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«Pondría la mano en el fuego por muchos políticos»

Arturo Rodríguez–Monsalve plasma en su primera novela ‘Confesiones de un corrupto’ el comportamiento humano de los políticos que se consumen por la necesidad de tener más poder y dinero

El autor, Arturo Rodríguez–Monsalve, posa con su segundo libro en la biblioteca de su domicilio.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Redacción de Valladolid
Valladolid

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ALBA CAMAZÓN. VALLADOLID

Cada día los medios de comunicación hablan de, al menos, una trama de corrupción política. Malversación, cohecho y prevaricación son solo algunos de los delitos que pesan sobre muchos políticos de este país, investigados, procesados o incluso condenados por las autoridades judiciales.

La corrupción de los últimos 25 años, tan en boga desde que se destaparon las grandes tramas, ha sido el objeto de investigación de Arturo Rodríguez–Monsalve, que acaba de publicar su primera novela, Confesiones de un Corrupto después de su ensayo La esencia secreta de las cosas (2015).

Rodríguez–Monsalve, exconcejal del Ayuntamiento deValladolid y director general de la Cámara de Comercio local entre 1992 y 2007, pretende descubrir «el comportamiento humano de los corruptos, ver cómo y por qué algunos políticos se corrompen», explica en una entrevista concedida a este diario.

El protagonista enchironado de Confesiones de un corrupto, Gonzalo Alvear, se dedicó durante más de veinte años a la política, con un cargo del que se aprovechó para su propio beneficio, como tantos otros obtuvieron y obtienen rédito de sus puestos en instituciones públicas, financiadas con los impuestos de los ciudadanos.

Ya detrás de los barrotes y con una condena de siete años de prisión, el protagonista de la obra relata todos los delitos y mentiras que acompañaron a su vida política, y su intento por redimirse. Alvear no solo engaña a su familia, a los votantes y a sus compañeros de trabajo y partido.

El protagonista llega incluso a engañarse a sí mismo, y tarda demasiado tiempo en darse cuenta de la gravedad de sus actos. «El poder ciega a los políticos en muchas ocasiones, porque es una tentación permanente», explica el autor de Confesiones de un corrupto.

base de la corrupción

Rodríguez–Monsalve destaca dos elementos que caracterizan a un corrupto: la impunidad y la patrimonialización: «La impunidad engaña al propio corrupto para que siga delinquiendo. También está la patrimonialización. El político, a medida que pasa el tiempo, va creyendo que el bien gestionado es suyo».

Por eso, insiste, es muy importante limitar los mandatos a ocho años para los cargos ejecutivos y a tres legislaturas para aquellos que ocupen un cargo representativo. Así «se evita la corrupción y produce en los partidos políticos una regeneración que despierta la ilusión del votante». Sin embargo, «a los políticos no les interesa autolimitarse en el poder», sentencia el exconcejal.

Cuando se habla de corrupción, muchas veces se piensa en grandes tramas de las que se obtienen millones de euros de forma ilegal. Sin embargo, el mayor enemigo de la política está a la vuelta de la esquina: «Un simple regalo, como unas entradas para el teatro, siempre condiciona y el político tiende a compensar». El autor de la novela lo tiene claro: «No tendrían que recibir ningún regalo no para castigarles, si no para liberarles de un compromiso».

Las ansias de poder, como cualquier otro tipo de codicia, no solo destruyen al corrupto y a su entorno familiar, si no que incluso «el poder y la corrupción se ponen por encima de las personas que pueden ser un obstáculo: se las maltrata y se las humilla».

«LA PUNTA DEL ICEBERG»

El autor de Confesiones de un corrupto asegura que la corrupción que se conoce a través de los procesos judiciales y los medios de comunicación «es la punta del iceberg». «Cuando a un político le meten en la cárcel por un delito, probablemente ha cometido muchos más», sentencia.

El ex director de la Cámara de Comercio de Valladolid se muestra seguro de que Estado de Derecho acaba encontrando «a la mayoría» de los corruptos, aunque él afirma conocer «a muchos corruptos» sobre los que no ha caído el peso de la Ley.

Al menos 1.770 políticos sí están siendo investigados por la Justicia con acusaciones de corrupción en 265 procedimientos abiertos entre finales de 2015 y el tercer trimestre de 2017, según los datos publicados por el Consejo General del Poder Judicial.

Pese a todo, Rodríguez–Monsalve asegura que frecuenta «a muchos políticos del ámbito local, regional y nacional honestos» por los que pondría «la mano en el fuego» después de muchos años en el poder, aunque «son la excepción».

Para acabar con la corrupción, el autor de la novela destaca la necesidad de implantar un organismo «receptor de denuncias anónimas para investigar», puesto que la limitación de mandatos «no es suficiente».

Confesiones de un corrupto muestra desde dentro la vida, el ego, las victorias y las penurias de un político consumido por el poder. Un hombre condenado a prisión por su lealtad a un partido lleno de manzanas podridas de un árbol que debe ser fumigado.

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