Diario de Valladolid

LA ESPUELA. JAVIER CALAVERAS - ACTOR QUE DA VIDA A JOSÉ ZORRILLA

«Zorrilla sería el típico famoso de ‘Sálvame’ y la armaría en las redes»

Lleva un año absorbido por el personaje del célebre escritor vallisoletano tanto en la Casa Zorrilla como en los múltiples eventos para conmemorar el bicentenario del nacimiento. Sabe su intensa y ajetreada vida de memoria, con fechas y citas exactas. «Por suerte no pienso en verso», bromea el animador de 36 años. Ahora se despide pero tiene claro que el esfuerzo por reconocer su figura ha merecido la pena y deja la puerta abierta a interpretar a otro posible histórico de la ciudad.

El actor vallisoletano Javier Calaveras se ha encargado de dar vida a José Zorrilla.-PABLO REQUEJO

El actor vallisoletano Javier Calaveras se ha encargado de dar vida a José Zorrilla.-PABLO REQUEJO

Publicado por
J. I. Fernández

Creado:

Actualizado:

Pregunta.- Tuvo la mala suerte de nacer entre el Siglo de Oro y la Edad de Plata, vendió sus derechos de autor de Don Juan Tenorio por una ganga mientras los empresarios se hacían ricos, los recortes de esa época le quitaron una pensión, al pobre José Zorrilla solo le faltó tener ‘preferentes’. 

Respuesta.- (Risas). Pues sí, y comprar acciones de Rumasa. La verdad es que nunca tuvo suerte en los negocios. Es un personaje kafkiano que parece que va a conseguirlo y al final se choca contra un muro.

P.- Un año haciendo el personaje del escritor. ¿Hacemos un exorcismo para que salga de usted?

R.- Casi, casi. Ahora estoy más tranquilo, pero ha sido un año de muchas horas. Lo más gracioso fue un niño que me vio vestido de calle y me dijo: «no me engañas, tú eres José Zorrilla».

P.- ¿Con qué se queda?

R.- Con su generosidad y con un sentido del humor excelente. Un hombre del siglo XIX con una mentalidad del siglo XIX pero que hoy todavía sigue teniendo vigencia.

P.- ¿Qué no le ha gustado?

R.- Como te digo, no deja de tener una mentalidad del siglo XIX y en algunos aspectos es contradictorio. Por ejemplo en una entrevista dijo que una mujer literata era antinatura, pero posteriormente ayudó a sus sobrinas a que fueran mujeres independientes, y no lo dice él, lo dice su sobrina nieta Rosa Chacel, otra vallisoletana de pro. Es un hombre que me da la sensación que funcionaba por impulsos. Llegó a Madrid y vivió en el taller de un cestero, o con su matrimonio, una relación horripilante, se marchó a París y deja a su mujer en la estacada.

P.- ¿Algún verso de Zorrilla habrá utilizado en su día a día?

R.- (Risas). Muchas veces. Pero como recurso. Mi frase favorita es «la mayor frustración de mi padre fue morirse pensando que su hijo era bobo». Además de cotidiana es muy divertida.

P.- ¿Qué le parece lo de «prefiero ser tonto rico y no como yo, tonto y paupérrimo»?

R.- Esa frase me encanta. Aunque es exagerado, nunca llegó a ser pobre pobre, estuvo en una situación que no merecía su fama.

P.- Abandonó a su mujer, se casó con una viuda con una hija, se llevaba mal con su padre y le gustaba disfrutar de la vida. Esto hombre la armaría parda en Twitter todos los días.

R.- (Risas). Sí y sería un famoso fijo de Sálvame. Daría mucho juego porque no se callaba y era muy divertido. Tenía que decir lo que pensaba o reventaba.

P.- Las mujeres, su debilidad.

R.- Todos los días se enamoraba un par de veces.

P.- Un romántico de los pocos que quedan.

R.- De los pies a la cabeza. Era bajito pero estaba concentrado todo el romanticismo en él.

P.- ¿Qué le llamaría la atención de la Valladolid actual?

R.- Le llamaría mucho la atención lo que ha cambiado. El entorno de San Pablo se ha perdido. El usaba la frase, «Valladolid es una ciudad que no ofrece gran atractivo a los turistas, pero no nos engañemos Valladolid no es una mujer bella, es una mujer con memoria». Pues yo creo que sigue teniendo esa memoria. También le llamaría la atención lo limpio que está todo.

P.- Tuvo cantos de sirena pero nunca se dedicó a la política. ¿Por qué?

R.- Por un desinterés total.

P.- Decía que «la política ensuciaba el arte».

R.- Y también afirmaba que «me gusta no permitir que la política bastardee a la religión».

P.- En la España actual, ¿a quién votaría?

R.- Se llevaría bien con todos, pero su voto sería secreto. Algunos autores hacen cábalas sobre sus pensamientos, pero lo único que está claro es que era un liberal. Al final de su vida se rebeló contra la ignorancia y habló del analfabetismo. Dijo: «España es un país de 16 millones de habitantes y 13 somos analfabetos».

P.- ¿Cómo hubiera solucionado Zorrilla el conflicto catalán?

R.- Es muy curioso pero se vinculó a la Renaixença, que se inspira en crear un origen mítico de Cataluña. La verdad es que sería un tema muy controvertido hasta para él.

P.- Escribió «un cielo azul donde no hay pan». ¿Hablaba de la España de nuestros días?

R.- (Risas). Eso creo que en España siempre ha sido así. Lo leas cuando lo leas.

P.- Se inventó un hermano y escribía siendo sonámbulo. ¿Era un loco, un genio o un loco genial?

R.- Zorrilla de loco tiene poco, podría ser un genio. Las generaciones siguientes le encumbraron. No solo Galdós o Pardo Bazán, también Rubén Darío. Lorca bebe de él cuando escribe Romancero gitano, habla de una Granada que llega a él a través de Zorrilla.

P.- Un estadio, una casa museo, una plaza, una estatua, un teatro. ¿No se quejara?

R.- Desde Valladolid sí se ha reconocido su valor, en Segovia y Madrid hay una calle, y en Badalona está el primer teatro con su nombre, pero todavía hay mucho que hacer. Sobre todo disociar Zorrilla del Don Juan. Escribió 33 dramas, varios tomos de poesía y unas memorias excelentes, pero parece que solo ha hecho el Tenorio, que está muy bien, pero hay mejores. Tenemos una mentalidad cerrada, es un autor nuestro pero parece que tenemos que dar más importancia a Lord Byron.

P.- Ahora lo de decir piropos está muy mal visto. ¿Qué pasaría con Don Juan Tenorio?

R.- Una cosa es agredir y otra halagar. No hay que confundir esas dos cuestiones. Siempre hay que saber a quién, cómo, dónde y por qué se dice.

P.- Un capricho del escritor vallisoletano era comer ostras. ¿El suyo?

R.- Si hay que comer se comen. Le gustaban mucho las ostras de Ostende, pero yo prefiero las almejas de carril.

P.- Su relación con la RAE era más conflictiva que la de Pérez Reverte.

R.- En sus últimas meses de vida, apenas salía, solo para ir a la RAE. Un día le preguntaron ¿que a dónde iba? y respondió que a la Academia, y se le cayó una lágrima, mientras decía «y que sepa que que armonía siempre se escribirá con H». Y que sepas que Zorrilla era leista, como buen vallisoletano.

P.- Javier, y ahora que se acaba el bicentenario, ¿qué?

R.- A seguir trabajando. Este año se celebra un noveno centenario del Conde Ansúrez ¿quién sabe…?

tracking