Diario de Valladolid

La lucha contra el cáncer deja su huella

Más de 54.000 personas recorren las calles de Valladolid en apoyo a los pacientes y al estudio de los tumores y logran un nuevo récord/ La AECC destinará los 436.000 euros recaudados a proyectos de investigación

Parte de la marcha alza la mano para apoyar a los pacientes de cáncer y a sus familiares, que también se ven afectados por esta enfermedad.-J.M. LOSTAU

Parte de la marcha alza la mano para apoyar a los pacientes de cáncer y a sus familiares, que también se ven afectados por esta enfermedad.-J.M. LOSTAU

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Alba Camazón

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Ni la mala previsión metereológica, ni los copos de nieve que se asomaron por Valladolid a primera hora de la mañana, ni el gélido frío que inundó ayer la ciudad como un profeta que anuncia la llegada de un invierno que cada vez está más cerca. Nada impidió que miles de personas corrieran y marcharan por la lucha contra el cáncer. Contra el frío, más capas de abrigo, bufanda y gorro. Y contra el cáncer, más investigación y apoyo a pacientes y familiares.

Los 436.000 euros recaudados por la AECC en la marcha se destinarán a proyectos de investigación. La sede provincial renovará dos becas concedidas a Eleonora Lapi –estudia el cáncer de vejiga– y a Pedro Vizán –investiga la función de una proteína durante su desarrollo y el cáncer–, pero no serán los únicos especialistas que recibirán un gran impulso.

Como si todos fueran uno, más de 54.000 personas de todas las edades, razas y religiones dejaron su huella en Valladolid en una movilización que recuerda a todas esas personas que han tenido, tienen o tendrán un tumor. No hace falta gritar consignas, porque el mensaje es claro y unánime: apoyo a las personas que padecen de cáncer. Lo saben hasta los más pequeños, que también inundaron el centro de la ciudad. «Es para investigar y ayudar a los enfermos», explican Hugo y Alma, de 5 y 8 años. Ellos son solo algunos de los miles de niños que ayer recorrieron cinco kilómetros a pie, en brazos, en sillita o en patinete. Todos juntos, paso a paso, muestran su apoyo «a la causa».

Una causa, que, aunque parezca una expresión sacada de un filme de revoluciones políticas, no es otra que visibilizar una enfermedad que afecta a millones de personas en todos los puntos del planeta. «A todos nos ha tocado. Por eso queremos que se investigue», afirmó Arantxa, a unos metros de la meta. El cáncer es una enfermedad que, «por desgracia», está cada vez más presente en la vida de mucha gente. Y la espada de Damocles está ahí.

Por eso es importante que la gente «se involucre», señala Teresa, que todos los años hace la marcha y ve que, cada edición es más multitudinaria. La de Valladolid es la marcha contra el cáncer más numerosa de España, y eso no es casual. Hay gente que viene de los pueblos de alrededor, pero también de otras ciudades de España. La AECC contabilizó 52.887 participantes y 1.500 dorsales 0 –aquellos que se apuntaron después de que se cerraran las inscripciones–, lo que supone todo un récord.

Este es el cuarto año que Ana viene a Valladolid desde Alar del Rey (Palencia), que no se pierde ni una marcha que apoye a este colectivo, al que ella misma pertenece. «En 2009 me detectaron tres tumores en un pecho y tuvieron que quitármelo. Luché con la quimio y vencí, pero después me desinflé y necesité atención psiquiátrica. Y es normal, no pasa nada», relata. Para ella, las revisiones médicas empiezan muy tarde (45 años en el cáncer de mama) y el periodo entre una y otra (una mamografía cada dos años) es demasiado amplio. «Sé que somos muchas, y es mucho dinero, pero no es suficiente», sentencia Ana.

Ella no es la única que ve la importancia de colaborar con tiempo o con dinero en esta causa. Thais, monitora voluntaria de una asociación juvenil, reparte agua, fruta y tortitas de maíz entre los participantes, acompañada de varios chavales de la organización. «Intentamos que sean autónomos y responsables, que tomen la iniciativa», indica satisfecha por la actitud proactiva y solidaria de los menores, de entre 14 y 18 años. Así, de la mano, jóvenes y mayores marcharon por las calles de Valladolid en homenaje a los que se enfrentan a esta enfermedad. A los que perdieron y a los que ganaron. Porque juntos, podemos.

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