Nuevo fiasco inversor en autovías mientras la variante de mercancías avanza con 25 millones

Escrutar los presupuestos del Estado es como levantarse en el día de la marmota. De nuevo, pírricas partidas para las principales autovías pendientes en la provincia, con asignaciones menores que no serán suficientes para alfombrar de asfalto los trazados dibujados sobre el plano. Ni rastro de cuantías significativas para la A-11 y la A-60, que vuelven a ser una promesa que nunca llega con proyecciones que aplazan otra vez al ‘ejercicio siguiente’ el impulso económico definitivo para que entren las máquinas, acumulando el enésimo retraso sobre lo anunciado.

La variante ferroviaria de mercancías es la única ‘alegría’ consignada para las infraestructuras vallisoletanas en el Proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado que ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, llevó al Congreso de los Diputados para su complicada tramitación parlamentaria.

Las primeras Cuentas propias del Gobierno de Pedro Sánchez impulsan con casi 25 millones de euros este desvío ferroviario, que sacará las vías por la zona sur para evitar que los trenes con carga atraviesen la ciudad. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) retomó el año pasado este proyecto –cuyas obras estaban paralizadas desde 2010– cumpliendo entonces con el convenio de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad rubricado en noviembre de 2017.

Con esta segunda anualidad, el Ejecutivo central da un nuevo impulso a un proyecto cuyo coste total roza los 86 millones de euros. La previsión de Adif es asignar otros 21 millones en 2020 y 32 más en 2021, cuando la ejecución debería quedar prácticamente finiquitada, a falta de invertir los últimos 6.000 euros para el remate de la arteria en 2022.

La variante de mercancías es la dotación más jugosa prevista para este año en la provincia mientras las infraestructuras por carretera se anotan el enésimo fiasco inversor.

Vayamos primero con la Autovía del Duero, el corredor llamado a desdoblar la N-122 entre Portugal y Soria que, a su paso por Valladolid, recibe sendas partidas que suman siete millones de euros, una cantidad similar a los seis millones concedidos el año pasado en los presupuestos elaborados por el Gobierno de MarianoRajoy. En concreto, esta vez serán 3,5 millones para el tramo entre Tudela y Olivares de Duero (19 kilómetros) y otro tanto para el intervalo que separa Olivares de Quintanilla de Arriba (8,5 kilómetros). Es decir, calderilla si lo que se pretende es convertir en autovía la carretera nacional que atraviesa los viñedos de la Ribera del Duero vallisoletana, un proyecto que acumula casi dos décadas de promesas incumplidas por parte de los dos principales partidos que en este tiempo se han alternado el Gobierno central.

Superada la polémica en torno al mejor trazado para esquivar cepas emblemáticas de la denominación de origen con el diseño de un trazado salomónico conocido como la opción ‘Duero-Norte’, la provincia espera cada año partidas de ocho dígitos que permitan hacer realidad nuevos tramos. Pero este 2019 tampoco será el caso.

Cuestión de fe resulta ya a estas alturas creerse las proyecciones que cada presupuesto fía para el futuro. Esta vez el Ministerio de Fomento asegura que el impulso llegará en 2020, con 20 millones de euros para cada uno de los dos tramos señalados, y continuará en 2021 con otros 28 y en 2022 con 29,5 millones más. Su previsión pasa por finalizar en 2023 estos dos intervalos cuyo coste total y conjunto supera los 238 millones de euros.

El otro frenazo inversor se registra en la autovía Valladolid-León, cuyo eje central tampoco despegará con estos presupuestos al reservar 1,9 millones de euros para los tres tramos de la A-60 en esta provincia.

En concreto, Fomento asigna 965.000 euros para avanzar desde Villanubla hacia La Mudarra y otros 853.000 desde La Mudarra hasta Medina de Rioseco. Una partida de 100.000 euros dedica entre Rioseco y el límite provincial de Mayorga. De nuevo, minucias que sólo darán de sí para continuar con las tramitaciones preliminares de los proyectos. Y ni siquiera para terminarlas, ya que deja para 2020 nuevos flecos (de 724.000 y 640.000 euros, respectivamente para los dos primeros tramos) con vistas a concluir el próximo año los trazados sobre el papel.

En consecuencia, al asfaltado de la A-60 no se le espera este año y como pronto hará acto de presencia dentro de dos años. Es decir, se añaden nuevos retrasos para una autovía que aún tiene pendiente su parte central, los 70 kilómetros que separan la provincia vallisoletana de Santas Martas, tras la apertura el pasado verano de los 20 kilómetros que distan entre este último municipio leonés y Puente Villarente, que a su vez conecta con la capital vecina.

Mientras, en la vertiente vallisoletana, sólo discurren dos carriles entre la ciudad y Villanubla, un tramo de catorce kilómetros inaugurado en 2013.

Lo que tampoco figura en el proyecto de ley es partida alguna para la ronda exterior Oeste, llamada a completar el rodeo por la ciudad y a conectar, por encima de Zaratán, la autovía Valladolid-León con la VA-30. Fomento acaba de aprobar el estudio informativo del trazado definitivo de estos últimos 8,5 kilómetros, y asegura que la cuantía destinada a esta zona está en la bolsa de inversión no regionalizable.

El esfuerzo inversor también brilla por su ausencia en la A-62. Fomento tiene pendiente actuar en dos tramos de la Autovía de Castilla pero únicamente dedica 100.000 euros a cada uno de ellos. Con estos mimbres, poco se podrá hacer en el corto plazo para mejorar la capacidad y funcionalidad de esta vía en ninguno de los dos tramos:pendientes:Cigales-Simancas (22,4 kilómetros) y Simancas-Tordesillas (10,5 kilómetros). Los vecinos de la villa del Archivo seguirán así confiando en la pronta licitación del soterramiento del tercer carril de la autovía por su municipio, tal y como demandan.

En el capítulo de infraestructuras viarias, sigue su camino la construcción de una pasarela en Boecillo para salvar la división del municipio por las carreteras N-601 y CL-600. Los presupuestos del Estado del año pasado ya reservaron el año pasado una partida de 840.000 euros para este proyecto, incorporada gracias a una enmienda presentada por Ciudadanos. Y esta vez, una partida de igual cuantía permitirá concluir la intervención, siempre y cuando se aprueben las cuentas del Ejecutivo central, que eso está aún por ver.