El conductor del remolque de Tordesillas atribuye el vuelco a los saltos de los peñistas

No bebió más que «un chupito» antes de conducir el tractor que tiraba del remolque, y este volcó porque los peñistas «estaban saltando y bailando». Es, en resumen, lo que alegó ayer en su defensa el encausado, Luis B. H., de 63 años de edad.El mismo que el 10 de septiembre de 2017 conducía un tractor marca John Deere por la Avenida de Zamora de Tordesillas, arrastrando un remolque con 22 personas a bordo, cuyo vuelco provocó dos muertos y 18 heridos.

Esa fue su versión pese a que, según describe el fiscal, la Guardia Civil le sometió tras el siniestro a dos pruebas de impregnación alcohólica, que arrojaron 0,64 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, a las 16,56 horas, y 0,62 cuarto de hora después.

El acusado consideró que el siniestro no pudo deberse a un exceso de velocidad, ya que conducía «a diez o doce por hora». Habría sido lo cerrado del giro de la rotonda de la confluencia de las avenidas de Zamora y de Madrid, y el movimiento de los peñistas, lo que habría producido el vuelco. Por otra parte, él no se percató de que el remolque llevara a tanta gente. «Debieron de subirse muchos en marcha, sin que yo me diera cuenta», aseguró.

La comitiva partió del Bar La Estrella, donde miembros de la Peña ‘El Infierno’ le encargaron que les llevara a San Pedro, a recoger un farol premiado en el Concurso de Faroles de las fiestas, y de ahí a la Ermita de la Peña, donde se iba a celebrar una romería y la entrega de premios. El ‘servicio’ lo iba a realizar a cambio de «una propina». Es tradición en el lugar que las peñas se desplacen en remolques en el día de la romería.

Según Luis B. H., salían del bar La Estrella con «cuatro o cinco personas», pero en San Pedro se subieron más, según él sin su consentimiento, y otras se habrían subido«en marcha». Un extremo del que no se percató puesto que desde el volante «no veía lo que había detrás», sólo los lados a través de los retrovisores.

Velocidad

Los testigos no se pusieron ayer de acuerdo en cuanto a la velocidad del tractor. Mientras el conductor dijo que iba «a diez o doce por hora», el cuñado de una de los fallecidos, que se encontraba en la cabina del tractor, aseguró que alcanzaba «35 kilómetros por hora», aunque aseguró que no vio el velocímetro. Le previno en varias ocasiones para que redujera la velocidad, añadió.

De los tres guardias civiles que testificaron, dos se encontraban en la rotonda en el momento del suceso y vieron lo que aconteció. Mientras uno de ellos aseguró que no apreció que el tractor llevara una velocidad elevada –dijo que iba a más de diez por hora pero dudó que fuera a más de veinte–, el segundo declaró que llevaba una velocidad «inadecuada para un vehículo de sus características», una velocidad que estimó que, en esos casos, «podría ser de 35 ó 40 kilómetros por hora», aunque no quiso achacar tal velocidad al caso concreto. Dos policías municipales atribuyeron el suceso a «una velocidad inadecuada y a la ingesta de alcohol».

En el suceso, que ocurrió en torno a las 16,30 horas de ese 10 de septiembre, murieron dos de los peñistas, la mujer M. P. F. F., de 54 años, y el varón Pablo S. B., de 40. Otras 18 resultaron heridas.

El Ministerio fiscal pide una pena de cuatro años de prisión para Luis H. B, por un delito contra la seguridad vial según el artículo 379.2 (consumo de alcohol), en concurso con dos delitos de homicidio por imprudencia grave y otros 18 delitos de lesiones por imprudencia grave.

Además, pide en concepto de responsabilidad civil a la aseguradora, Mapfre, indemnizaciones para los familiares de las dos víctimas mortales que suman 270.000 euros, así como indemnizaciones para cada uno de los heridos. Letrados de la acusación piden hasta cinco años de prisión.

El juicio continuará hoy y el 10, 12 y 19 de este mes de junio.