Diario de Valladolid

El vallisoletano que puso en jaque a Ryanair

La compañía irlandesa se compromete a indemnizar a todos los afectados tras el revuelo en Twitter por el encierro en el vuelo de Praga / «Ahora con un móvil puedes hacer cambiar a una gran compañía como esta aerolínea»

-@AARGIMIRO / TWITTER

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Publicado por
Alba Camazón

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Un vuelo que dio que hablar. Una compañía, que cree que hasta la publicidad negativa es buena; con pérdidas económicas en el último trimestre de 2018 y cada vez menos gente que apoya sus tarifas ‘low cost’. El FR2767 Praga-Madrid de Ryanair del pasado domingo y el «maltrato» a sus doscientos viajeros, que estuvieron casi siete horas encerrados en el aparato, sin información, comida ni bebida, ha sido la gota que colmó el vaso para muchos.

Una movilización sin precedentes en redes sociales para protestar por la situación de tensión y nerviosismo que se vivió ese día, y que ha tenido un impacto internacional, incluso con una rápida reacción de la aerolínea irlandesa, algo no precisamente frecuente.

En el epicentro de este huracán informativo está el periodista Argimiro Pérez. Un vallisoletano que fue a Praga a desconectar con su pareja y acabó conectado al móvil para protestar por su encierro. Ante la falta de información y reacción por parte de la tripulación de Ryanair, Argimiro toma el mando. «Genero un hashtag con el número del vuelo [#FR2767] y pido a todo el avión que lo comentemos. Soy periodista y sé cómo hacérselo llegar a los medios».

Uno a uno, fueron sumando tuits estos doscientos pasajeros, ayudados de sus amigos y familiares, con menciones a la firma irlandesa y a los medios de comunicación, que es donde más duele. «Según abrimos el informativo de La Sexta, el vuelo se cancela y nos devuelven al aeropuerto», explica Argimiro.

Ryanair publica a las 22.06 de la noche del domingo –algo inaudito– un comunicado para culpar de los retrasos a la nieve. La aerolínea añade: «Todos los clientes han recibido alojamiento». Si por ‘recibir alojamiento’ entendemos dormir en el aeropuerto o en un hotel pagado del bolsillo del viajero; sí, recibieron alojamiento. «Lo que dijo Ryanair es falso. Y publicamos los recibos de los taxis y hoteles para demostrarlo», agrega el vallisoletano.

Pero como Ulises en su intento por llegar a Ítaca, ‘Los 200 de Ryanair’ no consiguieron aterrizar tan fácilmente a Madrid. Al día siguiente, ya lunes, día laborable para la mayoría, estuvieron otras dos horas esperando en el avión, mientras los operarios descongelaban las alas del aparato, quitando la nieve de los motores incluso con las manos. «Cuando intentamos bajar, nos lo impiden porque dicen que los motores ya están encendidos. Durante el vuelo pasamos un miedo atroz».

Todos los medios de comunicación, pendientes del vuelo. El aeropuerto de Barajas anuncia hasta en Twitter el aterrizaje del avión, 26 horas después de lo previsto. Una vez pisado suelo español, los pasajeros se encontraron con todos los micrófonos y cámaras aquellos que querían darles voz y criticar su encierro durante seis horas. Los taxis se ofrecían a llevarles gratis a casa o a las estaciones de bus y tren. «¡Imagínate qué Cristo se montó con unos tuits!», exclama Argimiro

Pero no, ahí tampoco termina la historia. Todavía queda el papeleo, que deberán formular si quieren recibir la indemnización que les corresponde por derecho. «En el aeropuerto, otro caos. En el mostrador nos dicen que no tienen ni idea de qué les hablamos, y cuando pedimos la hoja de reclamaciones, nos dan una de 2013. ¡De 2013!», replica, indignado, a este diario.

Apenas diez minutos después de rellenar los formularios, los ya muy cansados viajeros reciben un mensaje de Ryanair para solicitar el número de cuenta y liquidar la indemnización correspondiente. «Lo extraño es que quieran pagar cuanto antes». Según lo previsto, «en pocos días» recibirán 400 euros por persona por el retraso más el gasto de hotel y taxis... «Gracias a un móvil y la fuerza de los medios y redes, la conducta de este gigante de la aviación se ha visto obligada a actuar de otra manera», sentencia.

Sin embargo, Argimiro se muestra cauteloso y reprocha a la aerolínea que todavía quedarían pagos por efectuar. «No están pagando la negligencia y hacernos sufrir».

El vallisoletano que puso en jaque a Ryanair es uno de los rostros más frecuentes en una veintena de programas de la televisión de todo el país, con presencia también en medios escritos y radiofónicos. «El objetivo de todo esto es que no nos vacilen más», censura Argimiro.

El vallisoletano critica esa doble cara que muestra la compañía con este tipo de reacciones: «A Ryanair la publicidad negativa le encanta. Lo que no le interesa es que maltraten a los pasajeros, porque no vuelven a comprar vuelos».

EN TODO EL MUNDO

Este fenómeno no solo se puede producir en España, puesto que el encierro de ‘Los 200 de Ryanair’ alcanza una repercusión incluso mundial. La prensa británica, alemana, estadounidense, australiana, rumana, sudamericana, asiática y obviamente los medios checos se hicieron eco del «maltrato» al que sometieron a estos viajeros, que solo con su móvil –y su enfado– consiguieron una reacción por parte de la compañía.

La gente lo escuchaba en los medios y lo buscaba en Twitter. Y les daba ánimos a través de la red social, o protestaba por la situación que estaban viviendo. La bola cada vez se hacía más grande. Para Argimiro, la clave del éxito estuvo en crear un hashtag para concentrar los mensajes en un hilo de Twitter, e ir retransmitiendo información en directo a través de mensajes, fotos y vídeos.

Las imágenes del avión publicadas por los afectados no podían relatar con exactitud cómo se vivieron esas seis horas encerrados en un avión, no precisamente conocido por su espacio entre asientos, sin acceso a agua hasta las dos horas o tres –eso sí, apuntando quién pedía una botella para cobrársela después–, sin comida y con varios menores, dos embarazadas, dos diabéticos y un viajero que volvía a España de urgencia, afectado por un cólico de riñón.

«Las propias azafatas nos dijeron que estábamos ‘abandonados de la mano de Dios’», indica el vallisoletano que destaca que el comportamiento de todos fue «impecable», a pesar de la tensión que se vivió en algún momento, puesto que hubo dos ataques de ansiedad e incluso un equipo médico tuvo que subir al avión a atender a una de las chicas. Y todo, sin poder bajar a pista. «El maltrato al que nos sometió Ryanair fue increíble», agrega Argimiro. De la Embajada y el Consulado españoles en República Checa, nada se supo. Un domingo no es día laborable para ellos, y la representación española en Praga no se puso en contacto. Ni antes ni ahora.

Esta no ha sido una noticia de un día, y va para largo. Porque los viajeros han creado un grupo para movilizarse y reclamar por ese secuestro en un avión que duró seis horas y que tardarán mucho más en olvidar.

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