El 64% del suelo industrial de Valladolid aún está vacío pese a cuatro años de ayudas
La Diputación sólo ha vendido cinco parcelas en los polígonos provinciales y ha gastado un 15% del dinero presupuestado / Este año reserva 10.000€ para subvenciones frente a los 250.000 de 2014
La concesión de subvenciones para favorecer el asentamiento de industrias en los polígonos impulsados por la Diputación no es un reclamo lo suficientemente atractivo como para que las empresas establezcan su actividad en la provincia, según refleja la situación de estos espacios.
El mapa de ocupación constata que el 64,4% del suelo sigue estando vacío, a pesar de cuatro años de ayudas económicas y, en este tiempo, desde que se recuperara la línea de incentivos tras un parón coincidente con los años de crisis, sólo tres sociedades han fijado aquí la sede de sus negocios –con la adquisición de cinco solares–.
De las 118 parcelas en total repartidas en los denominados centros de iniciativas empresariales y servicios avanzados, ubicados en Mayorga, Villalón de Campos, San Miguel del Arroyo y Carpio, sólo 42 tienen actividad –según los datos de la Sociedad de Desarrollo, Sodeva, dependiente de la Diputación y encargada de la gestión y promoción de los polígonos–. El resto, 76 parcelas, son eriales.
Las cifras no sólo ponen de manifiesto el escaso éxito de la medida en estos últimos años, sino que también auguran una previsión poco halagüeña. Si en 2014 se reservó en los Presupuestos una partida económica de 250.000 euros, en 2018 se ha limitado a 10.000, es decir, el programa de ayudas apenas representa el 4% de lo que entonces se anunció como solución para llenar estos polígonos semivacíos.
Una cuantía ínfima, casi testimonial, que servirá, si hay demanda, para cubrir los gastos de una única parcela, y no de las más caras. De hecho, la última vez que la Diputación tuvo que aprobar un abono dentro de este programa, fue en diciembre de 2015 para subvencionar 10.344 euros a una empresa que adquirió una parcela en Mayorga, el polígono menos demandado, con el 80% de su superficie disponible. En el lado opuesto, con el cartel de ‘completo’ prácticamente desde el principio, está Villalón, donde las doce parcelas habilitadas se vendieron.
Desde esa última operación en Los Arenales de Mayorga, no se ha vuelto a otorgar ninguna ayuda, porque no ha habido solicitudes. Las convocatorias de 2016 y 2017 quedaron desiertas. Y eso a pesar de que el año pasado se aumentó la subvención. Hasta entonces se había sufragado el 40% del precio de los terrenos de los polígonos y el 20% del alquiler de naves en los viveros de empresa, y la Diputación decidió subir el porcentaje hasta el 50% en el primer caso, y hasta el 30% en el segundo.
El estímulo económico, a tenor de los resultados, no contribuye a la «dinamización económica de la provincia», como ensalzan las bases de la convocatoria. Tanto es así, que en estos cuatro años no se ha llegado a gastar la partida prevista. En 2014 sólo se aprovecharon 23.680 euros de los 250.000 presupuestados, es decir, se gastó un 9% del dinero, para subvencionar dos parcelas adquiridas por la misma empresa en el polígono de San Miguel del Arroyo.
El «fracaso», como lo califican IU-Toma la Palabra, Ciudadanos y Sí se Puede, llevó a que en 2015 la cuantía se redujera a 50.000 euros en el Presupuesto, y la cifra se mantuvo en los mismos términos al año siguiente. En 2017, la tendencia fue a la baja y se redujo a 20.000. Ahora, después de aprobar la convocatoria en Junta de Gobierno, son sólo 10.000.
Las cuantías de estas cuatro anualidades suman un global de 370.000 euros pero, de ellos, la Diputación únicamente ha desembolsado 57.714,20 euros. Es decir, en este tiempo ha gastado un 15,6% de lo previsto, teniendo en cuenta, además, que en los dos últimos años ninguna empresa estuvo interesada. El 84,4% restante fue a parar al saco del remanente.
La evolución decreciente contrasta también con las cifras anteriores a la crisis. Al remontarse a 2006, se observa que la partida consignada en el Presupuesto de ese año fue de 600.000 euros. Y en el siguiente, de 289.000 euros. En estos casos, eso sí, el máximo subvencionable era un 15% de la inversión, frente al 50% actual, con un límite máximo de 90.000 euros.
A partir de 2007 la línea de ayudas se congeló y hubo que esperar siete años para que la Diputación la retomara, en términos más austeros.