Herrera: «Recuperáis uno de los edificios más simbólicos de la provincia»

El presidente de la Junta de Castilla yLeón, Juan Vicente Herrera, confesó ayer su nostalgia al recorrer las estancias de la fortificación de Fuensaldaña, durante la inauguración de la edificación como ‘Museo de los Castillos’. Cada pasillo, cada sala, cada rincón, le recordaron «la historia personal de muchos de nosotros», aseguró, en referencia a muchos de los políticos y personalidades de la vida social de la Comunidad presentes en el acto.

«Con esta intervención recuperáis uno de los edificios más simbólicos de la Edad Media de la provincia, que data de una época en la que todo el territorio era Castilla», aseguró. También mostró su «admiración» por el trabajo de la Diputación de Valladolid en la rehabilitación del edificio, un lugar «muy vinculado a la reciente historia democrática de la Comunidad».

En el antiguamente denominado «Salón Rojo», que acogió los primeros Plenos de la Junta de Castilla y León en 1983, aún antes de que se construyera el hemiciclo en 1985, Herrera pronunció unas emotivas palabras en las que recordó «incluso ese viejo ascensor» –el que conecta la estancia con las demás plantas de la torre del homenaje–. «No sé cómo no hizo desmontarlo la Inspección de Trabajo», bromeó, a causa del ruido que provocaba en algunas ocasiones. «En este ‘Salón Rojo’ comenzó la historia autonómica de Castilla yLeón», aseveró.

Estancias, en resumen, que durante casi 25 años acogieron el trabajo de los parlamentarios, como sede de las Cortes de Castilla y León. Allí comenzó la andadura política de Juan Vicente Herrera en 1995. Recordó aquel «marzo de 2001» cuando tuvo «el honor de recibir la investidura» como presidente de la Comunidad. Faltan pocos días para que se cumplan 18 años de aquella efeméride, los mismos de su Presidencia.

Por eso no dudó en acudir a la inauguración, ya que el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, «sabe jugar con los sentimientos de una persona mayor», bromeó.

Proyecto de futuro

La nueva instalación museística, así, «une sentimiento, historia y proyecto de futuro», aseguró el presidente de la Comunidad, que destacó que en todo el territorio de Castilla yLeón existen medio millar de fortificaciones en muy diferentes estados de conservación. Destacó también las quince «en muy buen estado» con que cuenta la provincia de Valladolid. Un territorio que, si se suman las mal conservadas y los vestigios que han llegado a nuestros días, supera las cuarenta.

Herrera, que visitó la remodelada fortaleza acompañado por Carnero, puso en valor el papel de las diputaciones provinciales en la recuperación del patrimonio histórico y en su actualización como centros de atracción y promoción turística, lugares de interpretación «de lo que fuimos y de lo que somos».

En el acto de inauguración estuvieron presentes distintos colaboradores que pusieron su grano de arena en el proyecto, según puso de manifiesto Carnero, como el arquitecto experto en fortificaciones Fernando Cobos, la directora del Museo de Valladolid, Eloísa Wattenberg, el fotógrafo Ángel Marcos y el historiador Antonio Sánchez del Barrio.

El objetivo era, y sigue siendo, convertir el Castillo de Fuensaldaña en un centro de prestigio para la promoción de los castillos a través de la realización de actividades, exposiciones y cualquier tipo de acciones encaminadas a su difusión y divulgación, tanto al público general como a colectivos escolares de los diferentes niveles educativos. También se convertirá en un espacio de encuentro, estudio y diálogo para la comunidad científica.

La adecuación física del Castillo y el desarrollo del proyecto museográfico han supuesto una inversión total de 2,2 millones de euros. En cuanto a la intervención arquitectónica, se ha realizado bajo el proyecto redactado por el arquitecto de la Diputación, Roberto Valle.

La actuación más significativa ha consistido en recuperar visualmente la estructura original de la fortaleza, con la torre del homenaje separada del resto del cuerpo del castillo. Para ello, se han eliminado los forjados de la planta primera y segunda. Además de recuperar sus valores arquitectónicos, se facilita al visitante la comprensión del espacio y se dota de luminosidad con la instalación de una cubierta acristalada.