Once meses en lucha contrarreloj
Los padres de la pequeña Cataleya, que tiene leucemia mieloide, piden desesperadamente un donante de médula compatible con su hija hospitalizada: «Se queda sin tiempo», afirman
Llevan cinco meses de angustia, desde que diagnosticaron a su pequeña un mal de los que causa tristeza pronunciar: leucemia mieloide. Son Carlota y Adrián, una pareja de treinta años. Se les esfumó anteayer la penúltima esperanza. Los médicos les anunciaron que el único donante 100% compatible, residente en Estados Unidos, no podría someterse a la extracción de tejido hasta diciembre.
Pero la pequeña Cataleya, que ha cumplido once meses, no puede esperar tanto. «Se queda sin tiempo», proclaman los padres en un cartel que quieren difundir por todos los medios a su alcance. Desde hace cinco meses luchan contra los elementos entre los muros del Hospital Clínico de Valladolid. Sólo han abandonado el centro unos pocos días sueltos durante todo ese tiempo. Ahora comienza para ellos una nueva batalla.
«Cataleya necesita un transplante de médula para este mes, no puede esperar tanto», explicó ayer Carlota en respuesta a este periódico. «Están analizando ahora si de alguna manera podrían utilizar una donación de médula mía o de mi marido, pero el problema es que no somos compatibles y es muy peligroso», lamentó.
Carlota y Adrián buscan un donante desesperadamente. «Tú puedes salvarle la vida», es el lema que lanzan al aire en una apresurada campaña por devolver la salud a su bebé de once meses.
Buscan personas solidarias de entre 18 y 40 años que puedan someterse a un test de compatibilidad. «Es muy fácil, basta con una muestra de saliva», explica la madre de Cataleya. Una vez examinada esa muestra, si el sujeto es compatible, podría someterse a la extracción de tejido.
Desmitificar esa extracción de tejido es otro aspecto en el que incide Carlota: «Antes extraían médula del hueso, pero ahora basta con extraer células madre sanguíneas. Es algo parecido a una donación de sangre», explica. «La sacan para extraer esas células, la filtran y la vuelven a introducir en el cuerpo».
DIAGNÓSTICO
El calvario para los padres de Cataleya comenzó cuando la pequeña cumplió seis meses de edad. «La empezó a salir un bultito en el ojo que fue haciéndose más grande», relató la madre. «Al principio nos dijeron que seguramente no fuera más que conjuntivitis, pero a los dos días le hicieron una ecografía del ojo y ya vieron que tenía algo».
Ya de hospital en hospital, en el Río Hortega encontraron que «algo» estaba desplazándole la órbita del ojo. Hacía falta una bioxia, que finalmente le practicaron en el Clínico, donde tuvieron que someterla a anestesia general. Tragos amargos para una madre y un padre que alcanzaron su peor versión con el diagnóstico.
«A los dos días nos dijeron que tenía leucemia, y después nos fueron dando más información de la bioxia, hasta llegar a la conclusión de que se trataba de leucemia mieloide», relata la madre con una entereza realmente ejemplar.
Los pasos posteriores son también de difícil encaje, o más bien de encaje imposible: «En seguida empezamos con la quimioterapia, y le hicieron una gastrotomía, que es un agujerito por la tripa que le hacen en una intervención quirúrgica. Así le hacen un reservorio que es para ponerle la quimio».
Cataleya ya ha pasado cinco sesiones de quimioterapia. Cuando comenzaron el tratamiento, los facultativos ya avisaron que se tendría que efectuar el transplante en un plazo de tres meses y medio.
El único método que han encontrado los padres de Cataleya para donar médula es a través de dos páginas web: castillayleon.medulaosea.org, de una entidad sin ánimo de lucro de la Comunidad, y la Fundación José Carreras, a través de la dirección www.fcarreras.org/es/donamedula.
«Quien done no sólo lo hará para mi hija, lo puede necesitar mucha gente», señala la madre de Cataleya. Cuantos más candidatos haya, mejor, ya que «cuanto más compatible sea, menos efectos secundarios tendrá», añade.
A la leucemia mieloide puede progresar rápidamente y, si no se trata, puede resultar fatal en pocos meses. Se inicia en la médula ósea (la parte interior blanda de ciertos huesos, donde se producen las nuevas células sanguíneas), pero en la mayoría de los casos pasa rápidamente a la sangre.
La pareja vallisoletana lleva, asegura la joven Carlota, «cinco meses de pesadilla». Una pesadilla de la que les gustaría poder despertar cuanto antes.