Diario de Valladolid

Recuerdos que no tienen una fecha en el calendario

Miles de personas visten El Carmen de flores para dar continuidad a un homenaje diario

Dos mujeres elevan una oración por sus seres queridos al lado de su tumba.-M.Á. SANTOS (PHOTOGENIC)

Dos mujeres elevan una oración por sus seres queridos al lado de su tumba.-M.Á. SANTOS (PHOTOGENIC)

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Elsa Ortiz

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Los pétalos están plagados de recuerdos. Algunos de toda una vida, otros que terminaron antes de tiempo. Cada ramo tiene su historia, su por qué, su nombre y apellidos. En un cálido homenaje escoltado por el buen tiempo, miles de personas vistieron ayer de flores el cementerio de El Carmen en una jornada que no todas comparten.

Del brazo de su abuela que niega con la cabeza, María compara el Día de Todos los Santos con San Valentín. «Un año tiene 365 días y en cada uno de ellos te acuerdas de los que quieres y ya no están», explica esta joven para quien centrarlo en una fecha concreta es un «negocio pintado», en especial para las floristerías. «Los cementerios, las iglesias y, sobre todo, el afecto a quienes se fueron están siempre», asevera tras sentenciar que «en un día no se siente diferente al resto».

Alicia comparte esta opinión y aboga por un «recuerdo continuo». Acompaña a sus padres octogenarios para que puedan cumplir con una tradición con la que ella discrepa. «En los cementerios no queda absolutamente. Cuando alguien se muere, su esencia queda en ti y en todo lo que has vivido con ella. No hace falta ir a un sitio concreto para rendir homenaje a nuestros seres queridos», asegura con convicción tras remarcar que es «más partidaria de la incineración y, especialmente, donar órganos».

Un ramo de crisantemos amarillos lleva, como cada 1 de noviembre, Pedro. «Todos los años compro estas flores a mis padres», confiesa el vallisoletano. Pone en valor «una fecha especial» tras reconocer que «el paso del tiempo rebaja las numerosas visitas que se realizan cuando la pérdida está reciente».

Crisantemos que compró en el puesto de Juan y su mujer, de cosecha propia. «Solo tenemos este tipo de flor, que es la de toda la vida, y somos los únicos que la vendemos», muestra él tras apuntar que es «una especie en extinción». Y es que, como asegura Antonio, los claves rojos y blancos son los principales protagonistas para «rendir culto» a quienes no están. «Mi padre falleció hace tres años y para mí Los Santos son todos los días», reconoce con un hilo de tristeza.

En Ecuador, el Día de los Difuntos se celebra hoy, 2 de noviembre, con una comida típica conocida como colada morada, según comenta Pablo, originario de este país. Fue uno de los muchos taxistas que ayer facilitó las visitas al cementerio de El Carmen.

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