Diario de Valladolid

El comité de Garoña luchará por la «salida ordenada» de trabajadores

Las negociaciones, bajo «cláusula de confidencialidad», se retomarán mañana

Central nuclear de Santa María de Garoña.-ARABA PRESS

Central nuclear de Santa María de Garoña.-ARABA PRESS

Publicado por
Diego Santamaría

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El calendario de negociaciones entre Nuclenor y el comité de empresa de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) se sustenta en un pacto de silencio que se mantendrá hasta que ambas partes alcancen un acuerdo. Tras una primera toma de contacto el pasado jueves para abordar los trabajos de predesmantelamiento, la comisión mixta -integrada por representantes sindicales y de la compañía- volvió a reunirse ayer para debatir el futuro -todavía en el aire y envuelto en rumores de todo tipo- de los 229 trabajadores de la planta.

El mutismo de la mesa negociadora obedece a una «cláusula de confidencialidad» acordada entre las partes con el fin de no entorpecer la presentación de propuestas y contrapropuestas. No obstante, el presidente del comité de empresa de Nuclenor, Alberto César González, aseguró que los sindicatos defenderán «a capa y espada» la «salida ordenada» de los trabajadores. Es lo que pide la plantilla, que hasta ayer desconocía a ciencia cierta los planes de Endesa e Iberdrola durante los tres próximos años, antes de que Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) asuma en 2020 la segunda parte del proceso.

El contenido de la reunión «no puede trascender», admitía Pedro San Millán, miembro de la comisión por UGT, nada más salir de un encuentro que se prolongó más allá de las 16.30 horas. Tampoco quiso entrar en las primeras impresiones de los representantes sindicales tras conocer de primera mano la oferta inicial de la empresa. Tan solo se limitó a decir que se recogieron «los planteamientos de ambas partes» de cara a estudiar «lo que hay sobre la mesa» de buenas a primeras.

San Millán también señaló que el estudio de las propuestas iniciales se resolverá en «un día o día y medio». González, por su parte, corroboró que la próxima cita de la mesa de negociación tendrá lugar mañana. Al igual que su compañero, optó por la cautela y el respeto al silencio pactado al referirse a su opinión sobre el encuentro de ayer. No en vano, precisó que «todos queremos llegar a buen puerto», refiriéndose no solo a los trabajadores de la planta, sino también a la propia Nuclenor.

En este clima de incertidumbre que de momento se está resolviendo de puertas hacia adentro, existe el temor entre las familias dependientes económicamente de la central de que Endesa e Iberdrola quieran prescindir de 109 operarios para las labores de desmantelamiento, tal y como adelantó ELMUNDO la semana pasada. Sea cual sea su oferta inicial y el límite de plantilla que Nuclenor esté dispuesto a aceptar, el comité de empresa negociará las dos únicas salidas en caso de que sobre gente.

La primera opción consistiría en recolocar personal en otras instalaciones eléctricas. La segunda, en principio más factible, conllevaría un plan de prejubilaciones siempre y cuando se aseguren condiciones ventajosas para quienes tengan posibilidad de acogerse. Y no serían pocos empleados, ya que casi la mitad de la plantilla supera los 57 años de edad.

Desde la primera comisión mixta -creada hace cuatro años cuando Garoña se paralizó- hasta la fecha, el comité de empresa nunca se ha inmiscuido en los debates políticos y económicos sobre el futuro de la central que se han trasladado con fuerza a la opinión pública. «No podíamos entrar», remarcaba ayer González antes de enfatizar que «ahora verdaderamente empieza nuestro trabajo».

La reactivación de Garoña ya es historia aunque la etapa de desmantelamiento se vaya a prolongar durante más de una década. Sin embargo, el comité no está dispuesto a resignarse y luchará por la salida ordenada y ventajosa de sus empleados. Entretanto, Nuclenor prefiere no pronunciarse hasta culminar la hoja de ruta, aunque fuentes de la compañía indicaron a este periódico que las negociaciones avanzan «a buen ritmo».

Los municipios del entorno apuestan por la vía turística

Más que el cierre en sí, lo que más preocupa en el Valle de Tobalina es el escenario de despoblación que se avecina cuando finalice el desmantelamiento y la instalación forme parte del recuerdo. La alcaldesa, Raquel González, no es ajena a la «intranquilidad» que genera la falta de noticias concretas sobre el famoso plan de reindustrialización sobre el que tanto se habla y nada se sabe.

Por ello, el Ayuntamiento ha comenzado a trabajar con los pueblos en 10 kilómetros a la redonda, bajo el paraguas de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales nucleares (AMAC), en la elaboración de un plan de desarrollo capaz de fomentar «la actividad económica y el turismo».

La regidora es plenamente consciente de que los próximos años son vitales para la consolidación de proyectos a medio hacer como el embarcadero o el parque empresarial, que se encuentra al 50%. Por otra parte, considera fundamental que las administraciones inviertan en el territorio para mejorar los acceso por carretera o las telecomunicaciones, ya que «todavía hay zonas oscuras sin cobertura».

El planteamiento conjunto de los municipios del entorno de Garoña se trasladará, una vez concretado sobre el papel, al Gobierno central y a la Junta de Castilla y León. La intención de AMAC es que el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, tenga en cuenta estas consideraciones a la hora de garantizar la supervivencia, poblacional y económica, de las localidades próximas a la central que «comparten recursos naturales».

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