El fin del mundo llega a Viana

El cielo tiene un color diferente. Los pájaros caen en pleno vuelo, el fuego destruye a los seres humanos y los coches se estrellan sin motivo aparente hasta provocar el derrumbe de edificios, calles y puentes. Pintan bastos. Nada está en el lugar que tendría que estar. Parece una pesadilla pero no lo es. Al despertar el fin del mundo está ahí. Para limpiar la humanidad y establecer un nuevo orden mundial, aparecen mutantes que han sobrevivido a una devastación total. A medida que el destino de la tierra está en juego, los pobladores detienen a sus enemigos con las herramientas que tienen a mano. Algunos acumulan muchos poderes de otros compañeros, que les convierten en invencibles; otros, en cambio, son almas perdidas que vagan sin un rumbo fijo en busca de alguna referencia que les conecte con su anterior vida.

El apocalipsis tiene múltiples caras. Y todas igual de impresionantes. Realidad o ficción, lo que está claro es que tiene mucho tirón. Son cada vez más personas las que quieren, al menos, recrear un escenario devastado. Sucio, oxidado y sin más vida que la que desprenden los supervivientes del fuego del infierno.

Viana de Cega se fundirá a negro el domingo y mudará su piel por un día. El fin del mundo llegará a esta localidad vallisoletana, en concreto, aterrizará en el antiguo sanatorio para tuberculosos –también conocido como el Hospital de lo Paranormal–. La asociación sin ánimo de lucro Luna Negra ha elegido este enclave para la celebración de la primera fiesta postapocalíptica de la provincia. Un evento al que esperan que acuda medio centenar de personas de Barcelona, Madrid y Valencia.

Los asistentes, caracterizados con ropa rota, vieja, sucia, armaduras, máscaras antigás, neumáticos –emulando la película australiana Mad Max– podrán disfrutar de una sesión de fotografías en las instalaciones del recinto y jugar a diferentes entretenimientos tanto virtuales como físicos creados por los amantes del fin del mundo. Además, si acuden con comida, podrán disfrutar de las viandas con compañeros de hobbies en los alrededores.

Pero antes de la llegada del gran momento habrá un aperitivo el sábado. Desde las once de la noche todas las personas que quieran podrán recorrer las principales calles de la capital del Pisuerga para mostrar a los vallisoletanos el fin del mundo. La particular expedición se dejará ver en míticos locales como El Penicilino o el Zero Café. En este último bar se celebrará una gran fiesta donde se proyectarán diferentes diapositivas de Luna Negra.

Un evento que se sumará a los 12 que ya se han celebrado a lo largo y ancho del país. Los creadores de estas citas son Rebeca Zarandona y Antón Gerrits, dos amantes del mundo postapocalíptico que decidieron marcar un antes y una después el 3 de febrero de 2016. Crearon la primera asociación que da a conocer esta temática que ya cuenta con 1.800 seguidores de todas las partes del planeta. «Cada día sumamos 10 personas nuevas», apunta Zarandona, quien se mostró especialmente contenta por la celebración de la fiesta en Viana, ya que es vallisoletana y quiere mostrar a los demás compañeros cómo es su ciudad. «Me hace mucha ilusión visitar La Antigua enfundada en mi traje realizado con viejos neumáticos. Valladolid es una de las ciudades más bonitas, elegantes y limpias».

No es sólo una afición también es una forma de vida, ya que en cada encuentro tratan de educar a la gente en el respeto al medio ambiente y el reciclaje. Y lo hacen de una manera divertida: reciclando prendas de una rueda o de una bolsa de plástico.

Es verdad, reconoce, que esta manera de mirar el mundo no está muy vista en España, sin embargo, en Estados Unidos o República Checa, por ejemplo, tienen un seguimiento multitudinario. Un espejo en el que se miran para seguir escalando y mostrando la mejor cara de este grupo que el año pasado creó el primer festival postapocalíptico –el tercero del mundo, según informa–.

Acogió todo tipo de actividades como los conciertos de A.T. Mödell, Death Rose, Hasswut, Inerte, Larva, Níobe, Pronoise, SynlakrosS, sesiones de pinchadiscos, performances, bailes, artistas con fuego, sesiones fotográficas, juegos de rol, talleres para crear vestimentas y maquillajes apocalípticos, ilustración, pintura o mercadillos, entre otros. «Hicimos algo distinto, divertido y cultural», sostiene muy orgullosa Rebeca Zarandona, quien a diario cambia la temática más espeluznante por los fármacos. Trabaja en una farmacia y su pareja, Antón Gerrits, aparca su vestimenta más guerrera para desempeñar el verdadero papel de su vida: el de ingeniero.

Aman todo lo que envuelve los escenarios más devastadores. Y encuentran muchas razones para continuar. «Te permite conocer a mucha gente e intercambiar idiomas. Somos una piña grande que por suerte no para de sumar nuevos miembros», expone para, a continuación, bromear con que los Zarandonas en la ciudad son «muy guerreros» –es familiar de Benjamín Zarandona, exjugador del Real Valladolid–.

DATOS DE INTERÉS

Fecha : Sábado 18 a partir de las 23:00 horas y domingo 19 a las 10:00 horas en el antiguo sanatorio de tuberculosos de Viana de Cega (sesión de fotos y juegos).

Coste : Gratuito, solamente hace falta acudir caracterizado con ropa vieja, rota y oxidada tipo la película australiana ‘Mad Max’