Desarticulada una banda que producía droga en Valladolid y la vendía en Reino Unido
Operaba en otras cuatro provincias de la región / La operación se saldó con 31 detenidos y 22.000 plantas de marihuana
Agentes de la Policía Nacional junto con funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y efectivos de la Guardia Civil desarticularon ayer una banda criminal dedicada al cultivo y posterior distribución de marihuana en el Reino Unido. En el operativo se detuvo a un total de 31 personas y se incautaron 22.000 plantas de marihuana.
La operación se llevó a cabo en cuatro Comunidades Autónomas, entre ellas cinco provincias de Castilla y León (Burgos, Valladolid, Zamora, Salamanca, León; Vizcaya, Madrid y Guadalajara), donde se realizaron 21 registros simultáneos. Además, se incautaron 45.000 euros en metálico, una pistola semiautomática del calibre 9 milímetros Parabellum, 92 cartuchos del mismo calibre y una máquina contadora de dinero.
El operativo policial está precedido por casi un año de investigaciones. Durante el transcurso de la operación se detuvo a 29 personas de varias nacionalidades, una de ellas, en Sevilla y era uno de los principales dirigentes de la investigación, al que se le acusa de cometer presuntamente delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, defraudación del flujo eléctrico y tenencia ilícita de armas.
En fases previas al desmantelamiento total de la banda criminal, la policía intervino alrededor de 6.500 plantas en el interior de dos viviendas y una nave industrial. También se incautaron 36.700 gramos de droga preparada para el consumo. Los agentes detuvieron a dos personas durante este operativo.
La banda criminal poseía una gran movilidad. Sus integrantes utilizaban documentación denunciada previamente como sustraída para adquirir vehículos, contratos de alquiles y contratos de luz para realizar sus acciones delictivas, hechos que dificultaron la identificación de los verdaderos responsables.
La organización estaba dirigida principalmente por personas de nacionalidad china, aunque algunos de sus integrantes eran nacionales de Ucrania o Vietnam. Dentro de la misma, existía una diferenciación de roles muy especializada y definida. En primer lugar, contaba con conseguidores, las personas que se encargaban exclusivamente de localizar por toda la geografía española inmuebles de lujo en alquiler, chalés aislados de los núcleos urbanos o naves situadas en polígonos industriales con poca actividad y reunieran las condiciones adecuadas. Además, los miembros de la banda puenteaban la conexión a la red eléctrica, lo que ocasionó un fraude a las compañías eléctricas que asciende a cientos de miles de euros.
Por otra parte, los montadores eran los miembros de la banda especializados en el montaje de las instalaciones adecuadas para el acondicionamiento de las plantas de marihuana, y realizaban su trabajo una vez formalizados los contratos de alquiler, siguiendo la cadena dentro de la organización. Realizaban su labor de manera exhaustiva y podían llegar a preparar toda la infraestructura en pocos días, de esta forma, evitaban llamar la atención en exceso.
Una vez asentada la nueva base del grupo criminal y acondicionada toda la instalación, entraban en juego los llamados cultivadores. Ellos eran los encargados de adquirir las semillas de las plantas, las macetas y la tierra necesarias para comenzar con su particular negocio. Otra de sus labores consistía en la supervisión frecuente del estado de la plantación. Para ello, se valían del uso de coches de alquiler o a nombre de terceros.
Las plantaciones, contaban, además, con cuidadores particulares. Su trabajo consistía en custodiar y proteger las áreas dedicadas a la acción criminal con el objetivo de evitar los robos. También se encargaban de cuidar a las plantas hasta que estas alcanzaban a su estado óptimo para iniciar la recolección y el posterior secado. Los cuidadores ocupaban el escalón más bajo dentro de la organización. Permanecían en el interior de los inmuebles alquilados durante todo el proceso, sin la posibilidad de abandonarlos bajo ninguna circunstancia. Los otros miembros de la banda se encargaban de suministrarles la comida necesaria para su subsistencia.
Según fuentes policiales, la organización planeaba sustituir de manera progresiva a los ciudadanos de nacionalidad china por otros de origen vietnamita, que serían los encargados de realizar las labores del escalón más bajo dentro de la banda. En el momento de la operación, la policía detuvo a dos ciudadanos nacidos en Vietnam, que eran los primeros en ser contratados.
Además, la organización criminal era consciente de los riesgos inherentes que supone el cultivo de drogas, no solo el representado por los agentes de policía, sino los posibles ataques que pueden perpetrar bandas rivales. Debido a ello, el grupo contaba con su propio sistema de seguridad.
Contrataba a ciudadanos de nacionalidad ucraniana a los que dotaban con armas de fuego. En el momento de la detención les fue intervenida una pistola de fuego que figuraba como sustraída en Madrid.
Por último, una vez que las plantas maduraban y se realizaba la recolecta de las hojas para el consumo, se llegaba a la fase del secado de las mismas. Esta parte de la cadena de trabajo se realizaba bien en el interior de la propia plantación o en viviendas alquiladas exclusivamente para esta finalidad.
El último paso, tras el secado de la mercancía, era la distribución de la misma. La banda criminal contaba con una extensa red de colaboradores que se encargaba del transporte de la marihuana hasta el Reino Unido. La droga se enviaba al país británico mediante el uso de empresas de paquetería en paquetes que oscilaban entre los 5 y 15 kilos.
La gran novedad que se ha descubierto, en el transcurso de esta operación, es el empleo de una especie de seguro. La ‘correduría de seguros’, que también estaba regentada por ciudadanos chinos, daba cobertura a las pérdidas ocasionadas por las intervenciones policiales del material enviado, a cambio de una remuneración pactada previamente
Las investigaciones se desarrollaron de forma conjunta por funcionarios de las Áreas Regionales de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria del País Vasco, Castilla y León y Madrid, agentes de la Policía Nacional pertenecientes a la Comisaría General de Policía Judicial, UCDEV, Comisaría General de Policía Científica, División de Coordinación Económica y Técnica, Jefatura Superior de Madrid y Comisaría Provincial de León, y agentes de la Guardia Civil de la Comandancia de Álava y de Guadalajara. El amplio dispositivo final desplegó, en total, a más de 150 agentes y funcionarios de las unidades anteriormente mencionadas.
Tras el operativo realizado, los diferentes grupos que participaron en la operación dan por desarticulada a la totalidad de la organización.
LA OPERACIÓN POLICIAL EN DATOS
31 personas detenidas. La mayoría de los dirigentes de la organización eran de origen chino, aunque hay personas de varias nacionalidades, entre ellas, ucraniana y vietnamita.
Material incautado. En total, la policía confiscó 22.000 plantas de marihuana, 45.000 euros en metálico, una pistola automática calibre 9 milímetros, 92 cartuchos del mismo calibre y una máquina de contar dinero.
Seguros anti-policía. La novedad de este caso es el empleo, por parte de la organización, de una red de seguros que cubría las pérdidas ocasionadas durante las intervenciones policiales.