«Davinia no protegió a su hija Sara, su prioridad era no romper con su novio»
La fiscal afirma que la niña le era «indiferente» / Sostiene que Roberto golpeó y violó a la pequeña:«Tenía sangre y pelos de Sara en el pantalón»
La Fiscalía de Valladolid sostuvo ayer que la madre de la pequeña Sara F.M., que murió a golpes y fue violada, estuvo más preocupada porque su pareja, el también acusado Roberto H.H., no saliera mal parado judicialmente, que del estado crítico de la niña de la Rondilla cuando agonizaba en el hospital.
«No cumplió con su deber de madre». «La abandonó». Así lo afirmó la fiscal al exponer la posición de la acusación pública ante el jurado en las once sesiones del juicio 7/2018 que restan por delante, hasta el 14 de mayo, con la comparecencia de 40 testigos. La fiscal Petra Álvarez comenzó apuntando las pruebas que cercan a Roberto H.H., pero dedicó igual de tiempo a describir la «pasividad» de la progenitora Davinia M.G. ante el calvario de maltratos de mes y medio que vivió la menor antes de su muerte el 3 de agosto de 2017, en el hospital, al que llegó con golpes en la cabeza –que le provocaron una hemorragia– y con signos evidentes de violación.
«Davinia dio prioridad absoluta sobre cualquier cosa a continuar su relación con el acusado. No estaba dispuesta a poner término a la convivencia y relación con Roberto. Y a partir de ahí, lo que le pasara a la niña le era indiferente», indicó la fiscal, apoyándose en pruebas como la actitud asombrosamente fría que mostró cuando la niña se estaba muriendo o el mensaje que envió a Roberto a esas horas preocupándose para que no resultara implicado en nada.
Todo ello sin olvidar un detalle «elocuente» a su juicio:las más de 30 cartas que ella envió a su pareja cuando estaban ya en prisión, ella en la cárcel militar de Alcalá de Henares y él en el centro penitenciario de Valladolid.
Impidió la ayuda
La conclusión, a su juicio, es que Davinía puso una «barrera» a todas las personas que intentaban proteger a su pequeña, hija de un padre rumano, M.F., del que acababa de separarse meses antes. La fiscal recordó que a Davinia le llegaron señales de «alarma» ya en julio sobre los malos tratos que padecía la niña desde la Policía, los servicios sociales, la asistencia sanitaria y hasta en una visita a un odontólogo que detectó una herida preocupante.
Así, el 11 de julio de 2017 (23 días antes de la muerte) el pediatra del Hospital Campo Grande se «asustó» por las sevicias que descubrió y llamó a la Policía, que levantó atestado. Los temores se apoderaron de los hermanos de Davinia, y saltaron, al fin, las luces rojas en los servicios sociales de la Junta de Castilla. La Fiscalía remitió el 21 de abril a la Consejería de Familia el expediente sobre la preocupante exploración realizada la niña de la Rondilla de 4 años.
Pero frente a los avisos, Davinia, que trabajaba como militar de tropa en Transmisiones en el Palacio Real de Valladolid, «no la protegió», insistió la acusadora pública, recordando al jurado que el Derecho castiga «los delitos cometidos tanto por acción como por omisión». «No actuó cuando el mal se podía atajar y no dejó que actuaron los demás hasta el punto de que ocultó a la Policía que convivía con Roberto, y lo volvió a hacer a preguntas de las funcionarias de la Junta», resumió Petra Álvarez.
La presunta culpabilidad de Roberto H.H. también es demostrable, a juicio de la fiscal, quien apuntó el móvil de todo:la xenofobia. «Uno de los motivos fue el rechazo y el odio que siente a las personas extranjeras y en concreto contra los rumanos», advirtió al jurado que ayer quedó formado por cinco varones y cuatro mujeres, más dos suplentes (hombre y mujer).
A su juicio, este ex militar de tropa violó y «mató golpes» a la pequeña, como colofón a semanas de malos tratos sobre una menor «desvalida» e «indefensa». Así, recordó que las pruebas de todo ello están documentadas en la relación de lesiones constatadas los médicos en dos ocasiones. Puso énfasis en estos documentos médicos, ya que temió que los acusados no declaren en el juicio o lo hagan a lo sumo a sus abogados.
Pero hay más, a juicio de la representante del Ministerio Público. El informe de autopsia no solo reveló lo que acababa de pasar, los fuertes golpes en la cabeza y los desgarros en zona vaginal. «Los forenses ven también lesiones anteriores, lo que demuestra agresiones sucesivas y espaciadas», indicó.
Coincidencia temporal
A juicio de la fiscal, una de las grandes pruebas de la supuesta autoría de Roberto H.H. es la «coincidencia temporal» de los hematomas y el tiempo que el ex militar estaba en la vivienda de la calle Cardenal Torquemada, 43. Todo ello completado con las conversaciones de whastapp que revelan que detrás de cada lesión de Sara «siempre estaba en contacto con Roberto», sin olvidar el «miedo» de la niña al nuevo novio de su madre.
Está igualmente avalada, en su opinión, la autoría de la muerte de la niña por una «brutal paliza», cuando estaba solo en casa. Así reveló que la Policía Científica encontró «vestigios objetivos» en la casa que fueron analizados por expertos en ADN. En un pantalón corto que usaba Roberto encontraron manchas de sangre de la pequeña, y en un bolsillo, mechones de cabello de Sara.
También ocurrió lo contrario, en los restos que Sara tenía debajo de las uñas encontraron vestigios con ADNque resultaron ser del acusado. De hecho, el arrestado presentaba arañazos en las manos y en los brazos, compatibles con la reacción de defensa a la desesperada de la menor. La acusadora pública adelantó al jurado que la no presencia de ADN en la vagina o saliva de Sara no tumba para nada que hubiese agresión sexual «ya que la penetración puede hacerse con un instrumento» e incluso con el pene «sin llegar a eyacular».
La acusación pública pide para los dos acusados prisión permanente revisable por asesinato y 25 y 24 años más, por seis delitos de maltrato con lesión, uno de maltrato habitual, un delito continuado de violación (solo en el caso de él) y uno de abandono, aplicable solo a Davinia M.G.
JUAN CARLOS QUER: «CLARA CAMPOAMOR REPRESENTA A SARA»
Aunque trascendió que el padre de Diana Quer tenía intención de acercarse a alguna sesión del juicio, el protagonista aseguró ayer a este diario que finalmente no vendrá a Valladolid, aunque lo sigue muy de cerca. «No asistiré, en esta causa la defensa de la niña asesinada está garantizada con la acusación de la Asociación Clara Campoamor», indicó Juan Carlos Quer, quien pidió la máxima «difusión» de los plenarios que analizan «un crimen tan terrible». El letrado de esta entidad, Luis Antonio Calvo, aseguró al comienzo del juicio que las penas que interesa son «prisión permanente revisable» y calificó el suceso de «gravísimo». «Es el más grave en el que me ha tocado intervenir en los muchos años», aseguró. La representante de la asociación de Víctimas de Agresiones Sexuales, Rosario Achucarro, cargó contra la madre:«Él era un desconocido, pero ella no la protegió y era débil».