El cerebro de los servicios públicos en el medio rural

Para cada problema, una solución. Los pueblos se vacían y combatir la despoblación no es tarea fácil. Sus protagonistas cambian de hábitat sin billete de vuelta. Y es que el mundo rural, aislado, envejecido, sin infraestructuras ni servicios, sobrevive a duras penas encerrado en sí mismo. Para enchufarlo a las nuevas tecnologías, la innovación y buenas ideas se alían. Lo hacen en pro de sus vecinos. Uno de esos conectores lo promueve la Junta de Castilla y León de la mano de Telefónica.

Territorio Rural Inteligente es una plataforma «pionera en Europa» que permite conocer en tiempo real el estado de cada servicio público gestionado con el objetivo de adecuar el funcionamiento a las condiciones específicas de cada momento, además de analizar toda la información recogida. Esta circunstancia, tal y como explica Jesús Morata, responsable de Smartcity de la compañía en España, ofrece la posibilidad de mejorar y optimizar la prestación de cada uno de ellos mediante su análisis gracias al big data.

En este sentido, señala que tiene «un fuerte componente» de innovación tecnológica, por lo que una de sus metas es evaluar la utilidad de este tipo de herramientas para mejorar la eficacia y eficiencia en la prestación de los servicios públicos, aumentar la satisfacción de los ciudadanos y la creación de oportunidades de negocio para el sector empresarial.

Su gestión es muy amplia, desde la mejora de la relación con los vecinos y turistas con el territorio hasta la optimización del día a día de las administraciones. En este último caso, posibilita visualizar mapas de rutas de recogida de residuos, conocer patrones de consumo, calidad del agua, detección de fugas y políticas de riego y bombeo para el caso del alumbrado público.

Eso sí, recalca, esto sólo es ‘la punta del iceberg’ de una plataforma «con multitud de posibilidades», como pueden ser el patrimonio inteligente, incidencias ciudadanas, monitorización medioambiental, turismo –oferta y demanda de actividades turísticas–, aparcamiento inteligente, administración electrónica, préstamo de bicicletas, entre otros. «Genera también nuevas oportunidades para empresas 4.0 y estimula los ecosistemas locales de emprendimiento», asegura Morata.

Mediante la gestión tecnológica de los servicios, se consiguen eficiencias económicas en la gestión de los mismos, ya que se adecua el uso de cada uno de ellos a las necesidades que hay en cada momento, sostiene para, más tarde, poner un ejemplo: «En el riego de parques y jardines, más allá de los evidentes ahorros que se producen por fijar un horario de encendido y apagado acorde a la época estacional, se consiguen, entre otros, evitar el riego un día que haya llovido suficiente o prevenir la pérdida de agua mediante la detección temprana de una fuga».

Las ventajas no se quedan ahí. Incrementa el confort de los ciudadanos a la hora de la medición de la recogida selectiva de residuos, ya que se logra que el vaciado del contenedor se haga únicamente cuando sea necesario, es decir, en el momento en el que esté lleno. Así, se evitan viajes de los camiones de recogida o, por el contrario, se incrementa el número de recogidas si en algún momento por determinadas circunstancias es necesario ampliar la periodicidad de las mismas.

La esencia de Territorio Rural Inteligente es la plataforma Thinking Cities de Telefónica, basada en el estándar abierto Fiware, que permite la integración de los datos del territorio –sensores y sistemas– a través de una capa de acceso común y la representación de los indicadores clave de servicio, sustentados en la visualización avanzada y las capacidades analíticas. «Aporta capacidades de procesamiento, analítica de datos y big data que hace posible implementar las reglas para una mejor gestión de los servicios públicos. En base a ello, construimos cuadros de mando que nos ayudan a la toma de decisiones por parte de los responsables políticos y de los técnicos de las administraciones locales. Además, esta iniciativa ha conseguido que Castilla y León sea pionera en la implantación real de sensores en el entorno real en Europa basados en la nueva tecnología NB IoT, que se trata de una tecnología de comunicaciones inalámbricas basada en el bajo consumo energético».

El responsable de Smartcity Telefónica insiste en que es la primera iniciativa a nivel regional para poner en marcha una plataforma de estas características, que redundará en una mejora de la eficiencia operativa de los servicios, con un mayor ahorro de costes, pero especialmente contribuirá a la sostenibilidad medioambiental del territorio, reduciendo la huella de carbono y mejorando la eficiencia energética en la gestión de servicio.

En esta línea, comenta que decidieron embarcarse en este proyecto porque el mundo rural se enfrenta a retos como son la despoblación y el envejecimiento de la población. «Creemos que la tecnología y la implantación de modelos de gestión más sostenibles, nos brindan oportunidades para superar estas barreras y dotar de fortalezas a estas zonas».

El punto de partida a la creación de este cerebro que conecta la tecnología al territorio más despoblado se produjo en 2017. La Consejería de Fomento y Medio Ambiente firmó un convenio con las nueve diputaciones provinciales para el desarrollo de esta plataforma, aprovechando sinergias entre las administraciones participantes y ahorro de costes por economías de escala. El proyecto arrancó en 2018 y se extenderá hasta 2020. Ahora mismo se encuentra en la primera fase, en la implantación del sistema, la instalación de un número limitado de sensores y actuadores en los municipios. En un futuro las instituciones provinciales colocarán y mantendrán estos chivatos para gestionar el alumbrado, el agua y la recogida de residuos. Asimismo, se podrá utilizar en la gestión integral de otros servicios públicos, identificando aquellos puntos en común entre los diferentes actores que participan y haciendo un uso más eficiente de los recursos, concluye Jesús Morata.