercantil que meses después se haría con la titularidad de la antigua fábrica de Isowat-Made, para dedicarse a la «fabricación de estructuras metálicas con tratamiento y revestimientos de metales y sus componentes».

«Las perspectivas de negocio son buenas», pero evita poner cifras a sus objetivos de ventas. No obstante, el grueso de su negocio será «la exportación», porque el mercado nacional se ha desplomado en la última década: «En 2007 el sector fabricaba 135.000 toneladas y en 2018 cayó a 30.000, el equivalente a nuestra facturación».

Made Tower fabricará para clientes del «mundo occidental»; «todos los países menos EEUU», matiza el presidente de Made.

«La tormenta del cambio de energía» presenta escenarios y ritmos de producción en energías renovables «muy diferentes». «Estamos atentos a lo que se produce en cada país. En unos sitios prima el precio y en otros la ingeniería». Made apuesta por aquellos que priman la ingeniería y la I+D.

Peña no ha notado aún síntomas de recesión en Europa o situaciones cercanas como Alemania que ya acumula un trimestre en negativo y que pudiera afectar a su actividad. «Nosotros lo notamos dos años después de la recesión porque los pedidos nos llegan más tarde». Al respecto, constata cómo han caído algunas economías americanas, como Argentina, Chile o Bolivia, no así México, «que camina en sentido contrario».

Los clientes finales de la producción de Made son los estados. «Son obras públicas de desarrollo de proyectos que dependen de la economía del país y de los estados porque se trata de instalaciones de transporte de energía de alta tensión», añade.

Octubre era el escenario inicial de reapertura de Made, aunque en algún momento se adelantó al mes de agosto. La propiedad de Made no tuvo más remedio que mover sus previsiones iniciales porque, cuando estaba todo listo, se topó con un recurso de la Tesorería de la Seguridad Social que reclamaba al comprador las deudas acumuladas por el empresario.

Finalmente, se aclaró que el comprador asumía el medio millón de deudas contraídas por el anterior empresario y para ello pagó cerca de dos millones de euros en la operación.

La Junta, a través de Sodical, apoyó al empresario con un préstamo participativo de 10,5 millones de euros con vencimiento en diez años y tres de carencia, al tiempo que Peña comprometía una inversión de 15,8 millones que ahora será superior.

Nada más adquirir ante notario la compañía en concurso de acreedores, Gregorio Peña se personó en la fábrica acompañado de técnicos para examinar in situ el inmueble y definir las intervenciones a realizar. Eso fue un 3 de mayo. «Queda todo por hacer, por definir la compañía y ver cómo viene el mercado». En estos casi cuatro meses se ha avanzado y apenas faltan dos para que la planta abra «en pruebas».

COMPAÑÍA AUTÓNOMA

Made Tower será una compañía autónoma. «No hay sinergias de grupo». Lo único que abordará para la extremeña Imedexsa es el tratamiento de galvanmización, que «se hará en Made porque así lo venía haciendo y hay que aprovecharlo». «Será una fábrica independiente con sus responsables, sus objetivos y sus presupuestos».

Salvo un pequeño grupo de trabajadores, la operación exitosa de Made ha supuesto un expediente de regulación de empleo de siete meses, que concluirá cuando la planta esté a pleno rendimiento.Oficialmente, el ERTE comenzaba el 3 de mayo y concluía el dos de diciembre.